Cafés Panchito (Bilbao). Atención, variedad y calidad
De un tiempo a esta parte ha crecido exponencialmente mi afición por el café. No es que me haya convertido de la noche a la mañana en un experto en identificar variedades y sabores pero, desde luego, sí sé distinguir uno bueno de uno malo.
Vayamos a lo nuestro que es el Café Panchito donde, circunstancias de la vida, este fin de semana he aterrizado tres veces y he podido comprobar en cada una de estas visitas el buen hacer de sus dependientes-camareros, así como la calidad de su café.
Se trata de un pequeño local situado en el Casco Viejo de Bilbao y que, no sé si por el tamaño de local o por la licencia del mismo, no permite consumir sus bebidas en el interior. Vamos, un take away. Dentro uno puede solicitar una gran variedad de cafés, infusiones, cookies y muffins, o pedir para preparar luego en su casa una variedad del café que mas le guste. También tienen mermeladas y chocolates. Junto a la barra disponen de un surtido de azúcares y edulcorantes varios para que cada uno pueda combatir los excesos de colesterol a su gusto.
La primera visita de la semana se produjo la tarde del viernes. Aparecí por allí con el pequeño de la casa que, segundos después de leer que preparaban frappés, ya estaba pidiendo uno. Por qué les enseñarán a leer tan pronto en el colegio… En este caso fue de chocolate y, como el día en el exterior era especialmente fresco y lluvioso, la camarera nos preguntó si lo queríamos con un poco menos de hielo de lo habitual, a lo cual respondimos afirmativamente. Elegimos el tamaño mediano y por 2,5 euros pudimos disfrutar de un delicioso frappé de chocolate. Bueno, disfrutó él, ya que no me dejó casi ni probarlo.
Al día siguiente, y animado por el devora frapes, volvimos al establecimiento. Esta vez el pequeño repitió con el frapé de chocolate (la atenta camarera le preguntó si lo quería con poco hielo, como el viernes) y yo me decidí a tomar un café, un expreso mediano, y por solo 1 euro me sirvieron un café aromático, pleno de sabor, con un ligero sabor cítrico al final que te deja con ganas de más.
Volvimos esa misma tarde. Para no salirnos del guión, frappé de chocolate y café, pero yo esta vez probé el machiato. La sensación fue la misma de la anterior visita, un sabor intenso, esta vez acompañado de la pizca justa de leche para que aquellos que no gustan del sabor demasiado fuerte del café puedan disfrutar del mismo sin perder un ápice de sabor.
En resumen, buena atención, gran variedad y buena calidad. Lastima no poder disfrutar del café en el interior del establecimiento, aunque en los días de frío se agradece el poder ir por las calles con tu café calentito en las manos.
(el tal Iván)
Lotería, 3; 48005 Bilbao (Bizkaia)
El patriarca de esta cosa. Considera que el acto de comer es uno de los placeres más enormes que nos ha procurado la existencia. Y a eso se aplica. Y a contarlo.
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