McDonald’s. Ni rápido, ni barato
En el mundo de la crítica gastronómica, realizar una crítica de la cadena de restaurantes McDonald´s, pudiera ser considerado como una extravagancia propia de un friki y sobrealimentado sujeto, falto de cualquier buena idea.
Más allá del grado de frikismo que ostento, y evitando entrar en el resbaladizo terreno del sobrepeso propio y ajeno, diré que, aunque podamos discutir sobre si es un buena idea o no, lo cierto es que McDonald´s es la cadena de restaurantes con más clientes del mundo, por lo que, a todas luces, merece ser objeto de nuestra definición.
Si hace algún tiempo el tipo de comida que se servía en sus restaurantes se caracterizaba por ser rápida y económica, a día de hoy, ambas señales distintivas ni están, ni se las espera.
Prácticamente, entre que pides tu menú, te lo preparan, te sientas y comes, puedes tardar, en el mejor de los casos, el mismo tiempo que te llevaría degustar un buen menú del día. Y, por lo que se refiere a lo económico o no del mismo, baste decir que, en un gran número de casos, no vas apagar menos de 7 Euros por persona.
Ahora, eso sí, en el precio van incluidas las mil y una aventuras que vivirás.
En primer lugar, lo maravilloso de esperar una cola interminable con la tripa, bien metida ya, en un festival de cante hondo; por otro lado, llegado el momento de pedir tu menú, no puedes dejar de mirar de reojo a toda la gente que está esperando para recibir su pedido. En ese momento reflexionas y casi siempre llegas a la misma conclusión: seguro que han pedido alguna cosa rara. Voy a pedir yo algo sencillito. Error. Pidas lo que pidas, en McDonald´s, cuando vas a una hora de las consideradas normales para comer, merendar o cenar, antes de comerte una hamburguesa, toca comerse, de entrante, la preceptiva cola para recoger el pedido. Y qué decir de esas maravillosas ocurrencias de los encargados de turno que, sin ruborizarse, te ponen la bebida y las patatas en una bandejita y te sueltan: en un momentito saldrá su hamburguesa. Vamos a ver. ¿Qué es un momentito? ¿Alguien sabe en que unidad internacional de medida del espacio tiempo se inscribe el momentito? Pues, sea como fuere, lo cierto es que, en la mayoría de los casos, el momentito podría describirse como el tiempo que va desde que las patatas se quedan frías y la bebida, de por sí ya acuosa, se rehidrate gracias a la descongelación de los mil y un hielos que le habían puesto, hasta que por fin te entregan lo que faltaba de tu pedido.
Pero lo mejor, eso sí, es llegar a tu sitio y abrir esa gran caja de cartón que contiene tu hamburguesa. Alguien se preguntará, ¿y para qué usan cajas? Yo tengo una teoría. Las usan porque a ellos también les da vergüenza el mini tamaño de lo que envuelven.
Pero con todo, millones de personas, a lo largo de cada día, entramos en esos establecimientos de la M dorada y recurrimos a sus McMenús para alimentarnos. Si no es por tiempo, ni por precio, por qué será. Algún metafilósofo de la gastronomía nos diría que es una reminiscencia de la cultura pop que ha llegado hasta nuestros tiempos. Lejos de rivalizar con semejantes sujetos, no vaya a ser que pongan en duda mi grado de frikismo o, lo que es peor, se metan con mi sobrepeso, me limitaré a reconocer que McDonald´s ha sabido crear la demanda de este tipo de comida y, por qué no decirlo todo, ha conseguido que, al menos de vez en cuando, sintamos la necesidad de recurrir a ellos para saciar nuestro apetito.
(regurgitado por Ekain)
El patriarca de esta cosa. Considera que el acto de comer es uno de los placeres más enormes que nos ha procurado la existencia. Y a eso se aplica. Y a contarlo.
¿A quién no le gusta comer comida basura? Seguramente a muy pocos, pues a mi parecer las hamburguesas y patatas fritas de los locales de comidas rápidas son realmente excelentes. Pero si pretendemos ya analizar bien el nivel de cada uno,buff.