Portobello Star. Notting Hill. (Londres). Porkie, pork pie, nuestro rey
Antes que Notting Hill se pusiera de moda por los amoríos cinematográficos de Julia Roberts y Hugh Grant, la larga calle de Portobello ya estaba en las guías de los turistas que visitan Londres. En este mercadillo cuyo nombre completo es Portobello Road Market, se comenzó a vender fruta en puestos callejeros en el siglo XIX y luego se convirtió, a partir de los años 60 del pasado siglo, en una inmensa galería de anticuarios en la que, como se cuenta en la película mencionada, se venden antigüedades reales y otras que no lo son tanto.
Ahora la masiva popularización de la zona ha vuelto a reconvertir aquello que ya conocimos en los años 80 (¡ay!, la nostalgia, qué bella es y cómo matiza los recuerdos). Una época punkie y canalla, el territorio de nuestra juventud más desatada (que ya es decir). Ahora es una zona de venta de baratijas, collares, camisetas y fast food. No obstante, el conocedor cosmopolita (sin ir más lejos usted amigo/a lector/a) también podrá acudir a bellas galerías de arte, a contemplar en directo el trabajo de escultores en sus ateliers o a visitar emergentes boutiques en las que lo mismo uno puede comprarse un kilt escocés completo que una chistera y olisquear sitios de comidas para hacer un alto y continuar con un extenuante día de shopping.
Como Portobello es un ser vivo en constante evolución, no me cabe duda que la próxima vez que acudamos será otra cosa, habrá otras tiendas o esos peculiares cockneys londinenses serán los hijos de los que ahora vocean sus mercancías.
Si hablamos de comida, y por aquello de sus reminiscencias de mercado de comidas, los sábados también encontraremos primorosos puestos de verduras, carne, quesos o incluso pescados. Allí se pueden comer spanish churros, frankfurts especiados de tamaño XXL y otras propuestas exóticas, orgánicas, ecológicas e incluso comestibles.
Y, como somos partidarios de la gente maja y profesional, entre tantas llamadas al hedonismo nos quedamos esta vez con la propuesta de un coqueto pub situado estratégicamente en la mitad del mercado. Su nombre es Portobello Star, un lugar con unas cuantas mesas, una larga barra y una corta carta de comidas y lleno de diferentes sugerencias para la bebida. Como el día era particularmente frío y húmedo nos fuimos al vasazo de hot chocolate (dulce, fragante, delicioso) y, de entre todos los cafés de la carta, nos decidimos por un espumoso café macchiatto, muy bien preparado. De entre su corta carta la decisión fue la de degustar un tradicional pastel de cerdo. Por aquello de pegar la hebra con el simpático, joven y apuesto (advertencia para las chicas) encargado del pub le preguntamos por la composición e historia del Pork Pie. El chaval se sonrojó, tragó saliva y nos explicó con la flema que se les supone a los ingleses que es un tipo de pastel de carne tradicional de la cocina británica. Consiste en carne de cerdo picada gruesa y gelatina de cerdo envueltas en una masa de tipo hojaldre pero más rotunda. El encargado acabó su descripción con un encantador “you know, my friend, a pork pie it’s a kind of pork pie, (gasp)”. Normalmente se come frío, aunque a los iconoclastas y a los que nos gusta la vida peligrosa nos gustaría con una calentada suave en el horno. El pastel que suele ser un aperitivo o forma parte de una comida más sustanciosa nos fue servido con un fantástico pan moreno de compañía, encurtidos (pickles) y tomates secados al sol macerados en aceite. Una completa comida que nos salió por unas 11 libras (13 euros aprox.).
Y así, mientras observábamos a los paisanos que nos rodeaban, que es otro de los alicientes del viaje, disfrutamos de la decoración del local, con unas radios de válvulas llameantes pintadas en la pared del fondo y nos quedamos con las ganas de preguntar qué diantre era una bebida tipo ponche que se preparaba con gran surtido de ingredientes en la barra. Pero nos pareció que ya habíamos terminado con nuestro turno de la práctica del idioma de Yeats y de dar la txapa al personal.
Si alguien sigue interesado tras la lectura de este post en el apasionante mundo del pastel de carne, mencionar que existe una sociedad para el fomento de este pastel, la Pork Pie Appreciation Society, y que en el argot londinense porkie, como el cerdito, (abreviatura de pork pie) se emplea para definir una mentira (lie). Y eso, aunque no lo parezca, es the naked truth.
(speaks, loves, prays and eats Mr. Dicky)
web de Portobello Star
171 Portobello RoadW11 2DY
Tfno 020 7229 8016
Periodista, con especialización en nuevas tecnologías de la información, redes sociales, relaciones públicas, gabinetes de comunicación, Internet y vídeo.
Licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco. Postgrado en Mecanización de la Información promovido por la Unión Europea. Estudios de Filología Inglesa.
Formación en multimedia, diseño web y gestión de empresas.
Radio Euskadi: redactor de informativos y director del programa especializado en nuevas tecnologías «Frontera Azul», galardonado con el premio MTV.
Radio Nacional de España: director de «A primera hora». Corresponsal de las revistas del grupo editorial Heres.
Euskal Telebista: redactor del magazine cultural «Vasta con Uve». Responsable del departamento de Publicidad de la televisión local Tele Donosti.
Sección de Internet y Multimedia de grupo audiovisual vasco Desarrollo de proyectos: deusto.tv , sitio web de la Fundación Buesa y otros.
Asesor de prensa en cosas. ¿Qué cosas? ¿cosas de gobierno? Sí, Peter, cosas del gobierno.
Orgulloso miembro (con perdón) del club de remo Kaiku (cuando ganaba). Hago karate (Shotokan) y subo montes y montañas y cojo olas. In the mood for love.
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