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Contenidos Etiquetados "hamburguesas"
El mejor restaurante de L.A. cuenta con parrilla de piedra volcánica, certeros puntos de cocción y muy buen género. Aquí se huye de las filigranas y la cicatería propias de la nueva cocina, poniendo el acento en fórmulas tradicionales, preparaciones sencillas y producto de proximidad.
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En el mundo de la gastronomía se permiten unos embustes promocionales (aka publicidad engañosa) inconcebibles en otros ámbitos. Dave Grohl, cual Michael Douglas, se toma la justicia por su mano en este vídeoclip. Merci.
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El personal de Xibero se afana en preparar a la vista hamburguesas, sandwiches, ensaladas, revueltos, un montón de bocatas con buena pinta y platos combinados.
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(+79 rating, 18 votes)Cargando... La de cambios de decoración y de regencia que he vivido en el ahora denominado Mojo Club. Justo anteriormente se llamaba Noho y se trataba de un pub modernuqui que devastó toda la excelsa decoración del precedente Britannia, un pub inglés barroco copiado de uno isleño de verdad y que tenía una fastuosa cristalera en el techo, maderas cálidas por doquier, una luenga barra que se caga la perra y unos cómodos taburetes tipo trono (sentado en uno de ellos se durmió una noche mi amigo Gabi hablando con el camarero; Gabi, alias Cubatón, jo, jo, jo). En sus buenos tiempos, hace unos diez años, yo acudía al Britannia de mañana y tarde, y a veces de noche. Comía pinchos de bacalao al pil pil, tacos de bonito con vinagreta, bebía vino tinto en una cristalería del copón, y observaba a los burgueses, gente mayor la mayoría. Qué lujo accesible y diario. Lo malo es que ese negocio pretendía abarcar demasiado (desayunos, comidas y copas de noche, con todo lo de en medio, desde el aperitivo matutino a los cafés vespertinos) y no salió para adelante. Ahí hace una década curraban el roquero Jorge Clavo, que ahora toca la batería en Los Fastuosos de la Ribera, y la bacaladera Elisa, una beldad tipo Ava Gardner (pero mejor y más joven), que ahora sabe Dios dónde andará. Y pensando, remontándome en el tiempo, el Mojo antes se llamaba Donato. Joder, eso igual era hace un cuarto de siglo. El caso es que ahora suelo ir al nuevo Mojo Club. A tomar birras, a ver los partidos de Canal Plus (las pantallas de televisión con la nueva regencia son demasiado pequeñas, aviso) y a disfrutar sus burgers (¡sin cubiertos!). Pantalla enana y sin cubiertos, local con una decoración minimalista, esquinada e incómoda, y un horario reducido (tarde-noche; no abren los mediodías ni los findes), pero lo frecuento por la amplitud de sus espacios, la calidad de sus parroquianos (no chillan), su cerveza...
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¿Vamos a la hamburguesería? La pregunta ha perdido un tanto su vigencia, pues la hamburguesa se ha difundido muchísimo, tanto que ya no es preciso acudir a locales especializados para darse el gusto de comer una. Además de en infames cadenas de comida rápida o comida basura, que la han desprestigiado a ojos de los más cortos de vista, dicho sea de paso, hoy es posible dar con ella en bares, restaurantes, puestos callejeros… Así, aunque es sencillo encontrarla con los más distintos grados de complejidad, de la sencillez más desnuda al barroquismo más absurdo y estomagante, no resulta fácil trazar una ruta fiable, realmente recomendable. Porque de noche los días son iguales, pero el pan y la carne no. En Getxo, zona Algorta, sabedor del pecado que supone no haber probado las de Alvarito’s Bar, me quedo con las de Carpanta. En el llano, en el barrio de Las Arenas y la república independiente de Romo, me gustan las del Gure Etxea; especialmente la Gure Etxea, con setas, pimiento rojo y jamón. La pega es que este bar suele estar a tope, en reconocimiento a su apuesta por la calidad, no siempre es fácil hacerse con una mesa y entonces es cuando entra en juego la agenda, el plan B, la oferta diferenciada de Bye American Bistró. A este local, adornado con imágenes en blanco y negro de animales salvajes y del skyline de esa jungla que es Manhattan, le relegan a esa condición de alternativa los precios de sus hamburguesas: entre 9 y 11 euros. Demasiado elevados a mi entender, aunque se acompañen de unas pocas patatas fritas caseras y un puñado de ensalada. Así, en mi última visita, media ración de delicias de pollo (pechuga empanada con queso parmesano, pico de gallo y salsa de mostaza), dos hamburguesas, un postre, un café solo, una caña y una copa de vino, elevaron la dolorosa a nada menos que 37,80€ (¡han cantado bingo, oigan!). Demasiado, insisto. Un auténtico pastón, convendrán. Al margen de...
