Sopa de ajo facilísima (Recetas para una desescalada #95)
Los amigos de Cocinatis me pidieron hace unos años opinión sobre mi “plato español” preferido, y me facilitaron un listado bien surtido de tópicos como la paella y el jamón. Si me tengo que ceñir exclusivamente a las tentaciones recogidas en esa relación de finalistas, les dije, me quedo con las gachasmigas, por ser exponente de la cocina más humilde.
Particularmente, siento admiración y predilección por la cocina de supervivencia, por las sabrosísimas creaciones que amos y amas de sus casas y sus fogones han tenido que ingeniar, en la mayoría de ocasiones por pura necesidad, para reaprovechar sobras o lo poco que cubrían telarañas en sus cámaras, fresqueras y despensas. Y entre esos platos, sea dicho de paso, y sea de la región que sea, tengo debilidad por la sopa de ajo, la resurrección del pan acartonado con poco más que agua, liliácea, tomate y, si hay suerte, huevo. Un milagro con mucho gusto. Aquí va la versión más fácil y perezosa que conozco y disfruto.
INGREDIENTES
- 3 ó 4 dientes de ajo
- Pan de varios días atrás
- 5 cucharadas de tomate frito
- 1 litro de agua
- 1 huevo
- Sal
- Aceite
AL LÍO
Filetea los dientes de ajo, una vez retirado el germen de cada uno, y ponlos a calentar en una pequeña cazuela con aceite de oliva en su base. Cuando empiecen a ‘bailar’, añade la corteza del pan troceada; con un cuchillo habrás cortado generosas escamas de esa corteza, descartando el bloque de miga.
Rehoga el pan y, a continuación, añade el tomate, dale una vuelta, e incorpora el agua y la sal. Deja que hierva una hora, o más, de manera que espese la sopa.
Cuando apenas queden cuatro minutos, añade un huevo batido, revuelve para que cuaje en forma de hilos y deja reposar un poco antes de comer.
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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