Mesón La Paloma (Ciudad Rodrigo). De los que molan en Ciudad Rodrigo
¿Qué sucede cuando uno atraviesa Portugal, de oeste a este, siguiendo el vía crucis de peajes electrónicos instalados en la IP5 para escarnio y sangrado del españolito medio? Que al poco de atravesar la frontera (apenas 25 kilómetros) se da de bruces con la recia y antañona silueta de Ciudad Rodrigo y respira aliviado por reencontrarse allí con las muchas bondades de la gastronomía española. Que no peninsular. El menda llegó a la susodicha localidad, que hay quien imagina habitada desde la Edad de Bronce, recomendado por El Burrito Sabanero, aunque tuvo que buscarse la vida (y echar un vistazo a internet, claro) para encontrar un lugar que se amoldara a sus apetencias.
Uno esperaba llegar allí, a su núcleo monumental, recorrer un paño de la muralla, santiguarse en la catedral, fotografiarse frente a la Casa de los Vázquez (hoy, sede de Correos) y sentarse sobre los cañones que protegen a pie de pista el bello edificio consistorial. Para, a continuación, no saber por qué bello asador decidirse a la hora llenar el buche. ¡Eeeeeerror! Hay varias terrazas y sorprende el extendido uso del término Cafetería, pero el atractivo exterior de la mayoría de los locales del pueblo salmantino es prácticamente nulo.
La diosa Fortuna y el iPhone quisieron que fuéramos a parar a La Paloma, un mesón de corta existencia que nos satisfizo con su oferta de ibéricos, su arte a la hora de preparar una buena ensalada, su tratamiento de la ternera y sus precios contenidos. Nos prepararon una mesa sin rechistar, pese a llegar cerca de las cuatro de la tarde, y tuvimos una atención correcta. No especialmente rápida, pero sí correcta. Abrimos boca con media tabla de embutidos ibéricos de bellota (8 euros) que resultó descomunal; casi 30 piezas de rico lomo, salchichón, chorizo y jamón. Y luego compartimos una ensalada, La Paloma (5,5), excepcional, como corresponde a la propuesta que adopta el nombre del local que la oferta; una máxima que no siempre se cumple, como recientemente comprobamos en Hendaia con la pizza Belharra. La ensalada en cuestión aunaba lechugas, espárrago, maíz dulce, tomate cherry, anchoas, atún, taquitos de queso y un acertado aliño que aumentaba la sensación de satisfacción. Rebién.
A continuación sirvieron las carnes solicitadas. Sabrosas y tiernas las dos piezas de solomillo de ternera (12), igualmente sápida la chuleta de ternera (12) y aceptable el tostón cuchifrito (8). Sí, sólo a mi se me ocurre pedir cortezas habiendo solomillo…Presumen de postres caseros, y entre ellos escogimos arroz con leche (tieso, pero con buen sabor y textura cremosa) y tarta de piña (no soy experto en la materia, pero me arrepentí de no haber optado por la de queso con arándanos). Sumando un café solo (1), un botellón de litro y medio de agua (2) y una copa de Ribera del Duero (1,5), la cuenta ascendió a 56,50 euros (dos adultos y dos chavalillos). Un chollo, oiga. Se lo hicimos saber a El Burrito Sabanero y él nos dio la razón: “Sí, conozco La Paloma, se come muy bien. A ese solemos ir. De los que están dentro de la ciudad, es de los que molan. Hay bastantes para comer bien en Ciudad Rodrigo, sobre todo carne a la brasa”. Pues eso, que habrá que volver. Digo.
(cambió el itinerario de vuelta, Igor Cubillo)
Calle de la Paloma, 5; 37500 Ciudad Rodrigo (Salamanca)
923 46 24 41
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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