El Cenador de la Hacienda (Llanes).
Le teníamos muchas ganas a El Cenador de la Hacienda, un coqueto restaurante situado en el interior del Hotel SPA la Hacienda de Don Juan en Llanes. Habíamos estado a punto de reservar para los menús de las Jornadas Gastronómicas del Marisco que allí se celebran, pero otros compromisos se cruzaron y seguía siendo otro de nuestros pendientes. Además, en facebook tienen una organizadora o dinamizadora (ahora también llamada Community Manager) que hace francamente bien su trabajo con una sección llamada «Postales desde la Hacienda» con descripciones largas y líricas que hablan de la vida en el Hotel y de los cambios de estación en el Oriente Asturiano. También Toño, el cocinero, se prodiga en el canal de Youtube del que hemos rescatado una receta de rape que muestra la apuesta por el producto fresco que hacen en el Cenador.
Así que este fin de semana, en un Llanes de desierto de turistas por la estacionalidad reservamos el menú de fin de semana que se ofrece por 22 euros, con el IVA y la bodega incluida, sin sorpresas y con una relación calidad precio más que ajustada.
El Cenador está junto a la recepción del Hotel y es una galería acristalada, con un toque británico y decimonónico, una estancia amplia y clara, con bellas vistas al jardín, con espacio entre mesas para la privacidad del comensal y con una cuidada decoración, menaje y mantelería.
Es entrar en la estancia y ponerse en disposición para una buena comida. El menú que nos ofrecieron estaba compuesto en los primeros por una ensalada de cecina, manzana y queso de cabra, unos espárragos gratinados con boletus la gratén, torto de maíz con pisto y huevo trufado o arroz con mejillones y langostinos. De segundos había para elegir lomo de dorada asado con refrito de manzana, merluza a la plancha con salsa de sidra y verduras , carrillera de cerdo guisado en su jugo de oporto y tacos de solomillo con patatas fritas y pimientos. Los postres eran un brownie de chocolate y pistachos con manteca de maracuyá, la tarta de queso con arándanos a nuestra manera, crema de manzana requemada, torrija de brioche con crema de arroz con leche y helado o queso fresco con miel y nueces.
El menú se completó dos partidas de entrantes ofrecidos como cortesía por la casa. Unas aceitunas acompañadas de patatas fritas de colores, muy ricas y una tosta de pastel de cabracho excelente. Mi chica dijo «si me como todo esto no llego al postre«. Pero sí llegó como contaremos más adelante.
Difícil elección con los platos ofertados. Como soy arrocero no dudé con el primero y acerté de pleno. Un arroz pleno de sabor, en una más que abundante ración, con el grano suelto y con unos langostinos más que frescos, vivos, y mejillones yodados y carnosos. Mi bella acompañante se decidió por los espárragos gratinados y lacónicamente dijo: «los mejores que he probado». No se puede decir más con menos».
De segundo hubo dudas en la elección. La discreta y muy profesional camarera nos dijo, que, además de los pescados ofrecidos tenían una ración de pixín, el rape que llega directo a la rula de Llanes y eso decantó de inmediato una de las comandas. Yo elegí, con poco criterio carrilleras, de una manera incomprensible porque siempre digo que estoy un poco saturado de las carnes melosas. pero así soy, incomprensible y contradictorio, en ocasiones hasta incongruente. Luego me pasé la tarde repitiendo para mis adentros que tenía que haber elegido los tacos de solomillo. Seguro que hubieran sido de la ternera roxa de la zona y hubieran hecho que la comida fuera redonda. pero aquí no puedo echar la culpa a nadie, fue culpa mía.
Del rape puedo decir, porque soy un caprichoso y casi me lo acabé comiendo yo, que estaba fantástico. Terso, pleno de sabor, con una vuelta por la plancha para que cogiera el punto y nada más. Las verduras que lo acompañaban no aportaban demasiado al pescado pero la salsa de sidra que venía en salsera aparte sí. Un tomate aromatizado por el jugo de la manzana y con, creemos, un toque de un pimentón de calidad. Las carrilleras que yo pedí se las acabó comiendo mi compañera y dijo que estaban muy buenas, pero que la ración era excesiva. Mejor, creo, siempre he sido partidario en la comida que sobre antes de que falte.
Y los postres, muy buenos, sin duda un remate elegante para una comida distinguida. Por un lado la torrija, de la que somos fanes y por otro una tarta de queso diferente pero no por ello menos conseguida.
Nos fuímos paseando hasta el puerto a ver romper las olas en un Llanes desierto e invernal y satisfechos nos dijimos que el Cenador será uno de nuestros fijos en la Villa Marinera.
El Cenador de la Hacienda
La Concepción, 5, 33500 Llanes
985 40 35 59
Compra en la Rula de Llanes y receta de rulo de Rape por Toño
Periodista, con especialización en nuevas tecnologías de la información, redes sociales, relaciones públicas, gabinetes de comunicación, Internet y vídeo.
Licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco. Postgrado en Mecanización de la Información promovido por la Unión Europea. Estudios de Filología Inglesa.
Formación en multimedia, diseño web y gestión de empresas.
Radio Euskadi: redactor de informativos y director del programa especializado en nuevas tecnologías «Frontera Azul», galardonado con el premio MTV.
Radio Nacional de España: director de «A primera hora». Corresponsal de las revistas del grupo editorial Heres.
Euskal Telebista: redactor del magazine cultural «Vasta con Uve». Responsable del departamento de Publicidad de la televisión local Tele Donosti.
Sección de Internet y Multimedia de grupo audiovisual vasco Desarrollo de proyectos: deusto.tv , sitio web de la Fundación Buesa y otros.
Asesor de prensa en cosas. ¿Qué cosas? ¿cosas de gobierno? Sí, Peter, cosas del gobierno.
Orgulloso miembro (con perdón) del club de remo Kaiku (cuando ganaba). Hago karate (Shotokan) y subo montes y montañas y cojo olas. In the mood for love.
¿Y las fotos son tuyas? Si es así, fírmalas, que a veces son tan buenas y vienen sin firmar que parecen tomadas de webs profesionales.
De acuerdo, lo haré de aquí en adelante. Gracias por el halago fotero.
¿Y la bodega? ¿Vino y agua? ¿O sidra? He estado en el Hotel La Hacienda, desayunando sin ser huésped, y me fijé en las cartas del menú. Me pareció buena opción ahora si me dices que el vino es potable voy cuanto antes, Dios mediante.
Vino y agua en el menú. El vino un Rioja potable del que no guardo más recuerdo que cierta astringencia. Pero muy malo no era cuando me pimple media botella.