Santiago es mucho más que estudiantes, tunos y peregrinos. Su catedral no refulgiría de igual manera sin las numerosas casas de comida y bebida que la rodean, concentradas principalmente en la zona del Franco. Y entre todas ellas destaca una: O Gato Negro. Este lugar austero, que no parece haber experimentado reforma arquitectónica ni estética, con sus pequeñas mesas y taburetes, conserva la esencia del lugar. Lo que una vez fue todo el barrio.

Rodeada de locales de diseño donde no sirven Estrella Galicia pero sí mejillones pigmeos, modernas vinotecas y restaurantes donde el marisco languidece en peceras retratadas a diario por los turistas, O Gato Negro no precisa de grandes campañas publicitarias para concentrar a la clientela local, a la gente de Santiago, aquella que no decide según indicaciones de guías turísticas. A ésta le atrae el regusto tradicional de las tazas donde antaño se servia el Ribeiro pero, sobre todo, se rinde ante  el infalible reclamo del producto de temporada, y del marisco recién llegado de las rías y de la costa gallega. Llámese nécora o centolla. Berberecho o pimiento de Padrón.

Si la modernidad no es tu preferencia, y no te asustan las apreturas, deberías visitar O Gato Negro.

(esto ha escrito Cuchillo siguiendo las sabias indicaciones de Xose Camino)

ver ubicación

Rua Raíña, S/N; 15702 Santiago de Compostela (A Coruña)
981 583 105

Responsables de O Gato Negro (foto: Xoan A. Soler)
El gato negro de O Gato Negro (foto: salir.com)

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Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Director de Suite, el único foro gastronómico sin cocineros de este país.

igorcubillo.com