Restaurante La Viuda Rica (Toro). Alejado del típico tópico castellano

Nov 06, 12 Restaurante La Viuda Rica (Toro). Alejado del típico tópico castellano

La hospitalidad de nuestros amigos Miguel y María ha convertido Zamora en  uno de nuestros destinos predilectos. Por eso es honda nuestra preocupación y nos surgen muchas preguntas. ¿Se agota el asfalto en Valladolid, utilizan allí tanto alquitrán que no llega para adecentar las carreteras de la provincia vecina? ¿No es aplicable la Ley de Memoria Histórica a los nombres de las calles de Villalonso y del resto de sus pueblos? ¿Cuándo pasó el vino de Toro de ser un brebaje a convertirse en una bebida apreciable e incluso distinguida? ¿Es obligatorio ser del Real Madrid o del FC Barcelona? ¿Son guapas todas las zamoranas? ¿Zamora no se hizo en una hora? ¿Es posible comer allí algo que no sea cocido, garbanzo de Fuentesauco, lechazo, bacalao a lo tío o a la tranca, sopas de pan y, en época de matanza, torta de coscarones?

Bueno, para esta última cuestión sí tenemos respuesta: es posible comer algo diferente si se acude a un restaurante como La Viuda Rica, donde la tradición gastronómica se aborda sin nostalgia, cortapisas ni inmovilismo. Donde se ofrece una carta moderna, algo atrevida y surtida también de pescados que dicen traer de Huelva. ¡Ozú!

El comedor de ese local de Toro, que toma su nombre de un cuadro de la artista local Delhy Tejero, está muy alejado del estereotipo de mesón castellano y el servicio que presta Cristina, una de sus camareras, es excepcional, por afable y profesional, al tiempo. Allí compartimos una tanda de entrantes que, lo dicho, se salía por completo del típico tópico castellano. A saber: ocho croquetas de carabinero (12,50 euros), con salsa «de sus cabezas» al medio; ocho espárragos verdes fritos en tempura (12), junto a dos charcos de ligero alioli; y dos de puritos de morcilla, una preparación crujiente y original, por sabor y presencia, que se sirve apoyada sobre un ‘cenicero’ bien provisto de compota de manzana.

A continuación, nuestros anfitriones no pusieron pegas al lechazo asado (40, dos pax), el menda disfrutó la tierna carrillera de ternera estofada con aromas de la tierra (15) y mi esposa se decantó por un grueso medallón de solomillo «de carne roja» (22, un sólo medallón). Ikertxu, el morrofino, el entendido, se contentó con un trozo de rodaballo de piscifactoria al horno que, pese a su aprobación, nos pareció demasiado caro (19), dada su procedencia y su tamaño.

No olvidaré añadir que la casa nos invitó a un pequeño aperitivo con el que hacer más llevadera la espera (rodaja de pan con mouse de pimiento, anchoa y queso), que la carta de vinos sólo incluye referencias de Toro y que apuramos dos botellas, resultando una mucho mejor que otra: Elías Mora crianza (tinta de Toro; 12 meses en roble francés y americano; 21,84 euros) muy superior a Novellum crianza (tinta de Toro; 12 meses en barricas de roble americano, francés y rumano; 15,80). Conste.

La Viuda Rica es una opción diferente y se come bien allí, aunque me atreveré a decir que no especialmente barato, sobre todo tratándose de Castilla. Nosotros, sumando tres postres y tres cafés, pagamos 233,70 euros (incluyendo dos menús infantiles, a unos 16 euros) de lo cual se desprende un precio medio de 40 euros por adulto. Justo lo que cobran por un menú degustación compuesto por dos tapas, dos entrantes, dos segundos platos y dos postres. Esta fórmula sin vino, eso sí. Lo dicho.

(Igor Cubillo)

web del restaurante

ver ubicación

Rejadorada, 7; 49800 Toro (Zamora)

980 69 15 81

Detalle de la carrillera con sabores de la tierra de La Viuda Rica (foto: cuchillo)

2 Comentarios

  1. Se me han antojado los puritos (maldito twitter)! Creo que la siguiente cena estacional la tenemos que hacer allí, yo pongo el alojamiento!

Responder a Patrizia Vitelli Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Ellos son la nueva cocina vasca. 7 Caníbales

¡Txotx! Se desborda la txinparta. Guía Repsol

Sal de Añana, miles de años brotando oro blanco. Gastronosfera

Postres pasiegos: la magia que produce la leche de los Valles Pasiegos. GASTRONOSFERA

Anchoas de Santoña, el milagro de la sal. Gastronosfera

Carolina, el pastel bilbaíno con nombre de mujer. Gastronosfera

Goxua, el postre vasco de inspiración catalana. Gastronosfera

Goxua, el postre vasco de inspiración catalana. Gastronosfera

Queso Camerano, la segunda vida de una receta milenaria. Gastronosfera

La borraja. Gastronosfera

A la conquista del ‘flysch’ de Getxo por tierra, mar y aire. Guía Repsol

Donosti en 9 paseos otoñales. Guía Repsol

Las perlas levantinas más sabrosas. Guía Repsol

Tiempo de angulas, cedazo y farol. Guía Repsol

Laguardia. Una villa guerrera, señorial y vinatera. Guía Repsol

Solar de Samaniego. Una invitación a beber entre líneas. Guía Repsol

La brava alegría riojana. Gastronosfera

Tudanca, carne de Cantabria. Gastronosfera

Chorizo riojano. Gastronosfera

Urdaibai. Margen izquierda del río Oka: historia, bosque y parrilla. Guía Repsol