Pizzería Totó (Sopelana). El Comidista no engaña
Hace unos meses, leyendo a don Mikel Iturriaga (si aún no sois fans, os recomiendo encarecidamente leerle; en especial, los viernes), me enteré de que existía una auténtica pizzería italiana sita en Sopelana y de nombre Totó. Hasta la semana pasada no habíamos encontrado la oportunidad de ir y, la verdad, ¡no sabéis lo que me arrepiento de haber tardado tanto!
He aquí los detalles del garito. Es pequeño, no tiene ni una mesa. Las pizzas se encargan para recoger en el local o bien para que te las lleven a casa, si tienes la fortuna de vivir en Sopelana, Urduliz o Berango. Más lejos, no vale. Pero no preocuparse. Si no tienes piso por los alrededores, o te da vergüenza comerte la pizza cual teenager en un parque, los bares de la zona no te ponen pega alguna en degustarlas en sus propios locales o terrazas, siempre que les hagas gasto en el bebercio (amables, sí; tontos, no). Buena simbiosis, creo yo. Además de pizzas, Totó ofrece un pequeño surtido de genuinos productos italianos, como vinos y cervezas.
Bueno, que no me enrollo más. Pedimos para todos tres pizzas para compartir: una Totó, con panceta, rúcula y ricotta ahumada; otra cuyo nombre no recuerdo, con salchicha fresca, cebolla y panceta (again); y una tercera al gusto, con jamón york y champiñones. La chica que nos tomó el pedido, amable a rabiar, nos dijo que nos haría una llamada perdida al móvil cuando estuvieran listas. En menos de 15 minutos el móvil sonó.
A cada cual mejor, sinceramente (pero si tuviera que elegir una, me quedo con la Totó). La masa fina y crujiente, de la que te comes hasta los bordes porque no es nada pesada. Una maravilla. Y si la masa estaba rica, los ingredientes aun más. Tenían pinta de pizzas italianas y sabían como tales. Un lujazo.
Lo dicho. Las pizzas derrochaban calidad por los cuatro costados (esos que no tienen). Ni la masa ni los ingredientes tenían nada que ver con Telepizzas, Tagliatellas y demás familia. Ya sé que tienen muchos fans, que son muy baratas y todo lo que tú quieras, pero a mí con la pizza me pasa lo mismo que con el arroz, tengo el paladar muy fisno. Y prefiero pagar su precio justo (sin pasarse, claro) antes que meterme calorías baratas entre pecho y espalda, que se pegan al muslamen.
Las tres pizzas, 33 euros. We’ll be back, Totó.
(le agradece enormemente la recomendación a El Comidista, María Mora)
Soy María. Alicantina de nacimiento, baracaldesa de adopción y economista sin mucha vocación. Siempre he sido bastante glotona, la verdad, pero al buen comer y a los fogones me he aficionado en la veintena (esa que está casi terminando). Disfruto como una enana descubriendo sitios nuevos, casi tanto como pidiendo lo más raro que veo en una carta. No tengo blog propio, así que los Manueles me acogen cual cachorrillo sin hogar. Eso sí, tengo Facebook y Twitter, por si queréis cotillear algo sobre mí.
Muy buenas Maria, mille grazie por lo que has comentado. Es siempre un placer enorme leer tantos cumplidos sobre nosotros y sobre lo que hacemos, la verdad es que como se dice aquí, cocinamos con mucho mucho cariño.
Os espero a todos en Sope y si lo que quereis es sentartos para comer una de nuestras pizzas, podeis hacerlo en algorta. Allì, hace unos meses abrimos otra pizzeria, un pelin diferente a la de Sope porque tiene mesas y barra para poder tomar unos vinitos o una cervezas.
Grazie, grazie a todos.
Ciao e buon appetito a tutti.
Totó
Uys!!! Esa novedad no la tenía yo registrada!!! Iremos iremos… también se llama Totó??
Gracias a vosotros por hacer las cosas como Dios manda (que debería ser la norma, pero no es tan común…)
Un saludo maestro! 🙂
Hay una que tiene pera. Sublime!
Faltaría plus! Lo bueno hay que compartirlo con el mundo…
Diles que se animen a montar sucursal en Bilbao centro (me ofrezco como socia capitalista si hace falta!) y vamos cerrando poco a poco Tagliatellas y demás Italo-sucedáneos… Cual cruzada!
A todo esto, me parto con tu blog. Eres un crack.
Abrazo!!
Muchas gracias por la mención, María!