La Corrada del Obispo (Oviedo). Digno de repetir
Si te plantas en la capital asturiana y consultas dónde se puede comer bien, la mayoría de las indicaciones coincidirán en nombres como Casa Fermín y La Corrada del Obispo. Consultes internet, a un viandante documentado o al personal de un hotel, esas dos recomendaciones serán común denominador. Nosotros desechamos Casa Fermín y su menú degustación de 58 euros, simplemente por el escaso atractivo de su acceso, y nos decantamos por la propuesta de La Corrada, tasada en 55 euros, IVA incluido y bebidas aparte. Nos gustó tanto su propuesta gastronómica como la ubicación del restaurante/comedor, en una vieja casa levantada detrás de la catedral en el siglo XVIII. Buena localización para hacer la previa en la calle Águila: para tomar un chisme en La Latería del Águila, con un platito de frutos secos; para escoger entre las distintas denominaciones de origen que ofrece la Bodega El Molinón, pues todas maridan con su buena cecina: y para rematar el previo en la vetusta tasca de Pacita, quien ofrece tortilla rica como tapa cortesía de la casa, entre pósters dedicados de Fernando Alonso y ancianas que apuran sus caldos con picatostes.
Hecho el paseíllo, nos dirigimos a La Corrada, rodeando la catedral, y franqueamos el destartalado portal que brinda acceso. El camarero nos saludó y nos condujo educado al piso superior, donde nos tenía reservada una amplia mesa redonda en uno de los distintos ambientes del comedor. En pareja hubiéramos agradecido el mayor recogimiento de su galería, pero siendo tres señores los embarcados en la Operación Polvorón, se agradeció la amplitud de un área elegante y muy tranquila con suelos y techo de madera, piedra vista y no pocas plantas. Quizá ocupamos la misma mesa que en su día Woody Allen, aunque realmente nos parece demasiado expuesta para ser aquella donde en 2004 tuvieron un furtivo encuentro doña Letizia y don Felipe.
Habiéndonos decantado por el menú degustación, sólo quedaba charlar y escoger el vino: La Montesa crianza (2008), un tinto riojano infalible de Palacios/Remondo que, además, figuraba entre los mas baratos de la carta (18 euros). “Gran elección”, reforzó el atento camarero y sumiller, quien luego, no obstante, no esperó a que Koldo diese el visto bueno a la botella abierta, ensimismado como estaba con el iPhone (Koldobika, no el mesero).
Pronto se nos ofrecieron dos variedades de pan, de cinco cereales y de trigo, elección previa a la llegada de la crema de marisco con centollo. “Esta buenita, muy sabrosa, con tropiezos y caliente, a la temperatura que hay que servir el caldo”, juzgó El Rmrls, quien siempre tiene buenas palabras para el gremio, dicho sea de paso. Lo siguiente fue vieira con ensalada de tomate y caviar de arenque, otra ocasión para alabar las excelencias del molusco, pero los mayores halagos se los llevó la manita de cerdo gratinada con queso de cabra, una combinación tan atrevida como sabrosa, gracias a la suavidad del queso, a su justa medida.
El condumio continuó con rape sobre pimiento escalibado y setas, y con generosa ración de lomo de venado con peras al vino, otras dos preparaciones satisfactorias. En este momento, cuando empezábamos con la caza y el vino empezaba a escasear, el camarero nos ofreció abrir una segunda botella de La Montesa y pagar únicamente lo que consumiéramos, y las copas de Pedro Ximenez que acompañaron a los postres corrieron por cuenta de la casa. Otro detalle que engrandece al local y a su esmerado servicio.
Pero íbamos por los postres, lo más flojo, los pinchazos en hueso que impidieron rematar la faena con sonora ovación e hicieron imposible pensar en vueltas al ruedo: un correcto brownie de nueces y frutos rojos, y una combinación de trufa nada fina, toffe y plátano que resultó ser un helado de plátano del que uno se acordó posteriormente, cuando le repitió lemente… ¡Ups! Al final, salimos a 63 euros por cabeza: tres entrantes, pescado, carne, dos postres, vino, agua mineral Fuensanta y cafés. Nada más salir unos viandantes que estaban barajando cenar allí esa noche nos preguntaron “¿Qué tal habéis comido?”. Pues bien, sin ser la repanocha, lejos tal vez de la excelencia gastronómica, pero digno de repetir. Por el marco, el servicio y sí, vale, también por la comida, pero por la salada.
(Igor Cubillo)
web del restaurante
Calle Canóniga, 18; 33003 Oviedo (Asturias)
985 220 048
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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