Babarruna. Lo que no te conté sobre la alubia guipuzcoana (alegato)
Es cierto, no soy una gran devoradora de alubias. Siempre he pensado que es un plato que no permite disfrutar de una buena sobremesa. Sin embargo, tras leer en LQCDM la reseña sobre Lastur Taberna (Alubias con socarrat), me he propuesto restituir el honor de la judía guipuzcoana y, desde mi modesto conocimiento, me atrevo a asegurar que hay muchos lugares donde saborearla con regocijo. Según el plan en que te dispongas a hacerlo y, seguramente, de la fase vital en que te encuentres. Hay lugares idóneos para celebrar una comida de amigos (cantidad vs. calidad), para completar planes familiares, espacios infalibles cuando la intención es quedar bien con alguien (querido o no)… Podría seguir la retahíla de ejemplos (para glotones, para aficionados a la alta cocina…), pero limitaré la relación a esos tres.
En el primer estadio, el de la comida de amigos, acostumbra a primar el “más vale que sobre…”. Mantel de papel, cacerola de aluminio y plato duralex, gastadito por el uso, que así tiene más connotaciones melancólicas. Es lo que puedes encontrar en la falda del Txindoki, baserris con solera donde el binomio alubiada + pollo de caserío es un clásico. Cero glamour, advertido queda.
El plan familiar, de niños, de muuuuuchos niños, lo concibo en Berastegi, el último pueblo guipuzcoano, lindando con Navarra. Plan de trineo para las primeras nieves del invierno, un precioso pueblo para pasear y terminar con una sentada en casa Arregi, conocido popularmente como Kako. Es un restaurante de larga tradición familiar al que resultaba complicado acceder cuando no teníamosla A-15. Renovadohace unos años, ofrece un servicio agradable, una decoración cuidada y una todavía más cuidada carta, más teniendo en cuenta que hace dos telediarios tenía aspecto de caserío. La alubia se sirve al estilo tradicional, bien hecha, no deshecha. Y el resto de la carta, amplia y variada, para los valientes que se atrevan con un segundo plato, está surtida de productos de temporada bien cocinados.
Para el último planteamiento, el ‘quedabien’, el diferente, la sugerencia es el Restaurante Frontón, en Tolosa, “donde la alubia pierde su nombre y se llama babarruna”. No digo más. Ingredientes de primera calidad, babarruna de Tolosa, guindilla de Ibarra y morcilla de Beasain, juntos pero no revueltos. Según Roberto Ruiz, el artífice, nunca hay que cocinar la alubia con los sacramentos; estos van por libre, cocinados y presentados siempre de forma individual, para que cada uno “tenga su propia identidad”. Merece la pena una visita a este lugar. Aquí la alubia, perdón, babarruna, es producto de lujo, y eso se nota en el precio, pero de vez en cuando uno tiene que pegarse un homenaje.
Por cierto, en el Frontón, la alubia nunca a remojo… Yo no tengo tanto tiempo.
(Uve)
Restaurante Arregi (Kako)
Herriko enparantza, 7; Berastegi (Gipuzkoa)
943 683 059
Restaurante El Frontón
Paseo San Francisco 4, 1º; 20400 Tolosa (Gipuzkoa)
943 652 941
Es de números y tiene un secreto para conservar su línea. Sus amigos se preguntan por la clase de alimento, Uve sonríe coqueta y se guarda su secreto. Aporta el #mistery a Lo Que Coma Don Manuel. Amiga del anonimato, viste de negro, escucha a Roy Orbison para alegrarse, le parece que Iván Ferreiro grita, estudió en colegio de monjas, le chiflan las ostras, ofrece cerveza a los gremios y trajo el TeleMadre a Euskadi. Siempre de aquí para allá, pasa la noche mirando la Luna, esperando que pase un cometa o baje un platillo volante. Lo normal, al conocerle, es preguntarle: “de qué planeta viniste?”.
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