La presentación es, como en las personas, un aspecto a valorar en la gastronomía. Define personalidad y denota cuidado; cuando es sincera, inherente. Y es arma para embaucar, un simple disfraz; cuando es un sólo recurso de marketing. En el caso que nos ocupa, la atractiva etiqueta del queso Agour, con su combinación de granates, blanco y negro, con su profusión de lauburus y ese carnero donde el ilustrador ha sumado tradición y cierta sofisticación, llamó poderosamente nuestra atención. De hecho, hizo que obviáramos el amplio surtido de quesos que rodeaban a este de oveja, que pasaran inadvertidos, y nos dirigiéramos a la dependienta dispuestos a pagar la pieza a 19 euros el kilo. Sin reparar en el precio, con la tenue sonrisa que despierta la esperanza de llevarse a la boca un buen bocado. E, hincado el diente, no nos pareció que, en este caso, la mona se vistiera de seda.

Este queso de Ossau-Iraty tiene una acusada personalidad. En lo olfativo y en lo gustativo. Más que simple fachada. Radicalmente diferente al manchego que nos tiene enamorados. De corteza hedionda como coraza de un queso de sabor profundo, con un punto acre y regusto levemente ahumado. Sugiere a gritos la compañía de unas buenas nueces, en boca resulta untoso  y deja en la lengua un rastro que nos apresuramos a barrer con sidra Bereziartua, de Astigarraga. Ya ven, tenemos todos los vicios.

(olido y comido por Igor)

Web Agour Gasnategia

Fromagerie Agour Gasnategia; 64640 Hélette (Basse Navarre; France)             05 59 37 63 86

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Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Director de Suite, el único foro gastronómico sin cocineros de este país.

igorcubillo.com