Esférica, el festival que unirá vino, música, gastronomía y territorio en Rioja Alavesa
Lo mismo te echo de menos, lo mismo, que antes te echaba de más. Recurro a Kiko Veneno con intención de esquivar la temida frialdad de arrancar este texto escribiendo simplemente “Mi generación ha experimentado el boom de los festivales en España”. Nací en 1972 y es bien cierto que primero veíamos con envidia aquellas fotografías de los que se celebraban en el extranjero; mientras pasábamos páginas de la revista especializada en cuestión, fantaseábamos con tener aquí algo similar. Y sin embargo, años después, cuando la península se llenó de festivales y festivalillos dedicados a las músicas más diversas, tuvimos oportunidad de comprobar que no todo el monte es orégano. Todo concejal quería presentar el suyo, el dinero público corría a sus anchas y cualquier descampado valía para plantar allí camerinos, tiradores de cerveza y un escenario. Aunque estuviera en la punta del monte. (fundido a negro)
Entonces vimos la cara oculta de la Luna festivalera, padecimos colas y hacinamiento, precios de otro planeta e incluso privación de libertad. Si salías del recinto no podías volver a entrar, aunque hubieras pagado la pertinente entrada; “secuestro legal”, le señalé a un político durante la presentación ante la prensa de un festival bilbaíno que me retiró el pase VIP. Tampoco podías introducir comida del exterior, aunque nadie supere la tortilla de patata de tu madre. “Mi rollo es el rock”, decías, y pasabas por el aro. Vaya, quién nos iba a decir que ahora, viendo el final del túnel de la pandemia, íbamos echar en falta ese maltrato…
Porque sí, estamos deseando acudir a un masificado festival de los de antes, cerca de la gente y muy lejos de tu casa, para certificar que hemos recuperado esa libertad de movimiento (que será nuevamente suspendida hasta el desalojo del recinto) y de encuentro. Pero con una sobredosis bastará… La esperanza inteligente es que en esta nueva era post-covid triunfe otro tipo de encuentros que primen la comodidad del asistente, la cercanía a los intérpretes y, por fin, la calidad de la oferta gastronómica. Que procuren la misma atención y cuidado al público que a la calidad de sonido, caramba. Y, mientras esperamos la resurrección mejorada de Bay of Biscay Festival, por eso es una estupenda noticia el nacimiento de Esférica Rioja Alavesa, una cita que este verano procurará trasladar a Euskadi todo el encanto y la magia de 17º Ribeira Sacra Festival, el evento en torno al vino, la música, la gastronomía y la naturaleza que dirige la misma gente en Galicia.
Ocho localizaciones para Esférica Rioja Alavesa
Carlos Montilla y Álvaro de Azcárate son concretamente los principales responsables de la gran fiesta para oídos inquietos y paladares desarrollados que se vivirá del 19 al 22 de agosto en distintas localizaciones de Rioja Alavesa. Puestos a irse con la música a otra parte, él y su equipo han escogido ocho lugares estratégicos para colocar sus escenarios y tenderetes: en Laguardia, Bodega Ysios, el patio del colegio que hay junto a la Torre Abacial y el centro de interpretación del vino Villa Lucía; en Lapuebla de Labarca, La Póveda, zona de esparcimiento junto al río Ebro; en Villabuena de Álava, la Plaza del Árbol de Gernika; en Samaniego, el espectacular mirador llamado Balcón de La Rioja; en Elvillar, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción; y en Elciego, los viñedos experimentales de Bodegas Valdelana, asomados a un espectacular meandro del Ebro.
El cartel musical, cebo principal, está cerrado e incluye actuaciones de Morcheeba, Depedro, Zetak, Josh Rouse, Delafé, Mafalda, Tulsa, Melenas, Alberto & García, St. Woods, Amorante, Os Amigos dos Músicos y Best Boy. Está por concretar, o al menos por comunicar, el contenido del apartado gastronómico, aunque se sabe que tendrá el sello de un chef de prestigio (en 17º está al mando nuestra querida Lucía Freitas) que aúne los valores del festival, entre los que se cuentan la sostenibilidad y el producto de cercanía. Si todo va bien, habrá showcookings, “intervenciones artísticas y catas acústicas”.
Con dichos argumentos, la previsión es acoger al menos a medio millar de asistentes, de manera que todo permanezca bajo control. “Será un festival seguro con el público como epicentro de nuestras preocupaciones”, asegura Montilla, quien contempla la criatura como una oportunidad para “promocionar producto turístico asociado”.
Asimismo, tiene claro el propósito de «que sea un festival de muchas más cosas que música, sin público cautivo y para todos los públicos, el familiar, el más musiquero, el interesado en el vino… Participativo e inclusivo, el formato es idóneo para volver a sentirnos partícipes de planes de turismo y oferta cultural”, plantea el director.
Abonos para Esférica Rioja Alavesa
Las entradas se pueden comprar en la web de Esférica Rioja Alavesa; el abono general se despacha a 79Є (más gastos), el abono para el viernes a 37Є (ídem) y el del sábado a 43Є (pues eso). Lo más idóneo, dada la distancia entre escenarios, será contratar también el servicio del autobús oficial, próximamente a la venta. Y ojo a la letra pequeña, porque el abono general no incluye de por sí el referido transporte del festival, ni acceso al concierto de Amorante en la iglesia de Elvillar, ni “actividades especiales como catas, rutas, maridajes especiales y/o visitas a bodegas guiadas, que podrán ser adquiridas más adelante”. Como canta Lapido, no digas que no te avisé. Por cierto, habrá actividad en horario de vermú, tardeo y noche. Lo dicho, qué buena noticia.
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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