El Roxín (El Mazucu). Paisajes para después de la batalla y de antes del Cabritu
Estos días ha surgido en las redes sociales una (bella) iniciativa. Te animan, desde Asturias a que te conviertas en uno de los guardianesdelparaiso.org. Y la cosa tiene su miga, que diría aquel. Porque guardar la esencia es en ocasiones, es ser egoístas. Callarse y no contar lo bueno. No vaya a ser que se corra la voz y te lo pisen y estropeen. Pero nosotros no somos así. Estamos en el Paraíso y lo contamos. Este invierno que se alarga está posibilitando actividades lo más diversas. Hace una semana nieve. Al de dos días sol y mañana, nieve. Así que se puede ir a la playa, subir al monte y ver la cabras y gritar ¡Pedroooo!. Y ya que estamos en Asturias, comer de lujo.
Esta semana fuimos a El Roxín que está en el Mazucu. Conviene subir a este pueblo, pisar sus alrededores y saber qué paso por allí. A los que nos gustan las historias, este pueblo tiene un bello y duro relato. Allí se desarrolló una de las batallas más épicas de la Guerra Incivil Española. En el alto de la Tornería las tropas de la República se enfrentaron a los sublevados nacionales. El Frente Norte dependía, después del desmoronamiento desordenado de la Batalla de Santander y del, ejem, Pacto de Santoña, de unos 1.700 asturianos bravos y un par de batallones de choque vascos. Tras resistir en el Deva, la línea calló y en las murallas naturales de la preciosa sierra del Cuera y en las estribaciones del Mazuco y de la Tornería se estableció una defensa muy similar a la de los 300 espartanos en las Termópilas. Los defensores, con la única superioridad de las cumbres y la orografía, se enfrentaron a un ejercito bien suministrado, excelentemente armado y con superioridad aérea abrumadora. Por si esto no fuera suficiente, contaban con el cañoneo de gran calibre desde la Costa del destructor Almirante Cervera, apodado «El Chulo del Cantábrico», dada la impunidad con que cañoneaba poblaciones costeras, como Gijón, Santander o la base de submarinos republicanos en Portugalete. Allí resistieron los milicianos lo que pudieron, escondidos en las grietas del terreno, frente a nuevas tácticas militares como el bombardeo aéreo en alfombra, el frío, el hambre, la falta de armamento o la inmensa superioridad de sus enemigos; nada menos que 30.000 efectivos de batallones de élite como los requetés navarros. El frente aguantó un par de semanas, lo que proporcionó tiempo para organizar evacuaciones y sobre todo para subir la moral del resto de la zona republicana. Y, ahora es un escenario de una belleza brutal, con cicatrices de la guerra. En los campos de batalla de la Guerra Civil Americana se establecen los National Military Park, y se conserva y se explica la historia de una manera ejemplar para conocimiento de las generaciones posteriores. Quizás sea una buena idea hacer lo propio con nuestra Historia.
El plan, ya os lo he puesto. Visita a la Tornería, pisoteo del campo de batalla, fotos, recuerdo y después al mediodía, con el hambre en su cenit comida en El Roxín. El Roxín, no tienes pérdida, está en la mitad del pueblo. En la entrada es un bar pequeño, una tasca para paisanos y, al fondo a la derecha un alargado comedor, ganado a la montaña en el que te reciben muy bien y en el que se come de lujo. Son especialistas en el cabritu guisado que lo bordan y que es un plato recio, con sabor profundo caprino, nada que ver con los corderillos que no saben a nada o con los guisos light. Esto es para gente curtida, de los que comen bien y sin tonterías. En concreto la ración (13 euros) es de las que asustan. En un sitio que no fuera astur esa sería una ración para dos bien comidos y casi como plato único.
