El Chef, la receta de la felicidad. (Comme un chef) Un guiso sin sal.
Segunda entrega de películas gastronómicas de verano. Acaba de ser estrenada en dvd (ya saben, ese objeto redondo, plateado y con agujero en el medio que sirve básicamente para que el torrent sea un dvdrip) el film francés «El Chef, la receta de la felicidad». Esta es, claramente, una película menor, pequeñita que diría Llouriño, aunque entre sus actores se encuentre el solvente Jean Reno (o alguien que se ha comido a Jean Reno, impresionante su cambio de peso) y el aspirante a cómico Michaël Youn, cuyo principal mérito (que no es escaso) es haber sido novio de Elsa Pataky (respect!).
El chef habla de la búsqueda y realización de los sueños y de cómo cuando estos se consiguen pasan a ser una losa pesada. Los dos protagonistas son un aspirante a chef, autodidacta y sin éxito y el chef famoso, con programa de televisión y responsable de un restaurant tres estrellas Michelin.
El primero fracasa en todos sus intentos de trabajar de cocinero ya que los restaurantes que le contratan (básicamente de menús del día populares para camioneros) no entienden sus reducciones, aires o carpaccios a la mostaza de Ródena.Y acaba sistemáticamente despedido, para enfado de su bella y embarazada esposa que le pide que asiente la cabeza y deje sus sueños. El segundo, Reno, tiene un agobio del copón ya que, a la inminente visita de los inspectores Michelín se une la presión del hijo del dueño del restaurante, un ricacho engreído y atontado, que opina que se ha quedado anticuado y quiere convertir el restaurante en una especie de puticlú gastronómico del espacio.
Lo que podía haber sido una buena película es, ya lo hemos dicho, una distracción o un entretenimiento banal. Si usamos el símil de la gastronomía diremos que tiene ingredientes de primera calidad pero que, al ser reunidos, el cocinero no ha dado una a derechas y la pifiado.
Si aplicamos el filtro de la filosofía, barata, se puede decir que la premisa es buena pero no su aplicación. La película habla de algo que en este blog nos apasiona; el hecho de comer como experiencia que transforma, de la emoción que provoca ir a un buen restaurante que no es equiparable al proceso alimenticio, de la Gastronomía como Cultura (con mayúsculas), de un elogio de la simplicidad frente a lo barroco y al engaño, de la suprema ponderación del producto, en fin. Habla de todo eso pero lo hace sin gracia y sin pasión que es lo que está en el centro argumento, del guión.
Y para colmo, las recetas que se perpetran en el filme son inverosímiles, viejunas o excesivamente modernas. No nos dan ninguna credibilidad. No las pediríamos si nos las ofrecieran en una carta.
Y como muestra del desatino general, un personaje que aparece brevemente. Santiago Segura interpreta a un cocinero español experto en cocina molecular que enseña a Jean Reno sus secretos para que no pierda su tercera estrella Michelín en un restaurante de cocina clásica francesa.
Su intervención trata de ridiculizar, de manera burda, a los maestros de la cocina española, sus esferificaciones el nitrógeno y concretamente a la escuela de Adriá, pero incomprensiblemente en la versión española su personaje pasa a ser francés y con acento gabacho, tipo Inspector Closeau. Santiago Segura en una entrevista a un medio de comunicación que recientemente despidió a media plantilla con PRISA y sin respeto, trata de explicarlo: «Soy muy hábil y en el doblaje hablo con acento francés. Lo consulté con los distribuidores, que soy muy respetuoso, pero si nosotros pensamos en un cocinero estirado, tiene que ser necesariamente francés». #Amosnomejodas Santiago. La explicación es mucho más sencilla. En el original Segura interpreta a un cocinero patán español que ridiculiza nuestra cocina. En el doblaje interpreta, por no pisar callos, a un cocinero francés experto en nueva cocina española, por lo que la final no se entiende su personaje, ni nada.
En definitiva película prescindible que para rematar tiene un final feliz edulcorado e inverosímil. La cocina francesa no merece estas defensas, que, como vimos la semana pasada se defiende sola bastante bien.
Película: El chef, la receta de la felicidad.
Título original: Comme un chef.
Dirección: Daniel Cohen.
Países: Francia y España. Año: 2012.
Duración: 84 min.
Género: Comedia.
Interpretación: Jean Reno (Alexander Lagarde), Michaël Youn (Jacky Bonnot), Raphaëlle Agogué (Beatrice), Julien Boisselier (Stanislas Matter), Santiago Segura (Juan), Salomé Stevenin (Amandine), Serge Lariviere (Titi), Issa Doumbia (Moussa), Bun Hay Mean (Chang), Pierre Vernier (Paul Matter).
Guion: Daniel Cohen y Olivier Dazat.
Producción: Sidonie Dumas. Música: Nicola Piovani.
Fotografía: Robert Fraisse. Montaje: Géraldine Rétif, Héléna Retif, Magalie Thuillier, Magalie Magnan y Elodie Mittet.
Periodista, con especialización en nuevas tecnologías de la información, redes sociales, relaciones públicas, gabinetes de comunicación, Internet y vídeo.
Licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco. Postgrado en Mecanización de la Información promovido por la Unión Europea. Estudios de Filología Inglesa.
Formación en multimedia, diseño web y gestión de empresas.
Radio Euskadi: redactor de informativos y director del programa especializado en nuevas tecnologías «Frontera Azul», galardonado con el premio MTV.
Radio Nacional de España: director de «A primera hora». Corresponsal de las revistas del grupo editorial Heres.
Euskal Telebista: redactor del magazine cultural «Vasta con Uve». Responsable del departamento de Publicidad de la televisión local Tele Donosti.
Sección de Internet y Multimedia de grupo audiovisual vasco Desarrollo de proyectos: deusto.tv , sitio web de la Fundación Buesa y otros.
Asesor de prensa en cosas. ¿Qué cosas? ¿cosas de gobierno? Sí, Peter, cosas del gobierno.
Orgulloso miembro (con perdón) del club de remo Kaiku (cuando ganaba). Hago karate (Shotokan) y subo montes y montañas y cojo olas. In the mood for love.
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