‘Tesoros de mi alacena’. Cestas regalo de vocación saludable
¡Cuántos secretos se han guardado en alacenas! Tantos como huesos en las cunetas. Cuántas confidencias, palabras prestadas, amuletos, regalos, recuerdos y tesoros, no sólo vajillas, mantelerías y cuberterías. Y es que cada definición se queda corta. Dice la Wikipedia que es “el hueco hecho en el muro que disponiendo de puertas y anaqueles sirve para guardar objetos del ajuar doméstico”. El pueblo ha bautizado así al aparador que la RAE describe como “mueble donde se guarda o contiene lo necesario para el servicio de mesa”. Y no son pocas las tiendas de productos surtidos que, antes del desembarco comercial de ‘los chinos’, se hacían llamar alacenas.
Este último es el recuerdo de la nutricionista Isabel García Pisonero, cuyos abuelos regentaban Ultramarinos P. García en Santutxu, popular barrio bilbaíno, un gran cofre de joyas y memorias que inspira el bautismo de su nuevo proyecto, ‘Tesoros de mi alacena’. Con dichas palabras, la referida carga emocional y una frase resumen (“Guardo en mi alacena tesoros de la tierra, que ahora y siempre han sido sustento de quienes sin ser ciencia… nos lo enseñaron todo”) rotula cada cesta que despacha en este flamante negocio online ), pues no cuenta con tienda física, cada envío de productos que aúnan “salud, placer, tradición y país”.
“Para ser incluido entre nuestros tesoros un producto tiene que estar dentro de la dieta mediterránea, enfocado a ella, que es lo que defiendo siempre. Al final son productos como tradicionales”, resume la mujer que ideó la aventura, junto a su hermano Martín, durante el largo confinamiento. Algo había que hacer para sobrellevar la situación, y decidieron empaquetar cuidadosamente sueños cumplidos de distintos productores.
Tres cestas de Tesoros de mi alacena
Actualmente ofrecen tres cajas de entidad donde cobra peso y valor económico esa detallista presentación, dos llamadas “Tesoros” (85€ y 115€) y una “Ibéricos bellota” (99€). Las dos primeras envuelven seis y siete productos variados, mientras que la tercera se centra en sobres de paleta y lomo ibéricos y AOVE. Además, para hacer más llevadero el desembolso y facilitar el regalo, también disponen de alternativas más económicas (39,90€) para quien se conforme con sólo dos artículos, chocolate y miel, o aceite y bonito.
Yo he tenido la suerte de recibir la versión corta de Tesoros, por mediación de mi amigo Tsustas, y he comprobado de primera mano tanto su buena presencia, muy coqueta sin renunciar al toque rústico que tanto beneficia a la producción artesana, como el prometedor contenido. La selección incluye concretamente bonito en aceite de oliva de la firma bermeana Zallo; chocolate negro de Monper elaborado en Reocín; miel de bosque de El Tío Ángel; aceite de oliva virgen extra 100% ecológico, de variedad picual, embotellado por Tierras de Tavara dentro de la Denominación de Origen Sierra de Segura; un saco de garbanzo pedrosillano Las Perdices Rojas; y lonchas de “paleta de bellota 100% ibérica”, con pegatina de Anbonisa, aderezadas con sal, azúcares, antioxidante E-331 y conservador E-250. Seis “joyas nutricionales” de otras tantas comunidades autónomas (Euskadi, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Andalucía y Extremadura) que “son ricas, nuestras y encima poseen propiedades nutricionales”.
“Cada producto lleva asociadas unas pautas, unas propiedades nutricionales. La idea es coger de lo tradicional algo que es rico y es saludable, y parece que se está perdiendo. Obviamente no podemos decir que son productos sanos, como literalmente la palabra sano podría definirse. Si lo expusiera como único argumento no sería cierto, ya que son productos saludables tomados coherentemente, pero sí poseen valiosas propiedades” insiste Isabel.
Todo se acompaña con unas pequeñas notas que señalan brevísimamente citas, evocaciones, composiciones, virtudes, orígenes e historias vinculadas a cada alimento en particular. Los precios indicados incluyen los gastos de envío a todo el país y hay que contar el estímulo adicional de su adscripción al “euro solidario”, que de cada cesta solidaria se dona un euro al Banco de Alimentos.
Dicho lo cual, estás a tiempo de despedir el año dándote un capricho o agasajando a una amistad con cajas regalo que reúnen buena presencia, ilusión y propiedades organolépticas. Y lo mejor de todo es que, aunque el barco acabe de zarpar sin travesía ni destino preestablecido ni garantizado, aunque haya arrancado en Navidad, no se trata el suyo de un viaje tan corto, no es otra firma especializada en cestas navideñas, no peca de oportunismo ni estacionalidad. Los tesoros de su alacena estarán disponibles todo el año en la web .
web de Tesoros de mi alacena
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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