De Mallorca tráeme sobrasada. De Navarra, espárrago. De Bilbao, bollo de mantequilla. De Asturias, fabas y cabrales. De Galicia, diez kilos de centollos. De Dénia, pulpo seco. Y a ser posible de Peix i Brases, establecimiento que figura en mi Top 10 particular de la Marina Alta.

Cuenta la leyenda que el cefalópodo empezó a secarse en los barcos y ya en el S.XII lo consumían como sustituto del tabaco (🔪) aquellos marineros que pasaban taaantas horas en el mar. Lamentablemente, la imagen de los bichos secándose en tendederos por efecto del sol y la brisa marina, cual gayumbo Abanderado, es prácticamente parte del pasado. Sólo mantienen la tradición algunos restaurantes con apego a su raíz dianense.

Desde pequeño siempre he llevado en mi interior Abanderado (foto: Guía Hedonista)
Desde pequeño siempre he llevado en mi interior Abanderado (foto: Guía Hedonista)

Cómo preparar pulpo seco

Cómo se prepara el plato de la discordia, pues a nadie deja indiferente… Atendiendo a las explicaciones varias, lo más importante es lavar bien el pulpo (de roca y del Mediterráneo, ideal) antes de dejarlo secar para eliminar así todo resto de arena/tierra que pueda contener. Se tiende al sol y se recoge al atardecer, para que no coja humedad, de ahí que ciertas épocas del año sean mas indicadas que otras. Una vez seco, las patas se tuestan en el fuego (se cocina directamente a la llama) o en una plancha de hierro hasta que estén bien doradas. Se cortan en rodajas finitas y se aderezan con un buen aceite de oliva.

Ah, se recomienda comerlo más bien caliente, pues así resulta más sabroso.

Pulpo seco de Peix i Brases (foto: Cuchillo)
Pulpo seco de Peix i Brases (foto: Cuchillo)

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Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Director de Suite, el único foro gastronómico sin cocineros de este país.

igorcubillo.com