Mesón Chuchi (Fuenmayor). Apuesta segura en Fuenmayor
El otro día tocó ir a Teruel para trabajar un poco. Allí nos trataron de maravilla en el Hotel El Mudayyan, un hotel supercoqueto que por 60 euros la noche te ofrece un trato más que amistoso, un desayuno casero delicioso y amenas lecciones de Historia de Teruel narradas por la encantadora dueña, Mª José, que además te enseña los secretos del subsuelo del hotel (hace unos siglos fue la casa del cura y tiene unas galerías que unen la casa con la Iglesia -¡qué discreto el señor cura!-).
En Teruel, cómo no, dimos buena cuenta del resultón jamón de Teruel para comer, cenar y desayunar. Tras un par de días intensos tocaba viaje de vuelta. El que conducía, al que denominaré Presi Senior, es un gran aficionado al Mesón Chuchi así que, ¿casualmente?, nos plantó en su puerta a las tres en punto, mientras nos contaba la anécdota de que en este restaurante se reunieron para hacer ganchillo Arzalluz, Corcuera y Vera hace ya unos cuantos años.
Presi Senior ya me descubrió el Chuchi allá por 2000 y en los últimos años por allí he ido llevando a Cuchillo y señora, al Rmrls y familia… y siempre he triunfado.
Sin duda, la estrella del Chuchi son los asados. Esta ocasión comimos uno de cabrito y, por cierto, pedimos tres raciones, más que suficiente para los cuatro. Como siempre, estaba superior, pero en Chuchi todo es delicioso. Hasta la humilde ensalada de lechuga que acompaña al asado está súper sabrosa; el secreto: el vinagre de tinto de Rioja que elaboran ellos mismos.
Para ir haciendo boca, primero habíamos comido unas setas a la plancha que venían acompañadas por verduritas en tempura, de las que la jefa no dejó ni miga. Presi Senior nos recomendó un sencillo salchichón a la brasa; acepté la recomendación con reservas, pero estaba realmente bueno. También cayeron unas estupendas alcachofas con su jamoncito crujiente y unos exquisitos buñuelos de bacalao con su cremita de pimiento del piquillo.
Tras el cabrito, no nos arrugamos y, sin pensar en que nos teníamos que meter de nuevo en el coche, nos pedimos leche frita que Presi Junior flambeó con orujo, una tarta de manzana calientita acompañada de helado y un sorbete. Con el café nos pusieron unas tejas de las que, por pura gula, la jefa y una servidora dimos buena cuenta.
Cayeron dos botellas del rioja crianza de la casa, que era de Fuenmayor y estaba suavecito y rico. Un plus: el restaurante tiene una vinoteca donde se pueden adquirir los caldos de la tierra.
En resumen, comida tradicional cocinada con esmero, un servicio exquisito (un chapó para la camarera que soportó con una sonrisa los vaciles de Presi Señor, que nunca pierde ocasión de buscarle una moza casadera a Presi Junior) y todo ello por unos razonables 45 euros. No os lo perdáis.
(así se estrena La Mandi en LQCDM )
Carretera de Vitoria, 2; 26360 Fuenmayor (La Rioja)
941 450 422
El patriarca de esta cosa. Considera que el acto de comer es uno de los placeres más enormes que nos ha procurado la existencia. Y a eso se aplica. Y a contarlo.
para mi muy mal. frio no habia nadie y era viernes. caro 4 chuletillas 2 de palo solamente 16 e. una tabla de embutidos escasa 18 e . solomillo con salsa de rokefor muy fuerte. 135 e para 3 personas
Menudo estreno, La Mandi! genial el post, me ha encantado! 🙂
Yo lo descubrí ,gracias también, al Presi Sénior y a otros “Seniores” que venían con nosotros 😉 y de verdad que es donde he visto la cara de felicidad de muchas personas, el trato excelente ,las viandas exquisitas y qué decir de los vinos……por cierto Mandi no has contado que además te regalan vinagre de vino por garrafas.
Sonriendo y en carretilla. Muy recomendable la enoteca que tienen anexa al restaurante. Caldos de primera, hoygan.
del chuchi siempre se sale sonriendo! uff, las alcachofas son una delicia!
ole qeu rico amaia!!!