Restaurante La Dársena (Suances). El retorno
Como prometí en el post original sobre La Dársena, en cuanto me sobraron dos billetes de 50 euros repetí en ese satisfaciente restaurante de Suances. El sábado 28 de mayo acudí con La Txurri, a quien invité, y por 99,04 euros nos atracamos con todo esto: agua Solares; buen vino tinto de Rioja Viña Izadi crianza 2006 (13 más IVA, como todos los precios entre paréntesis); apetitoso aperitivo de salpicón de pulpo al que nos convidó la casa; ensalada de queso de cabra a la plancha sobre timbal de bonito rico, cebolla caramelizada y tal, pero ningún pimiento pues a ella no le gustan (12); mollejas con almejas, estupendas éstas, muy buenas aquéllas, fría la salsa verde que apenas servía para adorno y poco más (12); y -que suenen las trompetas- lubina a la sal para dos (42 eurazos), una pieza tamaño cachalote y con sabor que se imponía a pesar de tener ambos comensales el estómago bastante lleno, un pescado servido a la vista y con aparato por un camarero sudamericano amable y presto, quien lo adornó con suculentas patatas cocidas más un puré de puerros de distracción útil para una lubina de piscifactoría vulgar, no para semejante ejemplar limpio y exquisito.
Ya de postre, y para apurar el vino, queso manchego (7,5), frío pero rico, guarnicionado por orejones inanes y nueces que siguen guardándolas agrias. Que las tiren a la basura ya, cojones… Uh, perdón… Además, La Txurri tomó un café rico. Eso…
(no soporta la acidez de las nueces Oscar Cubillo)
Calle Muelle, 23; 39340 Suances (Cantabria)
942 84 44 89
Otro más de los licenciados en Ciencias Económicas que pueblan la nómina colaboradora de esta web. Cuando le da por ser comunicativo, manifiesta que publicó el mejor fanzine de rockabilly de España (el Good Rockin’, allá por los 80) y la mejor revista de blues de la Europa Continental (llamada ‘ritmo y blues’, editada de 1995 al 2000). Actualmente junta letras por dinero en el periódico El Correo, por comida en El Diario Vasco, por ego en Lo Que Coma Don Manuel y por contumacia en su propio blog, bautizado ‘Bilbao en Vivo’ y tratante, sobre todo, de conciertos en el Gran Bilbao, ese núcleo poblacional del que espera emigrar cuanto antes. Nunca ha hablado mucho. Hoy día, ni escucha. Hace años que ni lee. Pero de siempre lo que más le ha gustado es comer. Comer más que beber. Y también le agrada ir al cine porque piensa que ahí no hace nada y se está fresquito.
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