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Château du Clos de la Ribaudière (Chasseneuil du Poitou). Casi en el cielo
Ay pena, penita, pena, cantaba Lola Flores, y eso mismo tarareaba yo para mis adentros durante mi visita a Clos de la Ribaudière, un château a la orilla del rio y a escasos kilómetros del parque de Futuroscope. Pena, penita, pena porque el sol se ocultó y ni el cóctel ni la cena que se sirven un su restaurante pudimos disfrutarlos en esa superterraza con vistas a un parque. Para no salir más mojados que del pequeño spa que también tiene la propiedad, hubo que conformarse con una rápida incursión para una rápida sesión de fotos mientras maldecíamos las nubes cargadas de agua que rondaban sobre nuestras cabezas y sobre la piscina vacía, pese a estar climatizada. ¿Mala suerte o simplemente más tiempo para disfrutar de la comida y arte de vivir francés, en una salita privada? Va a ser lo segundo.