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(+61 rating, 13 votes)Cargando... Este iba a ser el año sin verano. Me imagino que el meteorólogo francés que anticipó esa ocurrencia por junio, cuando llevábamos siete meses helándonos las pelotas, debe estar en la cola del equivalente del SEPE gabacho. El caso es que hace calor, mucho. Incluso en Asturias. La gente flipa. Hoy, último día del mes del julio del año de nuestro señor sobrecogedor mariano del 2013, llevamos casi un mes de sol y buen tiempo. ¡En Asturias! Así que buscamos locales ventilados y chulos para cenar. Y Llanes se está poniendo al día. A la oferta tradicional (repasen nuestra categoría dedicada al Oriente Astur) se están añadiendo, a marchas forzadas, nuevas propuestas. Las carnicerías Aramburu son un clásico de la zona. Sus bellos establecimientos, en Llanes y Ribadesella, la calidad de sus productos, la barroca exuberancia de sus mostradores, hacen que los visitemos con frecuencia. Si no nos diera vergüenza, hasta pasaríamos las tardes en sus tiendas mirando exquisiteces. Como un jubilado en el CorteInglés, vamos. Así que cuando, este invierno, empezaron las obras de reforma del establecimiento que tienen en la céntrica plaza de Parres Sobrino de Llanes, nos interesamos por el proyecto. La cosa se llama Taller de Degustación. Está al fondo del establecimiento y es una acogedora terraza interior con unas diez mesas, con vistas panorámicas a la ría y con visión directa de la cocina donde te elaboran los productos. La oferta de mesas se ve completada por otras tantas situadas en la terraza exterior, en la misma plaza. Como no somos de barullos, ayer optamos por refugiarnos dentro, y acertamos. Música suave de Bebel Gilberto, noche cálida astur y buenas vistas. Espacioso y sin agobios. Y la carta, breve, ofrece sobre todo carnes y productos sin excesiva elaboración. Tablas de embutidos ilustres. De quesos de la zona. Ensaladas, laterío fino, cocas (de las de comer, no de las otras), ahumados y las supremas carnes por las que ha ganado fama la cadena de establecimientos. Y...
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El Sukam es un local amplio, minimalista, elegante y espacioso. Está hecho para mirar y ser mirado. Allí estaba lo must de Getxo, que es una zona de mucho poderío
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El Bully es uno de los lugares preferidos para improvisar un plato combinado. Se aparca en la puerta y cuenta con una amplia terraza de lo más agradable para las noches de verano.
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Vivimos en Costa Rica. Controlamos L.A. y la República independiente de Romo. Sabemos que la oferta de hamburguesas no es pequeña en estos barrios getxotarras. Y entre todas ellas nos quedamos con una, la Gure Etxea de la taberna Gure Etxea. No se estrujaron el melón bautizándola, pero acertaron de pleno al mezclar carne picada, lechuga, cebolla pochada, setas, pimiento rojo, jamón… Entre pan pan, bien crocante, como debe ser. Se puede completar con copas de crianza, alguno de sus ricos pinchos, desde el tradicional jamón al audaz crujiente de chipirón, o con patatas de verdad. Incluso puedes traicionarla y comer una holandesa, con queso del rico. Y es que en el Gure no siempre derrochan simpatía ni brindan por los que vuelven con las luces de otro día, pero nunca falta el buen genero, su seña de identidad desde 1977. (igor cubillo) ver ubicación c/ Caja de Ahorros, 14; Romo, Getxo (Bizkaia) 94 463 68 80 Igor CubilloPeriodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival. Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años...
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Cada vez que paso frente al bar Muga miro su cristalera y me entran ganas de echar un billar. Aunque no haya. ¿Por qué será?
