Bienvenidos a Heladería Palazzo (Madrid)
Hoy salgo de mi ciudad, 27, The Black City, para pasarme por esta weg de mis queridos Manueles y dejar una pequeña reseña. Y es que, este sábado, iba yo cual guiri despistada por la Gran Vía madrileña, entre el revuelo de gente que visitaba este fin de semana El Foro para celebrar la festividad de la Almudena, cuando, de repente, me paro en seco. Me da la sensación de que alguien me mira, me observa fijamente. ¿¿A mí?? Uy, qué mal rollo. Media vuelta, así en plan rápido para cazar al observador, y ¡anda, si es un monigote de esos que ponen los Manueles en la sección Bienvenidos! Ataque de risa, mi hermano que me mira con cara de «qué-hago-yo-con-mi-hermana-la-chalada» y varios viandantes que me lanzan lásers por los ojos por ponerme a hacer fotos con la de gente que hay en la calle. ¡Que necesito una foto, señores madrileños!
Ale, paro a toda mi familia frente a la Heladería Palazzo, foto al canto y, rápida y veloz, se la mando por whatsapp a los autores que hoy me acogen en su weg, los cuales, al igual que yo, reparan en un detalle curioso: el pobre hombre bigotudo, que amablemente nos ofrece un helado de mentira, está encadenado cual Kunta Kinte u otro pobre esclavo de las plantaciones de algodón del estado de Virginia. Pobrecito mío, con la poca pinta que tiene este de salir corriendo…
(Blackie)
El patriarca de esta cosa. Considera que el acto de comer es uno de los placeres más enormes que nos ha procurado la existencia. Y a eso se aplica. Y a contarlo.
Dios mío qué recuerdos!!!! cuantas tardes de verano, regresos al mediodía del colegio, y noches tras la cena he disfrutado de los maravillosos helados de Palazzo. Al lado de mi casa había uno! cuando abría era fiesta nacional!!!! en Donosti tengo la Veneciana, pero tiene unos horarios solo disponibles para funcionarios…