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L'Antic Molí (Ulldecona). La metamorfosis del boxeador del mar
La galera, un crustáceo que hasta hace poco se ignoraba, se abandonaba o, en el mejor de los casos, se utilizaba únicamente para hacer fondos, y que ahora goza de cierto prestigio, gracias a la tarea de Vicent Guimerà y otros profesionales. Guimerà podría limitarse a cocerla o a pasarla por la plancha, como haría el común de los mortales, pero, desde hace seis años, vuelca esfuerzos en acercar al bicho a la alta cocina. En consolidar su metamorfosis, de despojo a delicia. Con dicho ánimo, cada año crea nada menos que una quincena de platos que reúne en un largo menú temático que sólo se puede degustar, en l’Antic Molí, durante dos meses. De finales de enero a últimos de marzo, aproximadamente, que es cuando la galera está más rolliza, más carnosa, antes de desovar y tornarse flácida, demasiado endeble para la mayoría de las recetas. De hecho, en adelante mantiene en la carta del restaurante poco más que la rebozada en tempura.