Restaurante Aretxondo (Galdakao). ¡Volveremos!
Yo tenía mis reparos, no vamos a negarlo. Había conseguido a través de una web de descuentos un precio más que fácil para un menú degustación en el ya clásico Aretxondo, donde, por arte de birlibirloque y pago con visa por adelantado, por menos de 30 euros/cabeza (la mitad del precio habitual) nos prometían un suculento menú de cinco platos + dos postres.
Alguna trampa tenía que haber, me decía para mis adentros. Nos darán de comer sobras en la cocina, nos sacarán un mantel en el jardín (ese día llovía a mares) o nos servirán un bocata de mortadela con surimi o krisia… Pero no, no podía estar más equivocado.
La primera impresión que uno recibe al enfrentarse a la fachada del hermoso caserío rehabilitado que ocupa el restaurante, ubicado en el señorial barrio de Elexalde de Galdakao, es que puertas adentro le espera un señor homenaje con todas las letras. Traspasado el umbral, la caricia de aromas de la cocina (no dejan fumar) se entremezcla con las espectaculares vistas de la cristalera que rodea el amplio salón, con capacidad para unas 150 personas, de decoración tradicional, tirando a vetusta, muy acorde por otra parte con el entorno y con lo que se ofrece en mesa.
Era entre semana y éramos pocos los afortunados que ese mediodía iban a sacrificar su jornada laboral de tarde a cambio de una placentera sobremesa. Y es que Aretxondo es de esos sitios donde no te vas a ir con hambre precisamente, así que lo de trabajar después es algo que, de entrada, queda descartado y tildado poco menos que de grosería.
Mientras elegíamos vino (nos fuimos al de la casa, por no complicar más los prolegómenos: un crianza de Rioja que ofrecía más de lo que esperábamos de él), nos sirvieron una pequeña tapa de bacalao en frío, refrescante y prometedora de lo que llegaría inmediatamente después. Porque el servicio, además de ser atento, iba a un ritmo perfecto; justo un instante antes de que se te pase por la cabeza pensar si están tardando, ya te han servido.
Repaso someramente los cinco platos principales del menú: una sopa fría de tomate acompañada de una isla formada por patata cocida (tal vez demasiado poco), langostinos, mejillón, almeja y percebe (todos debidamente limpios y pelados), que resultaba bastante acertada en la combinación de sabores.
Le siguió una generosa ración de foie con pistachos (otra vez la mezcla acertada) y tostadas de pan haciendo forma de teja. El foie estaba rebajado con nata, lo que lo hacía especialmente fácil de untar, si bien puede resultar un plato un tanto indigesto para estómagos sensibles. Ni un pero al sabor, y un 10 a la combinación con frutos secos.
Seguimos con una ensalada de verduras fritas en tempura regadas con un aceite de hongos. Suena un poco extraño eso de comer lechuga frita, pero lo cierto es que estaba espléndida. Encontramos calabacín, pimiento, zanahoria, tomate, canónigos, vainas y algun otro vegetal en un plato que resultaba muy equilibrado y, contra todo pronóstico, muy ligero, pese a que se tratara de frituras.
Volvimos a la mezcla acertada con un par de begihandis encebollados sobre cama de tinta. Lo normal es comer los calamares de una manera o de otra, pero hacerlo de dos formas simultáneamente se convirtió en todo un descubrimiento.
Rematamos con un solomillo acompañado de verduras a la plancha y un mojo picón casero de los de comer a cucharadas. La ración podría resultar un tanto escasa pero, viendo todo lo que habian servido antes, y lo que faltaba por llegar, era más que adecuada. La carne tenía un punto espectacular.
El primero de los dos postres fué un surtido de chocolates en texturas, mouse, bizcocho, tejas de chocolate, etc, regado con chocolate caliente. Un subidón de azúcar en toda regla. Le siguió una sopa fría de mandarina semigelatinizada acompañada de un helado de yogur natural que atenuaba bastante equilibradamente el dulzor de la primera.
Después de eso, un cafelito y una sonrisa que se nos quedo marcada toda la tarde.
(por un pelo no comió en el jardín, Rmrls)
web del restaurante
Barrio Elexalde, 20; Galdakao (Bizkaia)
94 456 76 61
Iñigo Romera, aka El Rmrls, es músico pluriempleado, diseñador gráfico y cocinillas ocasional.
Hola Don Manuel.
Encantados de haceros sentir bien y de que disfrutéis de nuestra gastronomía. Y siempre abiertos a vuestras opiniones.
Muchas gracias.
Gure Sukalkintza Cocina Vasca en Bizkaia
Restaurante Aretxondo