Críticos en estado crítico, el decálogo de nuestra opinión

Nov 13, 13 Críticos en estado crítico, el decálogo de nuestra opinión
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Anton Ego, el ego va por barrios

Anton Ego, el ego va por barrios

Ni me imagino el queme que tiene que tener el amigo Aitor Elizegi, uno de los cocineros que mejor lo hacen, para soltar esta imagen y esta reflexión en su cuenta de  facebook. Es algo tan personal que suponemos que sale de su teclado y de su brillante cabeza, porque si lo hubiera hecho un community manager sería para pasarlo por  debajo de la quilla de una goleta fragata. Le entendemos en su desahogo, de verdad que sí. Son malos tiempos para la lírica, son años duros para tener que  levantar todos los días una persiana de un negocio, para conseguir pagar todos los meses diez o quince salarios. Para no arrojar la toalla y con las rentas dedicarse a vender pulseras trenzadas en Ibiza y que le den a la competitividad, a la imaginación, a la estrella y al órgano sexual de la Bernarda.

Son malos tiempos, sí. Pero no ocurre sólo en los restaurantes. Esos que hablan del empresario explotador, cuando hablan de Pymes, seguro que se quedaron en primero de marxismo. Vamos, que no llegaron a Engels. La mayoría de los que deciden dirigir un negocio bastante tienen con llegar a fin de mes.  No sólo los cocineros son los que las están pasando canutas. En esta marejada, en este tifón Yolanda, se están quedando grandes y pequeños, y muchos resisten sólo por vergüenza torera o por esperar tiempos mejores.

Los cocineros, al menos tienen un plus del que carecen , por ejemplo, los cristaleros, los electricistas, los honrados ebanistas. Su oficio lleva aparejada la visita de individuos como Anton Ego y sus críticas absurdas, egotistas o malintencionadas, pero también gozan de  un prestigio social que para sí quisieran muchos investigadores del cáncer o pedagogos, por poner ejemplos de profesiones de las que apenas se habla y sin glamour. Son prescriptores sociales , los Medios les ofrecen su tribuna,  en ocasiones hasta les otorgan doctorados honoris causa o los premios más prestigiosos del país.  En este país ser cocinero está en una escala inferior sólo a la de ser futbolista o tertuliano del corazón.

Soy el primero que les reconoce el mérito y también el que cree que en las buenas cocinas, además del hecho puramente alimenticio existe Cultura (con mayúsculas) y también filosofía y si me apuran hasta etnografía. Somos lo que comemos, no hay duda, y cuanto mejor comamos mejores seremos. Pero, cura de humildad, no hay que volverse locos. Ningún cocinero, y por supuesto ningún periodista, ni ninguna Belén Esteban,  descubrirá(n)(emos) jamás la vacuna para la malaria o dará con la Teoría del Campo Unificado.  Un cocinero podrá emocionar #win, alimentar #win, crear complicidad #win y hacer soñar: #winwin, pero lo dicho:  no perdamos la cabeza  con el asunto.

Esta es una WEG que habla de gastronomía del cibus, de la comida como acto cultural y también alimenticio. Y lo hacemos porque nos gusta, pero creemos que hay que hacerlo con respeto. Cuidando a esa gente que todos los días se deja la piel en su negocio,  a los profesionales. Creemos que una reseña es un acto de amor al sitio del que opinamos. Y más, cuando se hace sin ningún tipo de interés espurio, ni por ninguna compensación económica. Las estadísticas dicen que, en las redes,  por cada  una mala crítica hay siete opiniones favorables. Escribir supone un esfuerzo y da pistas, ayuda a comprender las debilidades y las fortalezas de un negocio. Las grandes empresas  pagan por ser criticadas, por lo que creemos que en el DAFO de un restaurante, una crítica siempre es una fortaleza y una oportunidad, nunca una amenaza ni una debilidad.

Y para hacer esta WEG nos empeñamos en este decálogo:

– Escribir bien. Es importante lo que se cuenta pero también lo que se cuenta.Nos esforzamos en ser profesionales.

– De diez críticas pensadas escribir sólo una. Es preferible callar, en ocasiones,  a ser injusto.

– Conocer bien de lo que hablamos. Y hablar de lo que conocemos.

– Escuchar antes de escribir.

– Ponernos en el lugar del sitio reseñado. Conocer su intrahistoria y sus circunstancias.

– Aprender y estudiar, informarnos sobre productos, profesión y métodos. Y establecer un proceso de mejora continua en nuestros contenidos.

– Reconocer que para dar la opinión sobre otros, también nosotros podemos ser criticados y aprender de los que nos  critican.

– Ser honestos,  no cambiar reseñas por favores.

– Pagarnos nuestras comidas. (Siempre!)

– Rectificar cuando nos equivocamos.

