Preguntas sin aliñar: JUAN ECHANOVE
Apenas tiene 54 años. Es un chaval, pero parece que lleva toda nuestra vida haciendo películas, subiéndose a los escenarios, y asomándose a la pequeña pantalla. ‘El verdugo’, ‘El cerdo’, ‘Tiempo de silencio’, ‘Divinas palabras’, ‘Bajarse al moro’, ‘La flor de mi secreto’, ‘Alatriste’, ‘Turno de oficio’, ‘Chicas de hoy en día’, ‘Hermanos de leche’, ‘Cuéntame cómo pasó’… Y es que descubrió su vocación hace casi 40 años, siendo adolescente, durante una representación de ‘Noche de guerra en el Museo del Prado’ (Rafael Alberti), a cargo del Centro Dramático Nacional. A estas alturas, ¿quién no conoce a Juan Echanove (Madrid, 1961)? Quién no ha oído hablar de ese actor que defiende el teatro como bien de primera necesidad, un artista para quien la búsqueda de la verdad debe ser el rumbo inalterable de nuestras vidas.
Esa vertiente artística (reconocida con premios Goya, Max, Fotogramas, Concha de Plata -Zinemaldia-…) se complementa con su condición de notable gastrónomo, popularizada por su participación en las dos primeras temporadas del programa de televisión ‘Un país para comérselo’ y por su cuaderno digital, Un Blog Para Comérselo. Además, es socio de los propietarios del restaurante La Pizarrera en Granja Rosendo, iniciativa con sede en Riaza (Segovia). Estaba llamado a responder estas 24 preguntas sin aliñar.
«EL SABOR ES EL DIOS, Y EL PRODUCTO SU PROFETA»
¿Quién cocina en tu casa?
Todo aquel que quiera y sepa. Pero, en general, lo hago yo.
¿La mejor cocinera del mundo era tu madre?
No . Mi madre es una buena cocinera a nivel ama de casa. Pero en casa había una asistenta que cocinaba de modo excelente: Custodia Mora.
Desayuno ideal.
Pincho de tortilla de patata y clara con poca gaseosa.
¿Cuáles son tus platos favoritos, cuáles pedirías como última voluntad?
Royal de liebre, tartar de buey, pollo al ajillo y ensaladilla rusa.
¿Cocina tradicional o tecnoemocional?
Buena cocina que logre interesarme y conmoverme.
¿Compartes que el sabor es lo más importante a la hora de sentarse a la mesa?
El sabor es el Dios y el producto su Profeta.
Restaurantes preferidos. De los que has visitado, y de los que te gustaría pisar.
Nerua (Bilbao), El Celler de Can Roca (Girona), Quique Dacosta (Dénia), Ricard Camarena (Valencia), L´Escaleta (Cocentaina), Martín Berasategui (Lasarte-Oria), L’Atelier de Joël Robuchon (París) y l’Aubrac, de Michel Bras (Laguiole, Francia).
Creación de Martín Berasategui (foto: Cuchillo)
¿Qué opinas si, en la mesa aledaña, se llevan el vino sobrante y sacan el tupper del bolso o la mochila?
Que cada cual haga lo que crea conveniente. Creo en la Gastronomía como un acto de libertad.
Si tienes visita, ¿qué bares y/o restaurantes te gusta ‘enseñarles’ en tu ciudad, en Madrid?
Bar Alonso, El Cantábrico, Jurucha, Fide, El Doble…
¿Barra y ronda de bares, o larga sentada en terraza?
Ronda de bares. Mi preferida, la calle Laurel, en Logroño.
Bocadillo preferido.
De panceta frita, con baguette crujiente.
¿Con quién compartirías una buena botella de vino?
De vino, o champagne, con mi mujer y nuestros amigos.
¿La gastronomía vive inmersa en una burbuja que no tardará en explotar?
Ya ha explotado, y no nos hemos dado cuenta.
¿Cuál es tu disco, artista o música preferida para amenizar una comida memorable?
Mozart, siempre Mozart.
¿Crees en listas y clasificaciones de restaurantes?
Creo que son buenas para quienes no tienen un criterio formado. A mí me dan igual.
¿Qué tienes actualmente entre manos, Juan, en qué proyectos estás metido ahora?
Estoy dirigiendo ‘La asamblea de las mujeres’, para el Festival de Mérida 2015.
¿Qué diferencia tu adaptación de Aristófanes de otras que hayamos podido contemplar con anterioridad?
La adaptación es de Bernardo Sánchez Salas. Yo, al dirigir, también intervengo en ella, por descontado, pero él la firma. Creo que nuestra adaptación es más, digamos, ‘transtemporal’.
¿Nos iría mejor si el mundo lo gobernaran las mujeres?
Definitivamente, sí.
¿Siguen en marcha La Pizarrera y Granja Rosendo?
Seguimos en marcha. Y, además, La Pizarrera ha abierto un segundo comedor en el mismo local. Una pasada. En cuanto a Granja Rosendo, sigue siendo el proyecto de poder cultivar una serie de vegetales (hortalizas de alta gama) que surten a lo largo de todo el verano La Pizarrera, el restaurante de mis amigos Chema Martín y Ana Castro. Ha sido, es y sigue siendo un proyecto de aprendizaje para todos, y de disfrute para el cliente. El sueño de comunicar que algo tan sencillo como una cebolleta fresca, o una flor de calabacín, tiene tanta importancia en la ‘excelencia’ como cualquier otro producto supuestamente ‘más noble’. Este es nuestro séptimo año de plantación; seguimos cultivando y, lo que es más importante, seguimos siendo amigos. La Pizarrera es, de largo, uno de los mejores restaurantes de Castilla y León. Es sencillo, pero muy honesto.
En tu reciente intervención en el Club de Encuentro Manuel Broseta, en Valencia, aludiste, vía Rafael Alberti, a un tiempo en que la incultura se impuso a la cultura en nuestro país. En determinados aspectos, y sin bombardeos de por medio, ¿no sigue imponiéndose la incultura?
La incultura es el opio del pueblo. A más incultura, más posibilidad de manipulación.
A todo esto, y aludiendo al título de tu discurso, ¿el teatro que hacen es el teatro que quieren?
Yo creo en un país que llena las salas de Teatro, independientemente de las propuestas que se ofrezcan. Algo que ocurre de manera normal en países como Francia, Alemania y Argentina.
¿Por qué, a nivel coloquial, se llega a identificar el teatro con la mentira?
Porque a la gente le da vergüenza reconocer que miente y, sin embargo, le resulta más elegante decir que hace Teatro. ‘Relevancia social’.
Sacaba yo a relucir la supuesta burbuja gastronómica. ¿Hay demasiada cocina en televisión?
La televisión está saturada de contenidos culinarios, aunque no ocupen ni el 1% del espacio dedicado a deportes.
¿Qué te gustaría ser de mayor?
Feliz.
(Igor Cubillo)
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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