Txakoli Simón (Artxanda, Bilbao) Un chuletón sangriento con Historia e historias

Mar 13, 12 Txakoli Simón (Artxanda, Bilbao) Un chuletón sangriento con Historia e historias

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Txakoli Simón, o chacolí simon para los de fuera.

Un concepto que no conviene olvidar. Somos de memoria frágil. Los sitios que pisamos están llenos de Historia, de historias. Ahora que llega la primavera volveremos al Txakoli Simón, a comer carne roja, a disfrutar del sol y de los amigos y amigas (o de las personas amigas). Nuestro  frágil recuerdo ignora que esa  bucólica campa donde ahora se amontonan chuletones, corretean niños, saltan perros en busca de un hueso,  fue escenario de una batalla. Allá en Artxanda  el 17 de junio de 1937 al amanecer desde la estación de radio hasta Berriz,  la legión Condor bombardeó con saña la zona.  En palabras del periodista inglés George Steer que narró  esos días desde Bilbao,  esa mañana, durante cuatro horas, la  aviación nacional dejó caer sobre Artxanda 20 mil proyectiles. Ataques, contraataques, luchas cuerpo a cuerpo a la bayoneta calada  y finalmente la caída de Bilbao, tras veinticinco horas de lucha y centenares de muertos y heridos. El mal frente al bien, historias de sacrificio y muerte.

Y nosotros atacamos el chuletón. Somos así de frívolos, pero está en la naturaleza humana el olvido y el disfrute. Por eso, en ese prado de la batalla, nosotros acudimos cada primavera a lo que manda la carta del txakoli.  Y es que como muy bien escriben en la (muy buena) web del Txakoli Simón  y aunque nos cueste creerlo, hubo un tiempo, hacia 1850, en lo que hoy es el Ensanche de Bilbao, en el que se recogían casi 10.000 litrosde txakoli por año. La palabra txakoli designó al vino y a los  lugares donde los bilbainos (sin diéresis)  se solazaban  tras la jornada laboral. Así surgieron los txakolineros. Entre todos ellos, los de pura raza eran los que no ponían el pie en cafés ni en tabernas. Para ellos existían los txakolís «donde dedicarse a su afición favorita, que consistía en echarse entre pecho y espalda un buen plato de huevos con chorizo o de bacalao en salsa, remojando estos manjares con su correspondiente jarra de txakolí.

El txakoli Simón es el único heredero de esa filosofía. Hoy afortunadamente se cultiva y se embotella un líquido de nombre txakoli mucho más digno que los ácidos caldos de nuestros antepasados, y con esa compañía, o con rioja, o con riberas, o con vinos de nueva expresión o, incluso, con jarras de cerveza, se pasan los chuletones que, con el objetivo  de que estén al punto,  te sirven en pequeñas parrillas con brasa. Para los que, como el que escribe, gustan de la sangre,  (Crepúsculo mode on) puedan retirar su trozo de la chuleta sin que se alpargate o se churrusque.

txuleton en el txakoli simon. foto de dicky

En el mostrador, como si estuvieras en el super, vas pidiendo la comida y te la llevas ufano hasta tu mesa. Existe la posibilidad de ir de elegante y subir  a  los comedores pero no es lo mismo. Además, lo hemos comprobado en otros lugares, el olor a grasa de chuleta es muy difícil de sacar de la ropa por lo que siempre es mejor que se evapore en el éter mientras los pajaritos cantan.

El txakoli Simón es para mi,  risas, premio y chicas guapas en la hierba. Es un lugar difícil de encontrar pero del que no te quieres marchar cuando lo encuentras. Es el lugar (bonus track)  donde la cantante de Electrogloss, Inés Manrique, cantó sólo para nosotros un godspell con su voz profunda y poderosa tenida de matices negros.

La filosofía del Txakoli Simón,  su comida,  sus boletus fantásticos, en  salteado de hongos,  la ventresca y  los ibericos,  y las croquetas y los postres caseros, y la carta de vinos muy variada y con precios razonables,  y un clásico el Valenciano para bajar la comida.

Y ahora sólo nos falta esperar que llegue la primavera, en el campo y en nuestros corazones. Y comer txuletones, que ya estamos tardando. Hoygan!

(retozó, en su día,  por lo campa y apoyó su cabeza en la morena tripa  de una bella señorita tras comer un sangriento  chuletón: Dicky)

web del restaurante

ver ubicación

Camino San Roque, 89; 480150 Bilbao (Bizkaia)

94 445 74 99

info@txakolisimon.com

dicky del hoyo 2014Dicky del Hoyo Periodista, multitarea, en red desde bastante antes de Internet. Le ha dado y le sigue dando a todos los palos del periodismo: cultura, política, nuevas tecnologías, prensa, radio, televisión e Internet. Trabaja para diversos Medios y también realiza  labores de asesor para empresas y entidades. Aunque es del mismo centro de Bilbao es un poco Zelig por los afectos y se mimetiza perfectamente, allá por donde va, con el paisaje y el paisanaje. Cree que a este mundo hemos venido para disfrutar y en eso se empeña, sólo o en compañía. Estar en @lqcdm y la comunicación gastronómica es sólo una excusa para pasárselo bien y dárselas de connosieur.

@zuloko en twitter

dicky@delhoyo.com .

8 Comentarios

  1. Que ganas de ir con estos días tan primaverales, eso sí para que la carne no se churrusque y se pase tanto nada más dejar la parrilla en la mesa sacar el chuletón al plato, e ir poniendo los trozos a comer en la brasa solo los que vamos a comer al momento cada uno a su gusto, así comeremos la carne roja poco hecha y no se pasará tanto. On egin

  2. Más que humillo, en ocasiones aquello se convierte en densa niebla, de las de cortar a cuchillo, pero imagino que eso es parte del encanto del lugar

  3. La mandi /

    Que bueno un txuletón en el Txakoli Simón!… y ese momento en el que llega el txuletón y todos calculando para donde sopla el viento para no comerse el humillo y el que sostiene la parrilla ya ringado de sostenerla y todos ponlo allí, ponlo acá….

    • Don Manuel /

      calculando la porción, el punto y la cocción, salivando de la emoción 🙂

  4. Era yo. No una bella señorita. Y que sea la última vez.

    • dicky /

      Lamento decirte,
      oh, noruego rubicundo,
      bebedor de cerveza,
      cabalgador de olas en dakares,
      jinete de caballos de hierro,
      que tu barriga fue fecunda
      e hizo muelle en mi cabeza.
      Pero yo, como buen promiscuo,
      lo hice otra vez.
      Hubo señorita,
      y barriga morena ajena.
      No lo soñé, así fue

  5. Me encanta el Txakoli Simón! En enero estuve comiendo en el comedor interior, y no tiene nada que ver con comer al sol en esas campas, alargar la sobremesa hasta que encienden las guirnaldas de lucecitas del jardín.

    Qué ganitas de que llegue el buen tiempo! 🙂

    • Don Manuel /

      Muchas ganas de oler las margaritas y de pisar la hierba, y que lleguen los brotes verdes 🙂

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