Y usted..  ¿qué opina?

 

Dicky del Hoyo

Periodista, multitarea, en red desde bastante antes de Internet.  Le ha dado y le da  a todos los palos de la comunicación: cultura, política, nuevas tecnología, prensa, radio, televisión e Internet. Aunque es del mismo  centro de Bilbao es un poco Zelig por los afectos y se mimetiza perfectamente, allá por donde va, con el paisaje y el paisanaje.

Cree que a este mundo hemos venido para disfrutar y en eso se empeña, sólo o en compañía de otras. La comunicación gastronómica es sólo una excusa para pasarlo bien y dárselas de connosieur.

@zuloko en twitter

dicky@delhoyo.com

 

15 Comentarios

  1. Igor Cubillo /

    Guapamente, Jon Ander.
    Eso hace aún más atractiva la ya más que sugerente gastroexperiencia.
    Gracias por tu comentario, por seguirnos y, más aún, por tener fe en nosotros.
    Abrazo.

  2. Igor Cubillo /

    Ay, Jarvisey… Que parece que me gusta hacerme de rogar, y no es eso.
    La segunda visita que haga a Donostia (la primera está más que comprometida, con saludos a Toñín y jamada en su estupendo Lugaritz), damos con nuestros huesos en Txubillo, o donde digas. Palabrita.
    Abrazo.

  3. Jon Ander /

    Desde la humilde opinión de un completo ignorante, de un aficionado a la gastronomía, de un cliente fiel a Basccok en el que ha disfrutado como un chiquillo y conociendo un poco a Aitor, sé que para hacer lo que ha hecho, la experiencia ha tenido que ser desagradable, sin duda.
    Yo también hago mis «pinitos» en esto de comentar experiencias vividas en los restaurantes que visito y ahora me acabo de enterar de que voy a tener la inmensa suerte de conoceros en persona pues soy unos de los ocho afortunados para el día 28. Os sigo desde hace tiempo y gracias a vosotros he descubierto más de un local.
    Un saludo y en Andra Mari nos vemos. Jon Ander.

  4. Hola amigos!!

    Echo en falta alguna referencia al origen de todo este embrollo… no se si a quién se refiere exactamente Aitor en su Facebook ni porqué se enfada tanto cuando al parecer le han puesto bien ¿no?

    Por el contexto entiendo que habla de alguna opinión vertida en algún blog o tal vez en tripadvisor… tal vez podríais aclarar un poco esto para que el artículo se entienda mejor 🙂

    ¡Un abrazo!

    • Hola SuperJau

      Este es un comentario un tanto críptico que publica el cocinero en su perfil de facebook y que, entendemos, se refiere a la visita de algún crítico de postín a su establecimiento. El porqué de su mosqueo, no lo sabemos, pero por el subtexto intuímos que es una queja a los críticos «vacas sagradas» que van perdonando la vida o hundiendo negocios con sus reseñas mientras los honrados currelas se dejan la piel en el día y con la que está cayendo. Pero, claro esa es nuestra interpretación de la cosa y nuestra excusa para hablar de cómo entendemos la opinión escrita nosotros en este blog.

      abrazo!

      • Perfectamente explicado Zuloko. Personalmente paso bastante de opiniones de críticos profesionales (sean de cine, restaurantes…) ya que, en general, los veo muy alejados del gusto general del resto de los mortales, del gusto de la calle.

        Prefiero mil veces la opinión de un blogger sincero, con los pies en la tierra, etc, como por ejemplo es vuestro caso.

        Por lo demás, suscribo vuestro decálogo (bastante parecido al que firmé yo en su día) que creo que refleja a las mil maravillas lo que debe ser un blog gastronómico responsable.

        Un abrazo y a seguir así!

        • Pues nos gusta que os guste y además creo que estos dos blogs se van a juntar próximamente en una Conjunción Astral, #gastroexperiencia, momento para intercambiar pareceres. Abrazo!

  5. Claro, con la primera frase del post había dado por supuesto que era en contra tuya (mea culpa) cosa que me resultaba muy rara. Me metí por curiosidad a leer en su facebook los comentarios y allí fue donde vi algunas lindezas bastante, a mi entender, prepotentes. Sigo pensando que ese tipo de actitudes no son inteligentes. Si estás por encima de la crítica de alguien destructivo en concreto, el mejor modo de demostrarlo es no hacer aprecio alguno. Y vuelvo a insistir en que siempre habrá gente a la que le gustemos y gente a la que no. Mientras sea educadamente, todos tienen sitio en la viña del Señor X.
    Un beso,

    y a ver si convences al señor Cubillo de un Txubillo (que además riman) aunque tendrá que ser a partir del día 19 que están de vacatas en Japón.

