Al final del camino solo recuerdas una batalla, la que libraste contigo mismo, el verdadero enemigo; la que te hizo único. Con poesía, uva bonarda y mantequilla ahumada fuimos recibidos hace semanas en el madrileño barrio de La Chopera por la encargada de Piantao, un refugio que se presta al deleite de la palabra, de la más nutritiva conversación al calor de la parrilla, de esas brasas de encina, roble blanco y carbón de quebracho que devuelven la vida a cortes de cerdo ibérico, novillos de La Pampa de raza aberdeen angus y vacuno mayor europeo madurado.

Ojo de bife, flecha de vaca vieja, chorizo chacarero, criollo casero, más longanizas artesanales, molleja de corazón, humita en chala (crema de maíz envuelta en su hoja, cocinada al horno y rematada con aceite de pimiento ahumado y cebolleta)… Gastronomía porteña, sabores de la Patagonia. Locura argentina le llama el bonaerense Javier Brichetto, patrón de cocina. Por eso se llama Piantao, «término lunfardo del argot rioplatense que se utiliza para definir la locura de una forma romántica y poética». Quereme así.

(Igor Cubillo)

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Paseo de la Chopera, 69; 28045 Madrid

(+34) 91 467 54 02

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Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Director de Suite, el único foro gastronómico sin cocineros de este país.

igorcubillo.com