Néstor (Donostia). El restaurante de una mesa
Hace poco recibía una notificación a propósito de la apertura de Mercès One, restaurante barcelonés con sólo una mesa. Esa exclusividad, el privilegio que supone ocupar sus asientos y vivir «una velada única y en la más estricta intimidad», es el principal atractivo del negocio. Pero la gente de Mercès Events apenas ha inventado nada, pues en Donostia ya está abierto, desde 1980, el Néstor, un pequeño bar restaurante con sólo una demandada mesa llamada, para más chufla, la «mesa 19».
La guasa incrementa el mito de un local que despacha, con lista de espera y cuentagotas (una a las 13:00 horas y otra a las 20:00), la mejor tortilla de patata de San Sebastián, y en cuya corta barra se agolpan los clientes para comer chuletas de vaca vieja. Allí mismo, de pie.
¿Con qué se puede acompañar esa carne de gran predicamento (yo no la tildaría de extraordinaria, pero igual la probé un mal día), el gran reclamo de esta casa que me descubrió mi buena amiga Virginia Láinez? Pues la oferta es ciertamente corta, pero de calidad; buen género y preparaciones sencillas. Hay ibéricos de bellota (DO Guijuelo), queso y pimientos verdes «tipo Gernika»; de la villa vizcaína en temporada, una exquisitez, y procedentes de Marruecos el resto del año. En su época idónea también fríen al momento guindillas de Ibarra (cuando no lo es, de Navarra) y es un sano ejercicio picar, con algo de beber, los tomates que exhiben sobre el mostrador, que son servidos con la única compañía de sal gorda y abundante aceite de oliva de calidad; hay que ser de piedra para no untar pan y regodearse con su untuosidad y su gusto.
Sota, caballo y rey. No hay más (salvo gildas, y cigarrillos y tejas de Tolosa), ni falta que hace, en un negocio que es más que un simple abrevadero, donde se preocupan por el producto y por el cliente. Néstor Morais, quien atiende la plancha en cocina, y su hermano Tito, que desempeña una gran labor tras la barra, son profesionales afables, alejados del mito del «hostielero» donostiarra, malencarado, maleducado y únicamente preocupado en servir y cobrar. O, peor aún, en ponerte un plato en la mano (horreur). Aquí el camarero saluda y se despide, interactúa con el cliente, se muestra amable y encantado de atenderte, de que les visites y repitas. De ese modo, pese a las aglomeraciones de ciertas horas, dan ganas de volver. Y yo así lo hago cuando piso lo viejo. Por eso lo recomiendo y lo incluyo en mi ruta.
(Igor Cubillo)
Pescadería, 11; 2003 Donostia (Gipuzkoa)
943 42 48 73 // bar@barnestor.com
Cierra lunes
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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