Una de tapenade, por Uve (Recetas para una desescalada #91)
Era tarde de domingo, lluviosa además. Me había acabado el libro. No quería encender la tele. Ya había perdido unas cuántas al chinchón, y supe escapar de la sesión de Just Dance. La alternativa a este planazo era ordenar armarios o planchar. Y-U-P-I. Así que, antes de perder el norte definitivamente, tomé aire, conté hasta diez y decidí buscar consuelo en la nevera. No pretendía acabar en el sofá comiendo helado a cucharadas en plan americano, que una todavía quiere mucho a sus caderas. Pensé en dedicar mi tiempo al aprovechamiento de las sobras, algo práctico, fácil y, a ser posible, sin manchar demasiado. Suena hasta bien.
Recordé que a la hora del aperitivo alguien por aquí había atacado las olivas verdes, dejando de lado las negras. Recordé también que sobraban unas cuantas anchoas en salazón de las que pinchan; que aún asomaba una mijita de ese aceite tan rico que me regaló mi (más) mejor amigo, y que me he vuelto más cauta con los ajos. O sea, que aún quedaban. Además, tenía un tarro de alcaparras (sin caducar, que tiene su mérito) que no sé muy bien qué pintaba en la balda. No es ingrediente habitual en mi cocina, así que imagino que me haría con uno por eso de hacerme la chulita en alguna reunión familiar y presumir delante de los cuñados. Que pringá.
Con todo esto, y una batidora, preparé un tapenade de aceitunas negras bien rico. Bueno, en realidad hice dos tandas de pasta. Y es que la primera vez me pasé con el ajo, una vez más.
Y mientras mi estómago (y mi aliento) se acordaban del dichoso bulbo, su familia y todos sus colores, me dediqué a salsear y descubrí que la denominación tapenade viene de tapena (alcaparra). Yo que pensaba que la importante era la aceituna…. Pues parece que no, es lo que tiene no dominar las lenguas, y que existen otras ‘versiones’ de patés vegetales, como el de berenjena, el de tomate… Lo dejaré para otra tediosa tarde. Procedamos.
INGREDIENTES
- 150 gr. de aceitunas negras (sin hueso)
- 2 cucharadas pequeñas de alcaparras encurtidas
- 4 anchoas
- 1 diente de ajo pequeño pelado (uno, de verdad que uno…)
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- 10 hojitas de romero (o tomillo, o nada de nada….)
AL LÍO
Todo a la batidora y listo. Súper vago. O también en el mortero, para los más virtuosos. Hay que procurar que quede con un poco de textura, no demasiado líquido. Más pasta que puré. Para comer como acompañamiento, untable o a cucharadas. Tal cual.
(Uve)
Es de números y tiene un secreto para conservar su línea. Sus amigos se preguntan por la clase de alimento, Uve sonríe coqueta y se guarda su secreto. Aporta el #mistery a Lo Que Coma Don Manuel. Amiga del anonimato, viste de negro, escucha a Roy Orbison para alegrarse, le parece que Iván Ferreiro grita, estudió en colegio de monjas, le chiflan las ostras, ofrece cerveza a los gremios y trajo el TeleMadre a Euskadi. Siempre de aquí para allá, pasa la noche mirando la Luna, esperando que pase un cometa o baje un platillo volante. Lo normal, al conocerle, es preguntarle: “de qué planeta viniste?”.
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