Bar Larra (Hondarribia). Un menú del día competente… ¡y con sidra!

Jun 03, 14 Bar Larra (Hondarribia). Un menú del día competente… ¡y con sidra!

NOSÍ (+47 rating, 11 votes)
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Estando en Francia, el último día de minivacaciones, me propuso mi esposa por enésima vez: ¿por qué no vamos a San Sebastián y comemos ahí, o paramos en Zarautz? Y yo me opuse alegando lo de las ocasiones precedentes: ahora estoy en el extranjero y pretendo regresar a España in extremis, justo para que me dé tiempo a llegar al concierto del jazzman Roy Hargrove, a las ocho en el centro de Bilbao; o sea, que lo mejor es comer por Bayona o Hendaya, lo más cerca de la frontera.

Abandonamos el hotel de Dax; paramos en el Carrefour de esta ciudad balneario con plaza de toros, para comprar vinos hasta llenar el maletero (había una feria), además de patés baratos y viandas para poder comer algo en el regreso al hogar (son mejores la leche y el yogur franceses, también la carne…); condujimos (bueno, eso mi esposa) hasta las ciudades costeras vascofrancesas fronterizas, y bajamos en San Juan de Luz. La OTA dificultaba la estancia; vi zapaterías con botines a 600 euros (sólo el necio confunde valor y precio); nos cruzamos con familias enteras burguesas con cachorrillas chic de muy buen ver; y nos asomamos a la playa, ya con gente en abril. Lo malo es que un viento intenso y molesto impedía comer a gusto en alguna terraza. Ese viento, que podía cegarte por culpa de los granos de arena, era una prueba de esas climatologías adversas que los pérfidos galos son expertos en ocultar a La Humanidad (L’Humanité, como el periódico comunista).

Arroz en Bar Larra (foto: OCE)

Arroz en Bar Larra (foto: OCE)

Montamos de nuevo en el Citroën familiar y logramos salir de San Juan de Luz al segundo o tercer intento, pues tomamos mal una dirección, porque los gabachos suelen colocar mal en las carreteras las señales de desvío (lo puedo probar). Pretendimos parar en Hendaya, y lo intentamos, pero viendo al otro lado la costa guipuzcoana pensé en el bardo vasco Iparraguirre, el que desde Francia oteaba la otra parte de la frontera y añoraba España, y le pedí a mi conductora: crucemos, vayamos a Hondarribia. Y ella dijo: Ya sabía yo que no ibas a quedarte en Francia…

Pues sí. Pues ouie, o como se diga. Cruzamos la muga, repostamos en España y al compatriota gasolinero preguntamos cómo llegar a Hondarribia (antes Fuenterrabia). Y qué placer poder comunicarse en idioma inteligible (castellano) con un amable operario. Llegamos fácilmente al destino, aparcamos bien enfrente del restaurante Ramón Roteta, que estaba cerrado, y le sugerí a mi esposa comer un menú bueno, bonito y barato en la parte vieja. Susana advirtió que los locales de fama se encuentran más en el centro de la localidad guipuzcoana, pero el casco viejo estaba más cerca. Caminando, escalamos sus cuestas por oriente, y no había mucha vidilla porque eran las tres de la tarde o así. En una plazoleta de la cima, en la puerta de un bar, una latina que atendía el bar se asomaba a la calle escotada, ejem, escoltada por dos españoles galantes y entrados en años, seguramente dos votantes de Bildu. Mi esposa preguntó dónde podíamos comer un menú y uno de los presuntos bildutarras, amable, veloz y presumiendo de conocimiento del entorno, nos recomendó: «Bajáis por esta cuesta y en la plaza, a la derecha, tenéis dos, el batzoki y el Larra. En los dos se come bien».

