Si vas a Calatayud, pregunta por la Dolores. En Gernika visita la Casa de Juntas y asusta a las tortugas que viven en el estanque del Parque de Europa. En Getaria no olvides el ratón, ni tomar un txakoli escanciado cual sidra. Y en Ondarroa date el gustazo de terminar tu visita en el Moby Dick, junto a la playa.

En la muy noble y leal villa vizcaína todo plan que se precie debe incluir un paseo por la orilla del río Artibai, admirando la arquitectura, cruzar el susodicho (ya convertido en ría) por el puente que diseñó Calatrava, maldiciendo al arquitecto valenciano por colocar semejante mamotreto en un lugar con encanto, otear el horizonte desde su coqueta playa y tomar un algo en el Moby Dick. Sin pretensiones. Es el lugar idóneo para reponer fuerzas a base de sencillas ensaladas, sus raciones de chorizo, pimientos y demás, macarrones para la chavalería y platos compuestos por pollo, lomo o salchichas acompañadas por más pimientos y patatas fritas. Lo mejor: la ubicación, con su terraza a pie de playa y las consecuentes vistas y brisa, la música ambiente (en mi visita sonaron Jayhawks, Colin James, Lady Daisey…), el salero de la camarera tatuada y las croquetas caseras.

(Igor Cubillo)

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Playa Arrigorri s/n; 48700 Ondarroa (Bizkaia)

94 683 00 18

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Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Director de Suite, el único foro gastronómico sin cocineros de este país.

igorcubillo.com