    • Dicky del Hoyo /

      Amén a eso. Sigo pensando que, en la gestión de la reputación digital y la presencia en redes, debe imperar el sentido común y que, si se recurre a la ayuda de profesionales en este asunto, su trabajo debe ser eso, profesional.

      Y ya sabes que encanta el Txubillo, uno de los restaurantes más originales que conozco, con unos dueños a los que uno, si fuera megamillonario, contrataría como cocineros privados para el yate. Queda pendiente la visita a Donostia-upon-the-sea 😉
      Beso

  6. Ana Romera /

    Acabo de terminar de leer la polémica sobre el nuevo reality show repostero de Cuatro y su «gratuidad» (tachada como desvergüenza) a la hora de tratar a sus concursantes y encuentro aquí un debate similar. Llego a la misma conclusión: Hoy impera lo gratuito, en el trato, en la fama, en la crítica y en alabanza.
    Y es ahí dónde está el mérito de este blog: frente a lo gratuito hay fundamento. Y hay que reconocer que es necesario mucho más fundamento para escribir un post negativo que uno loable.
    Así que, a riesgo de parecerme a Cohelo, en medio de este feísmo yo al menos me conformo con lo gratificante que es hacer las cosas como una sabe que puede y debe hacerlas. Y que se mueran los feístas y los espurios.
    PD: me encanta tener que recurrir al diccionario leyendo a los manueles. Gracias por el cibus de hoy! Un placer

    • Dicky del Hoyo /

      Ana, corazón.

      Sí, es cierto impera el feísmo y es una pena. Porque cuesta exactamente lo mismo hacer las cosas bien que mal. Y lo bello no es enemigo de lo económico. Y ya que te gusta descubrir palabras nuevas en este blog te dire un cosa: que les den, bien dados a los halacabuyas que piensan que lo gratuito y lo feo es el camino a seguir. #hombreya

  7. Sinceramente Dicky, hay un refrán que suele decir mi madre, muy castiza ella, que solo esconde verdad: «quién se pica, ajos come». Todos en nuestro día a día de trabajo estamos expuestos a las críticas. Es más, mucho más feroces de las que sufren esta nuevas estrellas de los fogones antes llamados cocineros.
    En esta vida habrá momentos en los que haremos las cosas bien y se ensalzarán (si tenemos esa suerte) y otras en las que no sucederá y te tirarán por tierra. La grandeza de los verdaderos profesionales está en saber aceptarlas y aprender de ellas. Si te digo la verdad, me sorprende de alguien como él ese trato pueril haciendo referencias a lo poco que le importa la opinión de alguien. Ese alguien también es un cliente y por lo que sé, está pagando por tu servicio como cualquiera. La grandeza del ser humano está en aprender y no sentirse por encima del resto. Si el gran Sócrates tuvo la valentía de decir ese «sólo sé que no sé nada», no entiendo que alguien como él se sienta todopoderoso ante la crítica ajena.

    • Dicky del Hoyo /

      Jarvisey, my dear

      No, nuestras opiniones y en concreto las mías dudo que puedan molestar a nadie (soy bastante madre, y como pongo en decálogo, prefiero no opinar a molestar) En concreto, adoro a la persona de Elizegi, lo más contrario a un divo y su cocina, sensata, de la tierra e internacional, creativa y original. Lo que decía en el post es que la opinión es, un valor añadido y que debe ser apreciado. Otra cosa es que determinados críticos se creen más importantes que el hecho criticado y, por ahí, podríamos empezar a hablar y no parar. también que pese que aquí sólo hablamos de cibus, hay que tener perspectiva y descubrir que siendo importante seguro que hay miles de asuntos más trascendentales que este. Beso.

  8. No podíamos estar más de acuerdo: la economía, mal; los negocios, mal; y las pymes y autónomos, peor. No es que haya malas críticas, es que además, las pocas que hay positivas ni se comunican. Medios que pasan de nosotros (nos incluimos, por haberlo vivido en nuestras carnes), sociedad que piensa que las micropymes vamos a fastidiar a empleados porque sí, por amor al arte, y si añadimos lo poco que se valoran los servicios, véase una comida en Bascook y el trabajo que hay detrás, o la producción, organización, diseño y producción de un evento, véase nosotras mismas, pues estamos todos fastidiados.

    Gracias por el post, nos hemos sentido reflejadas, apoyadas y eso, ya lo saben ustedes, se lo agradecemos de manera infinita. Somos pequeñas, somos jóvenes, pero peleonas y con fuerza para seguir. Y llegar tan alto, como Elizegi. O al menos, que no se diga que no lo intentamos.

    Tres besazos limoneros!

    • Dicky del Hoyo /

      Queridas Limonas. Ya sabéis que no soy de dar consejos pero permitidme uno: perseverad. Lo estáis haciendo bien y esto es una carrera de fondo. Lo importante no es la meta, es el camino. besos

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