Restaurante El Viejo Zortzi (Bilbao). El mejor rabo guisado

Publicado por María Mora en Bilbao, Bizkaia, Euskadi | 2 comentarios

Un martes tonto de hace un par de semanas, después de estar por el centro de la Villa haciendo algún que otro recado, al consorte y a mí nos dio una pereza horrible tener que coger la sartén. Llegar a casa, pensar qué demonios hacer para cenar (estamos faltos de inspiración últimamente, aunque aún nos resistimos a recurrir a latas y congelados), ir corriendo a comprar los víveres y ponernos a cocinar a unas horas un poco intempestivas, pues como que no, oye. Así que, cuando terminamos de hacer aquello para lo que fuimos hasta Bilbao, nos pusimos a callejear con el gastro-radar en modo on (ese que se configura bajo las coordenadas «bueno», «barato» y «nuevo, a poder ser»; ¡ya veis!, los de Barakaldo tenemos gepeses en 3D, más modernos que nadie).

¿¿Unas pitas en el Capuccino?? ¿¿Una hamburguesa del Florida?? Humm, no nos terminaba de convencer ninguna opción… Finalmente el gepese encontró un camino estupendo que tenía como destino El Viejo Zortzi. Una vergüenza admitirlo, lo sé, pero nunca antes habíamos estado. No por falta de ganas ni de intentonas, pero son cosas que pasan. Hasta ese día no habíamos encontrado el momento. Total, que allí que fuimos. Se presentaban ante nosotros dos opciones: a) pedir tapas o raciones en la barra; o b) cenar como señores en mesa con mantel. Y como, aunque seamos de Barakaldo, somos muy finos, estaba clara cuál era la opción ganadora.

Menú ‘4 días’ de El Viejo Zortzi

Una vez acomodados en la mesa, un amable camarero nos trae la carta y nos recomienda elegir, ya que era día de labor, el menú denominado «4 días» (disponible de lunes a jueves, mediodía y noche). Según leemos en la carta, el menú constaba de 5 medias raciones como entrantes para compartir, un segundo a elegir y un surtido de postres. Todo acompañado de dos copas de vino por comensal, por el módico precio de 29,90 € (IVA incluido). ¡¡Barato barato, oye!! ¡¡Ni en Groupon!!

Pues fíjate que no… Me pasó lo mismo que en la uni, que con las prisas leía mal los enunciados de las preguntas de los exámenes. La letra pequeña (que de pequeña no tenía nada, pero bueno, valga para justificar el error) bien decía que el menú sólo tenía un entrante a elegir, que además era una media ración. Bochornazo cuando nos lo aclara el camarero… ups!

Muy dignos, y como si tal cosa, cambiamos la cara de subidón por la de poker y nos dispusimos a elegir. Crema de marisco de primero y carrilleras de segundo, para mí. Láminas de bacalao con piquillos y aguacate de primero, para el consorte, y de segundo rabo de ternera estofado al vino tinto. Sí, ya sé que no pega nada una crema de marisco con una carne guisada, pero no lo pude evitar. Son de esos platos que cuando aparecen en una carta, todo lo demás lo leo como borroso. Cada uno tiene sus debilidades culinarias en esta vida.

Los vinos elegidos fueron Blanco Nieva 2012 (verdejo) y el ecológico Petit Bernat 2012 (denominación de origen Pla de Bages). Muy ricos ambos dos. Dada la escasez de clientes, la comanda llegó bien pronto a la mesa. Mi crema de marisco, espectacular. En su punto justo de sabor, espesor y cantidad de tropezones (aunque estaban todos en el fondo del plato y por eso casi no se aprecian). Sería oficialmente media ración, pero era un plato sopero bien grande y lustroso.

La ensalada de bacalao, piquillos y aguacate estaba sorprendentemente buena. No se me habría ocurrido a mi juntar pimientos y aguacate en un mismo plato pero, la verdad, la receta mereció un apunte mental para intentarla en casa. También cundió bastante, pese a ser media ración.

Y llegaron los segundos. Mis carrilleras guisadas con boletus y fino puré de patatas como guarnición no estaban todo lo buenas que esperaba. El punto de la carne, perfecto, eso sí, pero la salsa tenía un regusto entre ácido y amargo que no me pareció muy agradable. No supe descifrar qué era lo que le podía dar ese sabor, pero la verdad es que me esforcé más de lo que acostumbro en terminarme el plato.

Por el contrario, al rabo guisado no le pudimos poner ni un pero. Salsa ligada y sabrosa y carne perfectamente guisada, inmejorable. La carne se despegaba de hueso casi con la mirada. Y grasa la justa; de la hace que se te peguen los labios pero no tener desagradables trozacos de gelatina en la boca. Así quedaron el plato y los huesos de limpios… Para jugar a las tabas, si no fuera porque estamos en 2013 y esos juegos viejunos ya no se estilan.

El surtido de postres caseros, muy correcto en cantidad y en combinación de recetas: tocinillos de cielo, helado de yogur y de menta con chocolate, gelée de vino dulce y pastelito de arroz. Para mi gusto, sólo sobraba el tocinillo. No porque no estuviera bueno, sino porque el exceso de dulce no me apasiona especialmente.

Nota: cómo veréis, suelo hablar en primera persona del plural, indicio de que siempre me las apaño para probar lo que piden los demás comensales, de ahí que intente persuadirles para que pidan mi segunda o tercera opción. Por si alguna vez coincidimos compartiendo mantel, ¡estáis advertidos!

(prefirió mil veces el rabo a las carrilleras de El Viejo Zortzi, María Mora)

web del restaurante

ver ubicación

Calle Licenciado Poza, 54; 48013 Bilbao (Bizkaia)

94 441 92 49

* Menú 4 días (medio entrante, segundo completo, surtido de postres y dos copas de vino; 29,90€, IVA incluido)