Bienvenidos a El Ruedo (Benavente)

(+30 rating, 6 votes)Cargando... Los expertos en la materia, los muy expertos, podrán opinar hasta incluso concluir, que este bienvenidos ni tiene gracia ni es original. Siga intentándolo (señorita), como en las tapas de los yogures. Sniff. Superado el momento frustración, me refugio en el ambiente taurino que envuelve al Bar El Ruedo, que tiene su aquel. Porque aunque no domino el arte del toreo, reconozco en él un mundo diferente, un sinfín de palabras bellas, de artes y suertes, de lances, de pasión y superstición. Despierta mi curiosidad desde el nombre del toro, al pase afarolado, la verónica o un recibimiento “a puerta gayola”. Y ya que esto va de toros, primer aviso: no seré yo la que presuma de lo que no puede presumir. Es como decir que una entiende de música y no sabe lo que es un punk rocker. Los toros no son lo mío, qué va; son lo de ese hombre menudo y de pelo cano, aspecto serio (y trato excesivamente tosco a mi parecer), amo y señor de la taberna, quien nos descubre en su negocio a sus dos grandes amores, los toros y el vino. ¿Alguien dijo complicado? Dejando atrás el Castillo de la Mota, uno de tantos “castillos de la mota” que adornan nuestra geografía, pregunten a un lugareño de bien, de fiar casi siempre, dónde degustar un buen caldo, con conocimiento, servido en copa grande, de boca estrecha y a su justa temperatura. Apostaría mi colgante favorito a que les remite sin pestañear a El Ruedo, que para algo se ha ganado la fama de servir los mejores morapios de Benavente. Segundo aviso: no nos confundamos, precios cuasidonostiarras. Saciar su sed a base de cortos de cerveza o “vinos” en la villa zamorana es más que asequible. Tomar un buen vino, se paga. Como el recomendado del día, “hoy Liberalia, Toro, 2,20 €”. Rico, sí. A dos veinte, también. Se acompaña de tapa, faltaría más, esto es Castilla: morros, sesos, cecina, chorizo al vino, panceta...
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