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(+97 rating, 23 votes)Cargando... La línea que separa la comida rápida de la comida basura es delgada y quebradiza. Sin embargo, aun quedan locales que dignifican el nombre de la hamburguesa, que no meten entre panes amasijos de grasa y cartílagos, ni te llenan el estomago con patatas congeladas de corte industrial, ni se ganan a nuestros niños con regalos, nombres en ingles y ríos de ketchup. En Donostia el oasis se llama Va Bene. Esta expresión italiana profieren la mayoría de los lugareños cuando se les antoja un bocata de carne picada. Sus hamburguesas son las más conocidas, arrastran fama de ser las mejores de la ciudad y llevan años y años siendo despachadas en la calle Blas de Lezo, entre carteles de Harley Davidson, Chevrolet, Texaco, matrículas de coche… Una ambientación de reminiscencias yanquis y aroma a neumático que puedes observar desde sus taburetes rojos de madera, siempre que ganes la posición. Hay otro Va Bene en el Boulevard, e incluso uno en Ibiza, pero nuestro favorito es el referido, el original, abierto en 1983. ¿A qué obedece su fama? ¿Por qué la gente se disputa sus mesas, principalmente en fin de semana? Buena parte de culpa la tiene la carne que trabajan, siempre avalada por el sello de calidad “Euskal okela”. Al menos, eso reza una carta que ofrece 13 hamburguesas diferentes (entre 3,90 y 6,05 euros), un abanico de combinaciones que incluye lechuga, tomate, cebolla, queso, crema de roquefort, pimientos del piquillo, pepinillo, bacon, revuelto de champis, mayonesa, salsa americana y huevo, frito y revuelto. Al menda y a su cuñado les va la número 13, por aquello de que, junto al bacon, la cebolla frita, el queso y un huevo turgente, lleva no uno sino dos filetes de carne rojiza y jugosa, muy bien ‘planchada’. Lo bueno, si doble, dos veces bueno. Carta de Va Bene Mi hermana es feliz con uno de sus sandwiches. Porque sí, la carta de Va Bene también incluye 12 tipos de sandwich (4,25...
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(+26 rating, 6 votes)Cargando... Súbito, Copi’s, Txispintxo… La oferta de comida rápida en Portugalete es extensa. Cómo no. No obstante, pese a las apariencias, la de ningún local supera a la de La Terraza. No es casualidad que este refugio de rockeros se hiciese con el Premio Popular al Mejor Pintxo Tradicional en la última Ruta del Pintxo de la villa jarrillera. Su carta, ni corta ni excesivamente larga, ofrece raciones, fundidos y hamburguesas. Y el menda en su última visita, en deliciosa compañía, optó por una combinación que no duda en recomendar. Resultó una elección donde el picante, redescubierto con los aceites de las pizzerías de Iparralde y el gusto por el mismo de mi ídolo de la democracia, obligaba a duplicar la satisfacción con reparadores tragos de Voll-Damm. Gran maridaje. [slideshow id=1585267068861905062&w=490&h=490] Primero desfilaron ante nuestros ojos unas patatas mixtas (las ofrecen con queso y salsas alioli, brava y barbacoa) idóneas para abrir boca. Patatas fritas de verdad. Los pimientos verdes quizá pasaron algo desapercibidos, pero los fuegos de artificio comenzaron a sonar cuando el bueno de Iñaki puso sobre la mesa unos nachos Frank Sinatra siderales, guarnecidos con bacon, pepinillo, carne picada, pimiento rojo, queso, comino y salsa chimichurri. Enjundiosos y subrayados por un picor elegante, mas atrayente que disuasorio. Aunque la niña bonita del local es la hamburguesa Mardi Gras, evocación de Nueva Orleans con picante salsa cajún, pepinillo y queso, decidimos jugárnosla con la llamada saltxiburguer. E hicimos pleno. La carne se moldea a modo de bastón o salchicha, para que se ajuste a una chapata delicada, crocante y templada que ensalza el gusto de las rodajas de tomate, la alegría que aporta el generoso pepinillo y la sabrosura de la salsa chimichurri. Amén de la contribución de cebolla, queso, albahaca, comino y aceite de oliva. Excelente sinfonía. El fin de fiesta llegó con una botella de Gecko, gominola liquida a base de vodka y con gusto a caramelo que se bebe por chupitos como si fuera agua. Pero...
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