La precariedad del periodismo y la vacuidad del influencer
“Siento la necesidad de expresar mi malestar ante el creciente fenómeno de los influencers y foodies que, sin formación ni experiencia, revolotean alrededor de nuestra profesión. La gastronomía es mucho más que una foto bonita o una crítica superficial: es técnica, dedicación y amor por un oficio que exige respeto. Es frustrante ver cómo algunos se presentan como críticos gastronómicos, evaluando nuestro trabajo desde la ignorancia, buscando únicamente beneficios personales como comidas gratuitas o exposición mediática. Su intrusismo no construye, no aporta, y muchas veces desvirtúa el verdadero esfuerzo que hay detrás de cada plato. La crítica debe ser constructiva y fundamentada, no una herramienta para obtener rendimientos personales a costa de nuestra labor. La gastronomía no es un espectáculo superficial; es un arte que merece ser tratado con seriedad y ética”.
Tomo prestadas las palabras de Txema Palacio, chef ejecutivo de Besaya Group, para unirme a su reivindicación y hacer extensiva la crítica a los medios profesionales y a sus gestores, que en ocasiones se comportan, caray, como meros influencers mainstream. Porque el verdadero problema no son las dichas y desdichas online de esos buscavidas contemporáneos, pues hasta hace bien poco sus andanzas y sus irrelevantes comentarios morían recluidos en el marco de las redes sociales, esa trituradora donde no hace falta preparación alguna para colgar una foto, un vídeo y un exabrupto. Ahí quedaban para siempre, sepultados por otros a cargo de más gente cuyo vocabulario también se agota en diez diminutivos y que, en muchas ocasiones, tampoco ha comido caliente hasta que abrió un perfil en TikTok.
El auténtico motivo de preocupación es que ahora los medios de comunicación ‘serios’, en su desaforada carrera hacia el abismo de la precariedad y la mediocridad, dan categoría de hecho noticiable a la visita y el juicio (en no pocas ocasiones condicionado por una remuneración pactada) de esos parlanchines narcisistas ansiosos por mostrarte sus encías.
El drama real es que un director o un redactor jefe de un periódico generalista, por ejemplo, decida que la visita de cualquier indocumentado a nuestros pueblos, villas y ciudades merece la misma consideración y espacio que un bombardeo, una catástrofe natural, la invención de una vacuna y la programación cultural. Y, por supuesto, más que la opinión fundada de uno de sus redactores.
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
Amén.