Bye American Bistró (Getxo). Lástima de precios
¿Vamos a la hamburguesería? La pregunta ha perdido un tanto su vigencia, pues la hamburguesa se ha difundido muchísimo, tanto que ya no es preciso acudir a locales especializados para darse el gusto de comer una. Además de en infames cadenas de comida rápida o comida basura, que la han desprestigiado a ojos de los más cortos de vista, dicho sea de paso, hoy es posible dar con ella en bares, restaurantes, puestos callejeros… Así, aunque es sencillo encontrarla con los más distintos grados de complejidad, de la sencillez más desnuda al barroquismo más absurdo y estomagante, no resulta fácil trazar una ruta fiable, realmente recomendable. Porque de noche los días son iguales, pero el pan y la carne no. En Getxo, zona Algorta, sabedor del pecado que supone no haber probado las de Alvarito’s Bar, me quedo con las de Carpanta. En el llano, en el barrio de Las Arenas y la república independiente de Romo, me gustan las del Gure Etxea; especialmente la Gure Etxea, con setas, pimiento rojo y jamón. La pega es que este bar suele estar a tope, en reconocimiento a su apuesta por la calidad, no siempre es fácil hacerse con una mesa y entonces es cuando entra en juego la agenda, el plan B, la oferta diferenciada de Bye American Bistró. A este local, adornado con imágenes en blanco y negro de animales salvajes y del skyline de esa jungla que es Manhattan, le relegan a esa condición de alternativa los precios de sus hamburguesas: entre 9 y 11 euros. Demasiado elevados a mi entender, aunque se acompañen de unas pocas patatas fritas caseras y un puñado de ensalada. Así, en mi última visita, media ración de delicias de pollo (pechuga empanada con queso parmesano, pico de gallo y salsa de mostaza), dos hamburguesas, un postre, un café solo, una caña y una copa de vino, elevaron la dolorosa a nada menos que 37,80€ (¡han cantado bingo, oigan!). Demasiado, insisto. Un auténtico pastón, convendrán. Al margen de...
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