Restaurante Euskal Sena (Sondika). El menú infantil
Este va a ser el primer post realizado íntegramente por el tantas veces mencionado en mis otros comentarios, el pequeño de la casa. Coincidiendo con esta época estival donde se produce un aluvión de celebraciones, desde fiestas populares a parrilladas con los amigos y, cómo no, las comuniones.
El pasado domingo nos tocó asistir a una de estas celebraciones, que debía ser de la hija de un primo de un sobrino de alguien del bloque de viviendas contiguo que se ve a través de la ventana del baño.
Ritual antes de salir de casa de un niño de siete años y medio: esta ropa no me gusta, yo quiero zapatos con los que pueda jugar al balón. ¿Cómo que pantalón corto? Cuando me tire al suelo me voy a hacer daño. Y esta incomoda sudadera para qué es, si yo voy a sudar a chorros, aita. Al final, y tras una ardua negociación, que siempre gana él por cierto, se consiguió que fuese medianamente decente.
Tras el trámite de la ceremonia en una pequeña iglesia de Bilbao, nos dirigimos al Restaurante Euskal Sena, cuyas alubias ya han sido comentadas en este blog. Pero no hablaremos de alubias esta vez, sino de comida de niños, del menú infantil.
Quiero advertir que el infante es de todo menos tímido, y dice las cosas a las claras, aunque a veces deje en mal lugar a los padres, y esta vez no podía ser menos.
Se acercó una amable camarera que nos preguntó a los padres, ¿el menú infantil del niño, con lomo o con filete de ternera? Antes de poder articular palabra, él mismo contestó: “Yo quiero comer lo mismo que los demás, nada de menú de niños pequeños”. La camarera, como pudo, le explicó que a ella le habían dicho que menú infantil para todos los niños y punto. Como no hubo posibilidad de negociación, y ya un poco enfurruñado, la dijo tráeme lomo que seguro que el filete de ternera me lo dejáis como una zapatilla y luego no hay quien lo coma. Y, por favor, mosto rojo que así parece que bebo vino como los mayores.
Poco tiempo después apareció la camarera con un sencillo plato combinado que incluía, además del mencionado lomo, patatas fritas, croquetas y un par de calamares rebozados. “Con esto me voy a quedar con hambre”, comentó el niño. Y “¿dónde está el mosto?”. Tranquilo niño, que luego también tienes tarta y helado, y ahora te traen el mosto. No se quedó nada convencido y nos dijo que tenía que haber comido como los mayores y que esperaba algún postre especial o, por lo menos, que la tarta de comunión fuese grandiosa.
En menos de lo que canta un gallo ya había desaparecido el lomo, muy rico según el, las croquetas (mejor las de amatxu, quién lo iba a decir) y las patatas fritas, ricas, ricas y nada grasientas; tal es así que eran las mismas que posteriormente nos sirvieron con la carne a nosotros y que él gustosamente se zampó. En cuanto al mosto, tardó bastante, cosa que nos recriminó a nosotros, no a la camarera, y encima cuando vino, y como podéis observar por la foto, era blanco; eso sí se lo dijo a ella, que no hizo el más mínimo gesto por llevárselo y cambiarlo. Bien porque no tenían o porque estaba harta del niño. Mal gesto este que empeoró cuando trajeron el postre; lo primero que dijo el pequeño fue oiga, esta tarta no es la misma que han sacado para que cortase la niña en las fotos. Pues es la que hay. Faltó sólo un “como las lentejas, si las quieres las comes, si no…”
Terminó comiéndose, además de su plato combinado (desconozco por qué lo llaman menú infantil), las patatas de los adultos, parte del entrecot, y el helado. Luego a corretear, que había que bajar la comida y manchar un poco la ropa, que somos niños.
Me quedaron un par de dudas sobre los menús infantiles: ¿por qué llaman menú a un plato combinado?, algo ya comentado; y dos, ¿por qué tratan a los niños como si se tuviesen que conformar con cualquier cosa? Si quiere comer, déjele comer oiga, que ya tendrá tiempo de dietas, operación biquini, colesterol bueno, malo y lo que sea, que el pobre niño se ha quedado con hambre y encima me lo intenta engañar confundiéndole rojo con blanco.
(el tal Iván)
web del restaurante
Carretera Enekuri – Artxanda, 59; 48150 Sondika (Bizkaia)
94 446 21 11
El patriarca de esta cosa. Considera que el acto de comer es uno de los placeres más enormes que nos ha procurado la existencia. Y a eso se aplica. Y a contarlo.
Bonita foto de menu fritanga…digo infantil…