Pero nosotros antes los retos nos crecemos. Mi acompañante sugirió empezar con una ensalada (3,50 euros) y fue un acierto. Una lechuga que ¡sabía a lechuga!, unos tomates con sabor y olor. Algo de otra época. En una preparación sencilla pero buena, sin módenas ni zarandajas. Y ya puestos, pedimos unas croquetas (5,50 euros). Mira que hacen bien las croquetas en cualquier chigre asturiano, pero es que aquí las bordan. No diremos que son tan elaboradas como las (geniales) del Retiro o las estratosféricas de Casa Gerardo pero sí que estaban en la liga de las grandes croquetas. Y, como tenemos que demostrar nuestro talante allá por donde vamos, y, por si acaso, pedimos pollo al brasa (7 euros) (otra ración como para una pareja, con millones de patatas fritas de verdad). Y luego el dueño, un simpático y satisfecho propietario, se acercó y como si estuviéramos en un lugar de postín, nos preguntó por nuestra opinión. Y claro le dijimos que de diez, pero que, oiga, hay que avisr de los tamaños de los platos, que uno es de Bilbao, sí, pero que a veces también tiene sus límites.
Y acabó la comida con una tarta de almendras bien resuelta. Y con chupito de hierbas, para bajar que decía mi abuela, y salimos orondos y lustrosos y con la idea de volver, en primavera o en verano o en otoño (incluso, claro, el próximo invierno).
Bar Parrilla El Roxín
+34 985 92 57 38
El Mazuco s/n Llanes, Asturias, España
Periodista, con especialización en nuevas tecnologías de la información, redes sociales, relaciones públicas, gabinetes de comunicación, Internet y vídeo.
Licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco. Postgrado en Mecanización de la Información promovido por la Unión Europea. Estudios de Filología Inglesa.
Formación en multimedia, diseño web y gestión de empresas.
Radio Euskadi: redactor de informativos y director del programa especializado en nuevas tecnologías «Frontera Azul», galardonado con el premio MTV.
Radio Nacional de España: director de «A primera hora». Corresponsal de las revistas del grupo editorial Heres.
Euskal Telebista: redactor del magazine cultural «Vasta con Uve». Responsable del departamento de Publicidad de la televisión local Tele Donosti.
Sección de Internet y Multimedia de grupo audiovisual vasco Desarrollo de proyectos: deusto.tv , sitio web de la Fundación Buesa y otros.
Asesor de prensa en cosas. ¿Qué cosas? ¿cosas de gobierno? Sí, Peter, cosas del gobierno.
Orgulloso miembro (con perdón) del club de remo Kaiku (cuando ganaba). Hago karate (Shotokan) y subo montes y montañas y cojo olas. In the mood for love.
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- LLanes, diez restaurantes y diez experiencias imprescindibles en el Oriente de Asturias | LO QUE COMA DON MANUEL - […] en el alto del Mazuco, está el Roxín, una de las mejores croquetas y en un pueblo de postal.…
Estuvimos comiendo el 12 de julio, solo el lugar donde está el restaurante ya merece la visita, unas vistas impresionantes de la sierra de Cuera y del Mazuco a través de las cristaleras del comedor. Y de la comida, que decir, una fabada sabrosísima sin grasa, con el pantruque típico de Llanes, el cabrito guisado impresionante, se deshace en la boca y por último chuletón, el nuestro enorme porque éramos 8, tierno, tierno y con un sabor… Solo probamos de postre la tarta de queso, flojita, sabe mucho a nata y poco a queso, pero es que yo soy muy exigente con las tartas de queso, es mi postre favorito!
Y de precio estupendo.
Aquí un giputxi muy fan del Roxín…….Con todos mis respetos, se os olvido probar la sopa de higado, verdadero plato estrella del garito. Un saludo!
Querida Andrea
Mi tipo envidiable probablemente se debe a razones genéticas y yo no tenga ninguna culpa de ser tan guapo. También puede influir el correr todos los días ocho kilómetros a un ritmo promediado de 5 minutos cuarenta segundos por minuto, a que soy un guindilla y no me puedo parar quieto o al sano equilibrio entre lo que como y lo que… ahí lo dejo, ejem, ejem, :)) abrazo
Queridos amigos de http://www.basketandtalent.com
gracias por la mención y por vuestro blog! No nos cansaremos de repetirlo: la vuestra es una bitácora de referencia. Abrazazo, nos vemos en Asturias, el paraiso!
Otro planazo Made in lo que coma Don Manuel. Como asiduos de Llanes lo probaremos en breve. Molan estos post, enhorabuena!
Una pregunta… ¿Cómo mantienes la línea?