¿Utilizaría usted una fotografía de una merluza para señalar que ofrece besugo? ¿Y la imagen de un rodaballo para indicar que tiene bonito? ¿La de una salchicha para despachar txuletas (aka chuletas)? ¿La de Lionel Messi para anunciar la presencia de Cristiano Ronaldo? ¿La de Melendi para vender discos de Bob Marley? ¿La de un olivo para despachar vinagre? ¿La de una motocicleta para vender su coche? ¿La de la Torre Eiffel para promocionar El Cairo?
Suponemos que usted, persona sobrada de criterio y buen gusto, habrá respondido «No» a las ocho cuestiones. Pues bien, no seré yo quien ponga la mano en el fuego por los responsables de La Viña, bar-restaurante ubicado en la donostiarra calle 31 de agosto. En Lo Viejo. ¿Por qué? Pues porque retratan a una lozana nécora para dar a conocer al mundo, en general, y a los franceses, en particular, que sirven txangurro a la donostiarra. No sólo tarta de queso, que cuenta con gran predicamento, por cierto.
Como recurso estético, a modo de licencia, responderán los interesados. Que la nécora es en la imagen una mera figurante, como el vaso, la pala/cuchillo (!!!) y la barandilla de La Concha. Etcétera. Quizá lo dirán con cierto aire de suficiencia, incluso, como queriendo menospreciar nuestra apreciable indicación. ¡Ja! Como si el centollo y el buey no fueran bien bonitos y fotogénicos, ellos. Pobrecitos míos.
(cada día le sorprende más Donostia, a Cuchillo)

* Lo Que Coma Don Manuel coloca en la sección Bienvenidos aquellos muñecos, carteles y dibujos que, con cierta gracia, nos dan la bienvenida a restaurantes, bares, bistrós, tabernas, chigres, sidrerías y demás locales hosteleros que tanto nos gusta visitar. Esperamos sus aportaciones, apreciados lectores *


Es el pequeño de los Cubillo Brothers. Nació en 1991, en el mismo Bilbao, es más de salado que de dulce y acostumbra a disociar, con lo cual cambia de apariencia física con frecuencia. Como Robert de Niro antes de rodar Toro Salvaje, pero a lo tonto, por la cara. Él es más de toro tataki. Aprendió pronto que Dow Jones no es un cantante, le incomoda la fama de criticón, pues siempre ha sentido simpatía por el débil, y una máxima guía su proceder: «más vale que zozobre, que no que zofarte…». Católico practicante, que no celebrante, en su bautizo el párroco ofició vestido de Elvis, cantó himnos y salmos, y entonó el ‘Burning Love’. Vio la luz el día que se fotografió con Ferran Adrià y el de L’Hospitalet de Llobregat le puso una mano sobre el hombro al tiempo que decía: «Cuchillo, la gastronomía es el nuevo rock and roll». Amén.
Mola que compartas
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva) Facebook
- Haz clic para compartir en Pocket (Se abre en una ventana nueva) Pocket
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva) WhatsApp
- Haz clic para compartir en Reddit (Se abre en una ventana nueva) Reddit
- Haz clic para compartir en X (Se abre en una ventana nueva) X
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva) LinkedIn
- Haz clic para compartir en Pinterest (Se abre en una ventana nueva) Pinterest
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva) Correo electrónico
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva) Telegram
- Haz clic para compartir en Tumblr (Se abre en una ventana nueva) Tumblr
- Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva) Imprimir
Relacionado
Suscríbete al blog por correo electrónico

Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Director de Suite, el único foro gastronómico sin cocineros de este país.