Filete con patatas de Bar Larra (foto: OCE)

Filete con patatas de Bar Larra (foto: OCE)

Ahí nos encaminamos. El precio era el mismo en ambos (10,50 euros; en el bar-restaurante Larra los fines de semana sólo lo suben dos euros), pero por cuatro razones comimos en el ahora comentado: porque pagaba yo, porque el menú de ese día me atraía más, porque el local disponía de una terraza protegida del aire de la tarde por un cenador (por cierto, en San Juan de Luz hacía viento y en Hondarribia no), y porque el batzoki es una sede política del PNV y no deseo escribir en positivo de ningún partido. Y bueno, al lío, que diría mi hermano Igor.

Nos sentaron en el cenador cool y luminoso, en una mesita chula para dos, con dos minimantelitos papeleros, al igual que las servilletas, pero suficiente. Había dos obreros en la esquina opuesta hablando cada vez más alto según ingerían morapio… ¿o ya eran gin tonics? De primero en el Larra había alcachofas con bechamel (no convencí a mi esposa para que las eligiera), ensalada mixta (la quiso pedir, pero le convencí de que no) más lo nuestro: para ella, pasta a la carbonara, en su punto de cocción, con aliño fuerte; y para mí paella, un arroz amarillo artificial pero riquísimo, con tres almejas, pimiento imperante, gambitas congeladas superricas… La ingerí con dulce, ácida y fresca sidra de la marca Bereziartua, de Astigarraga. ¡Y es que me encantan los menús del día con botella de sidra, como el de La Sidrería de Algorta!

Muslo de pollo, en Bar Larra (foto: OCE)

Muslo de pollo, en Bar Larra (foto: OCE)

De segundo había tortilla con chorizo, albóndigas en salsa (le supliqué a mi esposa para que las pidiera, pero me respondió despectiva Madame No, grrr), bacalao frito con piperrada (casi lo pido yo, por ir de sano y porque me apetecía), más lo nuestro: yo muslo de pollo, que pedí porque vi en las otras mesas que eran enormes y se me antojó. Me tocó un pedazo no tan grande, pero aparente, que olía de lejos, y tan sabroso que no dejé ni una miajita. Llegó guarnicionado por patatas fritas de verdad, muy ricas: ¡qué contraste con las franchutes, oigan! Y mi esposa pidió un filete que sí estaba rico, y era de buen tamaño, y las patatas también estaban buenas; pero eso lo frío yo en casa cualquier día, no así esas albóndigas que seguro estaban de muerte lenta.

De postre creo que había yogur, fruta y arroz con leche, y dice Susana que probamos tartas de tiramisú y de queso. Estaban buenas, y el café también. O sea que sin pegas, y aparte la sidra logra que el disfrute sea completo y más intenso.

 (aún duda si le gusta más la sidra asturiana o guipuzcoana, Óscar Cubillo)

ver ubicación

Damarri Kalea, 4; 20280 Hondarribia (Gipuzkoa)

943 53 70 11

Fachada del Bar Larra (foto: OCE)

Fachada del Bar Larra (foto: OCE)

ÓSCAR CUBILLO

Otro más de los licenciados en Ciencias Económicas que pueblan la nómina colaboradora de esta web. Cuando le da por ser comunicativo, manifiesta que publicó el mejor fanzine de rockabilly de España (el Good Rockin’, allá por los 80) y la mejor revista de blues de la Europa Continental (llamada ‘ritmo y blues’, editada de 1995 al 2000). Actualmente junta letras por dinero en el periódico El Correo, por comida en El Diario Vasco, por ego en Lo Que Coma Don Manuel y por contumacia en su propio blog, bautizado Bilbao en Vivo y tratante, sobre todo, de conciertos en el Gran Bilbao, ese núcleo poblacional del que espera emigrar cuanto antes. Nunca ha hablado mucho. Hoy día, ni escucha. Hace años que ni lee. Pero de siempre lo que más le ha gustado es comer. Comer más que beber. Y también le agrada ir al cine porque piensa que ahí no hace nada y se está fresquito.

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