Es una norma no escrita. No en vano, somos licenciados, oiga. Gente de elevada formación y probadas elegancia y educación. De esa que en el Metro cede su asiento a las ancianas (sólo a las que no utilizan los codos a la hora de subir al vagón, claro) y detiene su vehículo en los pasos de peatones. Es una norma no escrita, decía, refiriéndome a la intención de no caer en la escatología en la redacción de este humilde y honrado blog. Por eso, haciendo ­un notable esfuerzo, no aludiremos a la coprofagía en la reseña de esta Tex Mex Salsa Dip Queso, presunta salsa a base de queso, pimiento y tomate comercializada por Carrefour para dipear, para untar en ella nachos, Doritos y aperitivos de maíz similares.

Haciendo un esfuerzo, nos limitaremos a decir que llevárselo a la boca, como hemos hecho, debe ser lo más parecido a comer vómito. Efecto de náusea ajena. Por textura, olor, sabor y regusto. ¿A qué obedecerá su desagradable textura pastosa? ¿Exclusivamente a la goma xantana? ¿O también tendrá algo que ver el recurso a emulsionante (“ésteres mono y diacetiltartáricos de mono y diglicéridos de ácidos grasos alimentarios”)?

Quién sabe. Lo que sí está claro es que no merece la pena, por ahorrarse un dinerito, desechar otras salsas y castigar el paladar con este producto. Les dejo. Me voy a lavar la boca.

(cuchillo)

El cuerpo del delito (foto: Cuchillo)

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Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Director de Suite, el único foro gastronómico sin cocineros de este país.

igorcubillo.com