Cafetería Praia Fluvial de San Clodio (Ribas de Sil). La sorpresa, la sopa de pescado
Una vez hemos parado en la cafetería Praia Fluvial de San Clodio, chiringuito de interior, plantado junto al río Sil, rodeado de montes y alguna vid, en la misma playa fluvial. Y esa ocasión ha sido suficiente para acumular experiencias y extraer alguna conclusión. A saber, siempre atendiendo a lo sucedido durante la referida visita: las navajas a la plancha (5,90 euros) van cargadas de arena; los langostinos que despachan a 4,80 euros la ración son de chiste (gambas tipo peladas y congeladas, de sobre, tamaño mediano), y el pilpil de las mismas no es tal (es aceite hirviendo con pimentón, ajo y cayena); el parrillero no controla el punto de la carne (que goza de buena fama, al ser de un ganadero local); y la selección de vinos, con énfasis en el producto local, es paupérrima, minúscula y carente de calidad. Pero, paradójicamente, a 150 kilómetros del mar, la sopa de pescado y marisco está buenísima. Densa, sabrosa y coronada por una rebanada de pan tostada de efecto saciante.
Yo volvería, preguntaría por los atractivos y las posibilidades de la Ribeira Sacra (la cafetería hace las veces de punto de información turística), tomaría mi plato de sopa con una Estrella Galicia de tercio (1,50€) y seguiría mi camino tan tranquilo, con el estómago caliente.
(consejo ofrecido por Cuchillo)
web de Praia Fluvial San Clodio
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Paseo Praia Fluvial; 27310 San Clodio – Ribas de Sil (Lugo)
982 105 033
Es el pequeño de los Cubillo Brothers. Nació en 1991, en el mismo Bilbao, es más de salado que de dulce y acostumbra a disociar, con lo cual cambia de apariencia física con frecuencia. Como Robert de Niro antes de rodar Toro Salvaje, pero a lo tonto, por la cara. Él es más de toro tataki. Aprendió pronto que Dow Jones no es un cantante, le incomoda la fama de criticón, pues siempre ha sentido simpatía por el débil, y una máxima guía su proceder: «más vale que zozobre, que no que zofarte…». Católico practicante, que no celebrante, en su bautizo el párroco ofició vestido de Elvis, cantó himnos y salmos, y entonó el ‘Burning Love’. Vio la luz el día que se fotografió con Ferran Adrià y el de L’Hospitalet de Llobregat le puso una mano sobre el hombro al tiempo que decía: «Cuchillo, la gastronomía es el nuevo rock and roll». Amén.
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