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Contenidos Etiquetados "Bilbao"
Julio Heras, adalid de la cocina clásica al frente del Club Náutico (Bilbao), nos regala su sopa de chocolate blanco y cardamomo, postre en copa no exento de ligereza.
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Luego dicen que esto es fácil… Josean Alija, responsable de Nerua, nos muestra cómo preparar tigres, «mejillones en salsa de tomate Jeisson». No pienses que se limita a superponer mojojones, tomate frito y tabasco; por algo le llaman El Jevi.
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El argentino Nacho Apeceche y sus socios pretenden mantener la vitola de cocina «viejuna» en el bar restaurante Blanco y Negro, un clásico de Bilbao la Vieja donde comer, sin grandes pretensiones, lo mismo callos que caracoles y peras al vino.
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Un concepto de restaurante de cocina abierta sin interrupción, muy dedicado al cliente de oficina y al turista de paso donde se puede desayunar, comer o cenar.
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En la web de restaurante Etxanobe llama la atención el menú ‘La alegría de la primavera’. Qué buena pinta por escrito, oigan. ¿Estaría tan bien en vivo y en directo? Les adelanto que sí. Pedazo de menú a un precio estupendo.
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(+25 rating, 5 votes)Cargando... Nekasu: arte de matar un pescado y dejarlo reposar. Japón ha inspirado al hiperactivo Fernando Canales a la hora de bautizar su particular txoko, donde él y su equipo imparten talleres y cursos de cocina, ruedan colaboraciones televisivas y ofrecen showcookings personalizados a empresas y particulares que así lo demandan. Imaginen que son responsables de Apple y quieren un menú a base de manzanas… O que tienen una empresa de antivirus (informáticos) y les hace gracia catar y conocer las propiedades y poderes curativos de diferentes especias… Sólo tienen que ponerse en contacto con el equipo del restaurante Etxanobe y llegar a un acuerdo. Sencillo, ¿verdad? El Txoko Nekasu, concebido como espacio para compartir conocimiento y generar sinergias, equipado para brindar experiencias gastronómicas sabrosas y participativas, se ubica en la última planta de un viejo edificio industrial del barrio bilbaíno de Deusto. Frente al restaurante principal de Canales (Etxanobe), pero al otro lado de la ría, y con una azotea desde la que se ve la imponente torre Iberdrola y el no menos imponente nuevo San Mamés. Casi nada. Hasta allí me dirigí hace un par de semanas, junto al amigo Dicky, para tomar parte en 21st. Century Cook, un showcooking concebido para bloggers (y weggers) gastronómicos en cuya organización tuve el privilegio de participar. Se trató de un encuentro ameno, profesional y cercano, en el cual el chef bilbaino, secundado por el talentoso Paul Ibarra, su responsable de I+D, y Javier Izarra, diestro cocinero de Tamarises, compartió trucos y curiosidades. A lo largo de casi tres horas, cocinaron, contaron anécdotas y mostraron diversas técnicas, incluidas la elaboración de pasta fresca, la esferificación y el manejo del nitrógeno líquido. También exhibieron cacharrería, entre la cual se encontraba el Spoutnik, el primer horno microondas esférico del mundo, fabricado por Fagor y capaz de preparar un bizcocho en sólo 45 segundos. Se habló de las virtudes de la xantana, espesante obtenido a partir de la fermentación del almidón de maíz con una...
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Una visita al obrador de las Charcuterías La Moderna. Un mito charcutero de Bilbao obrado por lo hermanos Thate, Hemann y Enrique.
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Durante dos días visitaremos los mejores lugares de Bilbao, aquellos que solo conocen los bilbainos. Esta es ruta VIP en la que sólo visitaremos y comeremos lo mejor
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(+52 rating, 11 votes)Cargando...Lo primero, y más importante, en el Algo Diferente, el restaurante griego de Bilbao, se come bien. Bastante bien, diría yo. Esa es nuestra experiencia y aunque su menú, para los nuevos baremos «criseros», sea un poco caro (13,50 euros), el sitio y la comida merecen la pena. Dicho esto, me preguntaré, una vez más, sobre cuál es el criterio que siguen en los restaurantes para colocar a los comensales. Entiendo que siguen la pauta de la discriminación del tímido o del conforme. Así, a uno, que no es de exigir demasiado, porque creemos que el trato igualitario debiera de ir en el precio, siempre le acaban sentando en rincones o en mesa pegada a otros comensales. El restaurante griego de la crónica estaba el día 28 de enero de 2014 con poca entrada, pese a que en las anteriores veces que hemos intentando comer menú nos hemos tenido que dar la vuelta por estar lleno. Y, pese a estar con abundantes mesas para repartir a los comensales, nos pusieron, una vez más, pegados a la única ocupada. Y ahí comenzó el drama. El drama de escuchar una situación que no quieres, ni debes, oír. La pareja de al lado estaba rompiendo su relación. Y ni ellos tuvieron la intimidad que deseaban, ni nosotros pudimos, para nuestra desazón, dejar de oír el proceso de su ruptura. Quien lo dejaba o lo intentaba era él. Y ella se limitaba a llorar calladamente. «No podía aguantar más la situación», añadía el chico, serio y tranquilo. Y aseguraba que había puesto todo de su parte, pero debían irse cada uno por su lado. Y ellos azorados, y nosotros tratando de mirar al infinito. Y me acordé de otras rupturas vividas en primera persona, y en especial de una de hace 25 años, que sucedió en un centro comercial de Córdoba. Y allí fui yo quien dijo que lo nuestro se había acabado, pero ella ya lo sabía antes que nadie, porque ya estaba a...
