The Rice Factory (Urduliz). Arroces de altura y mucho más

Aunque hace fresco, ¿luce el sol? Genial, pero tampoco importaría que estuviera encapotado o, vaya, lloviera. Se me ocurren pocos planes mejores que salir a ver mundo, abrazar amigos y acercarme a disfrutar de la propuesta cada vez más asentada de la arrocería The Rice Factory. Marcos Jimeno, un imprescindible del panorama gastronómico vasco más relevante, el eminentemente popular, se ha empeñado en trasladar a Urduliz (Bizkaia maitea), a un costado de la carretera BI-634, toda la magia que hasta 2023 desplegó a 40 kilómetros, en el viejo Kanala Jatetxea. Y doy fe de que lo está logrando, además, con incorporaciones notables como ese intenso arroz de gamba roja bautizado ‘Vacaciones en Dénia’ que termina al horno y remata con los crustáceos cocinados a la sal.
A su acreditada maestría en el manejo de la paella o paellera, a su fidelidad al producto de Molino Roca (variedad dinamita para los arroces secos y carnaroli salvaje para los melosos) y al estilo de Edu Torres, él y su socio (y amigo) Darian Carvajal suman una batería de aperitivos donde llaman la atención las ‘Anchoas de aquí a nuestro rollo’. Otro nombre glorioso, sí, que sirve para identificar su recreación de los boquerones de La Flor de la Tierruca (Madrid), marinados con vinagre y pimentón de la Vera, tanto dulce como picante, y rebozados en harina de garbanzo. Untados, o no, en mahonesa de pimentón, puedes ponerte a comer y no parar, como si fueran pipas. Una buena alternativa a las rabas de chipirón, que también las bordan aquí.
Queda pendiente por mi parte probar los exitosos mejillones thai, y también los pimientos najeranos con yema, pero desde su arranque he podido constatar las bondades del apartado de ensaladas. Yo, que en homenaje al añorado Mikel Corcuera proclamo ‘de lo que coma el grillo, poquillo’, lo disfruto y cuando no es temporada de tomate, o no me apetece aguacate, me pido alegre de aliño la de bacalao desmigado, huevo duro, cebolleta, naranja y oliva negra aragonesa, que en esta casa evoca los desayunos jacetanos antes de ir a pasar el día en la nieve.
Vinilos en The Rice Factory
Marcos y Darian han dado nueva vida al viejo Benta-Barri, forrando su interior de madera y apostando por detalles singulares como el colocar discos de vinilo bajo la blanca vajilla de Cookplay. Pero conscientes de que el arroz se asocia de alguna manera al verano y parte de su clientela potencial puede permanecer agazapada hasta que ya se vislumbre el estío, han tenido también el acierto de sumar a su oferta fija platos de cuchara, que siempre mitigan el frío y abrigan emociones. Como pochas y las verdinas con panceta a baja temperatura, que incorporan un deje trufado y juegan al despiste con la salsa que lo remata.
Merece aplauso que su amigo Luis Cabrero mande desde Huesca cordero recental criado en Villanúa, convenientemente deshuesado y picado para que Marcos arme con cuello, tajo bajo y pierna unas curiosas, gruesas y sabrosas “piruletas” que acompaña de pastel de patata, aceite de curry y mahonesa de menta. Y hay que celebrar, asimismo, la incorporación al equipo de un cocinero (Cuco) que ha enriquecido la oferta global con postres que se salen de la norma, que permiten cerrar la comida sin tener que resignarse a la dictadura de la omnipresente tarta de queso y de la torrija caramelizada. Hay vida más allá de la monotonía de los tópicos gastronómicos y puedes comprobarlo si pides un cierre otoñal que incluye galleta de avena, boniato asado, helado de boletus y tres tipos de seta, incluidas shiitake y cantharellus.
Si prefieres algo más fresco y digestivo, pide un colofón cítrico. Y, si tienes contactos en el Ayuntamiento de Urduliz, pide también en la instancia adecuada que al menos se pinte un paso de peatones en el tramo de asfalto que separa el edificio de uno de los dos aparcamientos del restaurante y de una marquesina de autobús. Porque aquí tiene que venir mucha gente, pues su oferta no la encuentras en otro lugar y, además, cuando el buen tiempo nos rodea se suma a sus comedores (y al bar ‘de montaña’) la posibilidad de comer al aire libre.
Dobaran Auzoa, 27; 48610 Urduliz (Bizkaia maitea)
+34 623 949 720

Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
Boletus es el género o familia, al decirse botánicamente en latín debería decirse también su «apellido» (edulis, castaneus…satanas…) ya que es muy amplio. Si no, simplemente Boleto, o su nombre popular: Orduak, Seta calabaza, Sureny, etc. o el de la variedad correspondiente
Igualmente para Cantharellus: Rebozuelo, Ziza hori, camagroc, etc. cuando se trata de la variedad «cibarius», la más común. Pero hay varias más…
En cambio, la Shiitake si se dice en su nombre popular. Botánicamente es
«Lentinula edodes».
Personalmente prefiero la nomenclatura popular, que no induce a posibles errores.
Gracias Igor
Saludos