Bar Restaurante Buenavista (Donostia). De bravas, calamares y otros misterios
Tenía un compañero de clase que era único asignando motes. Cualquier excusa, parecidos razonables, dotes o actitudes, todo valía para empaquetar un alias que, confieso, tenía su gracia. Desde Ventosillos a C3PO, pasando por Betty Missiego, Holakaixo y demás… Son sólo algunos de los que recuerdo, y la verdad es que nunca me confesó si a mi me había caído renombre similar. Sólo me decía que “lo hacía desde el cariño”. Mejor no saber.
Y esto viene a cuento porque hace un par de semanas, descubrí el significado de un alias que llevaba años escuchando y utilizando, pero sin conocer realmente a qué respondía. Sucedió cuando acudimos al Buenavista, un bar-restaurante ubicado en la subida al barrio de Igueldo, en Donostia-San Sebastián, a disfrutar del aperitivo en su agradable terraza con vistas al Cantábrico.
Es éste, desde siempre, uno de mis lugares favoritos para dejarse caer en las mañanas de domingo. Y tampoco es que tenga nada especial. Bueno, sí, su agradable terraza tipo patio, que se llena en cuanto sale el sol. Visitado por todo tipo de generaciones, lo recuerdo especialmente cuando, saliendo de un examen mañanero, nos citábamos alrededor de sus mesas para ahogar las penas; que con sidra todo se ve de otra manera. Como manda la tradición, acompañábamos el líquido elemento con unas raciones de bravas y rabas.
Volviendo al domingo en cuestión, llegamos y en la barra, Angelito (a punto de jubilarse y todavía le llaman así) y El Paisa. Extrañamente simpáticos y excesivamente amables para lo que me tienen acostumbrados, saludaron con cierta efusividad. ¿Es a mi? Va a ser que no. Nos acompañaba mi padre, y él, asiduo de este lugar, era el motivo de las amplias sonrisas. Ciertamente, no se dirigían al resto de los presentes, ni pretendían agradar con cucamonas a las niñas.
En la misma barra demandamos dos de txakoli (escanciado, muy guipuzcoano), un crianza “del más vendido”, una de agua, Kas de naranja, batido de chocolate y una ración de calamares (el platillo de siempre…). Nos apostamos al sol, en mitad de la terraza, ya que no había sitio junto al muro que es donde más me gusta y mejor se disfruta del paisaje. Ni tan mal.
Disfrutando la copa de vino, se me ocurrió preguntar al saludado de forma excedida por el origen del calificativo El Paisa. Y, sinceramente, en el fondo me esperaba una respuesta mucho más currada, con algún origen oculto; quizás ancestros familiares. Y qué equivocada estaba. Simplemente, el calificativo se debe a su forma de saludar. A todo el que entra por la puerta (bueno, a todos menos a mí) acoge con un “hola paisano” (y es que esto es un pueblo). Misterio desvelado. Qué gran decepción.
Con este sentimiento de frustración terminamos nuestra consumición y abonamos los 18,60 euracos. Ya está bien, que tocamos a calamar y medio por barba. Y recordé cómo en una escapadita a tierras cántabras, en una pequeña cantina disfrutamos de tres señores bocatas de bacon y queso, cañón, crianza, dos Kas de naranja y dos Cola-Cao con pedazo sobao (El Macho,) por 16€.
C’est la vie. Esto es Donosti.
(Uve)
web del restaurante
Cristóbal Balenciaga, 42; 20008 Donostia-San Sebastián (Gipuzkoa)
943 210 600
Es de números y tiene un secreto para conservar su línea. Sus amigos se preguntan por la clase de alimento, Uve sonríe coqueta y se guarda su secreto. Aporta el #mistery a Lo Que Coma Don Manuel. Amiga del anonimato, viste de negro, escucha a Roy Orbison para alegrarse, le parece que Iván Ferreiro grita, estudió en colegio de monjas, le chiflan las ostras, ofrece cerveza a los gremios y trajo el TeleMadre a Euskadi. Siempre de aquí para allá, pasa la noche mirando la Luna, esperando que pase un cometa o baje un platillo volante. Lo normal, al conocerle, es preguntarle: “de qué planeta viniste?”.
¡Olé! Qué bien habla esta mujer. Ya ni me acordaba…
Hola Iñigo. Exageras, nada de máquinas. Tratamos de dar una visión diferente, personalizada, acertada o no, de lo que se mueve alrededor de la gastronomía.
Si buscas un lugar sencillo, campechano, agradable, Buenavista puede ser la opción. Cuenta con una especie de «cenador» exterior donde disfrutar de ensaladas o raciones acompañadas de sidra, txakoli o vino para un plan informal. Muy agradable, sobre todo en estos días en los que el verano parece no querer abandonarnos… ¿Buscas buena comida? Depende de las expectativas. Te diré que el restaurante cuenta con una carta muy limitada (MUY), de comida tradicional, nada afrancesada, sin renombres complicados… merluza, rape, solomillo, chuleta… al pan, pan. Correcta díría yo. Mayor selección de riojas que otras DO.
Actualmente, ha tomado las riendas del negocio una nueva generación más joven, con más impulso, con otra visión… Decoración tradicional, vistas, parking… La carretera de acceso, subida al Monte Igueldo, es bonita, con muchas curvas. Ojo con el bebercio. Recomendable reserva previa, sobre todo si la intención es el picoteo en la zona abierta, la más solicitada. Juraría que cierran los lunes… On egin.
Buenas Uve, sois unas máquinas!! Quería preguntaros si este sitio es recomendable para ir a cenar con unos «colleagues» europeos. Busco buena comida en un sitio bonito… Y no sé, este parece…
Eskerrik asko!
crisis what crisis?