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(+64 rating, 14 votes)Cargando... El amigo Txema Soria, el cronista social de Bilbao para el diario El Correo, también se ocupa de escribir en el suplemento de ocio GPS sobre restoranes donde ‘ponen de comer’, como dice él. Los artículos que me resultan interesantes y accesibles para mí (por razones económicas o de movilidad), los recorto y los archivo por si un día puedo ir. Y por eso en una ocasión, antes de ver una peli de guerra en el cine, fui en metro al centro de Bilbao, con el amigo Gabi (al que conozco desde hace… hum… 33 años, desde BUP), con la intención de papear antes en el Grand Prix, local de menú del día económico y popular (9 lereles) y, por lo visto, muy frecuentado. Cierra los fines de semana, porque parece que vive de los oficinistas de los alrededores; su pinta tira p’atrás al extraño de puro popular y casta, y no se indica el menú en su fachada, aunque sí el precio. Copiemos el recorte que yo portaba doblado en el bolsillo. Txema Soria empezaba su reseñita así: «El Grand Prix es un local familiar, pequeño, cálido y acogedor. Lo regenta Izaskun Allende, que ha aprendido todo lo que sabe junto a su madre, María José Fernández, que aún hoy se encarga de los fogones». Buf, unas hachas las dos damas, la hija atendiendo las mesas y la pequeña barra, y la madre sirviendo los platos, cocinándolos y hasta tomando nota, como a nosotros dos. Entramos tras un pote en el bar de al lado y menos mal, porque justo se llenaron las tres mesas libres. El Grand Prix dispone de seis mesas de cuatro comensales (en una se sentaron cinco oficinistas habituales), sus paredes son de piedra, tras la puerta de entrada había una ikurriña enrollada, en la barra del bar yacía el diario peneuvista Deia y en una alacena se perfilaba un toro de Osborne. Los manteles y las servilletas eran de papel, y sobre la mesa nos dejaron una jarrita de...
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(+115 rating, 23 votes)Cargando... John Ford perdió una buena oportunidad al no poder concederme el papel principal en ‘El hombre tranquilo’, ese boxeador que regresa a su Irlanda natal para recuperar su granja y escapar de su pasado. No me altero, es difícil arrancarme un mal gesto, una mueca de insatisfacción; la procesión va por dentro, claro. Entre los pocos que logran enervarme figuran esos cocineros de nuevo cuño que sostienen que en gastronomía el sabor ha pasado a ser un aspecto secundario, prácticamente prescindible; que es el momento de las texturas, de otro tipo de sensaciones. Acepto el reto, disfruto con nuevas texturas y contrastes, entiendo y justifico la existencia de un departamento de I+D junto a la cocina, pero siempre que el gusto comparta protagonismo en cada bocado. No me interesa morder una piedra, ni un puñado de arena, ni un gel de marras, si mis papilas gustativas van a tener menos trabajo que el sastre de Tarzán. ¿Prescindamos de los sabores? ¿¡¿Qué me estás diciendo?!? Por eso admiro a los cocineros de raza, a aquellos guisanderos que tienen bien presente la tradición, de dónde vienen y dónde están, que rinden culto al producto y tienen el sabor como primer Mandamiento. Por eso admiro a profesionales como Prado-Egia’tar Julen, el cocinero afable, entusiasta y conversador infatigable que comanda El Arandia de Julen, restaurante ubicado en el corazón del (muy casta) barrio bilbaíno de Atxuri. Donde comió el trasgresor David Muñoz, y todo su equipo, el día que se hizo pública la concesión de la tercera estrella Michelín para su DiverXo, sin ir más lejos. Un jatorra, Julen. Un emprendedor que hace diez años tomó las riendas de un local conocido durante seis décadas por sus alubiadas, y decidió hacer de ellas, de esa invitación al encuentro, a compartir, su bandera. Efectivamente, la palabra indabak (alubias, en euskera) cobra otra fuerza en boca de este profesional, curtido en Aldanondo (Donostia), Ritz (Mallorca) y Etxebarri (Atxondo), que cocina con mimo un género traído de...
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Los tiempos están cambiando. Antes el vermut era ese tiempo dominical y viejuno en el que las parejas salían de casa, como de extra, para hacer un exceso burgués y fino.
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