Restaurante La Hacienda (Santurtzi). Tasca mejicana y performance, por el mismo precio
Descubrimos el restaurante mejicano La Hacienda en una cena de cuadrilla para despedir el 2012. Por aquel entonces, los Manueles aun no contaban con mis servicios, por lo que estaba deseando volver para sacar las oportunas fotos y dar a conocer al mundo esta genuina (y barata) tasca mejicana que bien merece el desplazamiento hasta la localidad sardinera.
Ikurriñas (f: M. Mora)Situado en la misma calle que el afamado Kai Alde, llama la atención del viandante por sus psicodélicas luces de neón, que le dan un cierto aire de restaurante de despedida de solter@. Una vez dentro, los lauburus de las paredes hacen deducir que, antes de ser tasca mejicana, aquello era un batzoki o similar. Yo creo que han hecho bien en no quitarlos… le dan un toque de lo más eusko-kitsch al asunto.
Mientras preparan la mesa, tienen el detalle de invitarte a unos chupitos de margarita y unos pintxitos de tortilla (otra muestra de la fusión entre culturas) para que la espera no se haga tan tediosa. Aunque las dos veces que hemos ido, a los cinco minutos ya estábamos en la mesa. Por lo que es más bien el equivalente al aperitivo-snack de los sitios de postín.
La carta no es muy extensa, la verdad (habrá a quien incluso le parezca escasa): unos 7 entrantes y otros tantos platos principales. Pero, ¿para qué más? Si total con el mejicano pasa un poco como con el chino, que al final todos pedimos sota, caballo y rey.
Anotada la comanda por el amable camarero (de Monterrey de pura cepa), nos traen sin haberlo pedido un platazo de patatas fritas auténticas, no de las congeladas, doradas por fuera y blanditas por dentro, con dos salsas para ir abriendo boca. Otro detalle (aunque las patatas fritas no creo que sean muy mejicanas, no…) de los que no se ven a menudo y que a mi, personalmente, hacen que me quede con buen recuerdo de los sitios.
Los nachos, bien ricos, de La Hacienda (f: María Mora)Para empezar, como no podía ser de otra forma, nachos con guacamole, queso y frijoles. Aquello fue empezar y no parar. No eran esos Doritos insípidos que te ponen en los mejicanos caros del centro de Bilbao, eran tortillas de maíz cortadas en triángulo recién frititas. El queso, más que correcto, no tenía regusto a la salsa amarilla de Old El Paso (porque afirmar que ese potingue tiene queso de verdad es lo mismo que decir que las gulas se pescan). Y el guacamole, aunque no fue el mejor de mi vida, bien podía situarse en el Top 5. Una pena que el plato sólo tuviera dos pegotes un poco escasos.
Para continuar, compartimos un surtido de tacos variados, de los que no hay foto por gula de los comensales. No pude sacar foto al plato antes de que volaran. No volverá a ocurrir, ¡prometido! Si la memoria no me falla, los rellenos eran atún, pollo y queso. Quizá un poco seco el de atún, pero se dejaba comer sin problemas.
Mole de La Hacienda (foto: María Mora)El siguiente plato era poco fotogénico; la foto no le hace justicia y parecen crepes bañados en chocolate. Pero no, ¡no era el postre! Eran unos burritos con pollo y mole. Aunque sí que es verdad que el mole, además de muchos otros ingredientes, como distintos tipos de chile, canela, ajo y almendra, lleva chocolate en la receta. Una salsa muy particular que no está pensada para el (en general) poco atrevido paladar vasco, pero que os recomiendo probar si no lo habéis hecho ya.
Y para rematar, terminamos con unos «alambres» (vamos, brochetas de toda la vida, pero muuuy largas) de cerdo, bacon, pimiento y cebolla con arroz, y frijoles para acompañar. En general, todos los platos tienen suficiente cantidad para compartir entre todos los comensales, pero este es particularmente excesivo. Superar los 3/4 de brocheta por persona no es recomendable.
Decidimos sustituir los postres por unas margaritas, a 2,50€ la unidad, para ayudar a que bajara la brocheta. Justo en el momento del brindis, empieza la actuación…
Hey, ¿seguro que es José Cuervo? (foto: María Mora)Dos mariachis y una ¿mariacha? (desconozco el equivalente femenino del término) con un chorro de voz que ya quisieran las cuadrillas de bilbainadas del Casco Viejo. Incluso admitían peticiones y dedicatorias. Un puntazo para hacer el tonto un rato entre margarita y margarita con los amigos. Y al final de la actuación, que no es precisamente corta, no pasan la gorra ni el sombrero mexicano. Está incluido en el menú, mira tú qué bien.
Y al final de la actuación, la casa volvió a invitar. Esta vez a unos tequilas (aunque no creo que fueran José Cuervo, como proclamaba el vaso).
Alguno acompañó la cena con una Negra Modelo, mucho mejor que las insulsas y típicas Coronitas. La juerga nos salió a unos 16€ por barba. Un precio más que interesante para volver unas cuantas veces.
PD: post dedicado a Aitziber y Egoitz, por el buen rato que pasamos.
(si en lugar de en Santurce estuviera en Bilbao centro, esta tasca lo peta, asevera María Mora)
Capitán Mendizabal, 28; 48980 Santurtzi (Bizkaia)
664 165 207
La autora: MARÍA MORA
Soy María. Alicantina de nacimiento, baracaldesa de adopción y economista sin mucha vocación. Siempre he sido bastante glotona, la verdad, pero al buen comer y a los fogones me he aficionado en la veintena (esa que está casi terminando). Disfruto como una enana descubriendo sitios nuevos, casi tanto como pidiendo lo más raro que veo en una carta. No tengo blog propio, así que los Manueles me acogen cual cachorrillo sin hogar. Eso sí, tengo Facebook y Twitter, por si queréis cotillear algo sobre mí.
Soy María. Alicantina de nacimiento, baracaldesa de adopción y economista sin mucha vocación. Siempre he sido bastante glotona, la verdad, pero al buen comer y a los fogones me he aficionado en la veintena (esa que está casi terminando). Disfruto como una enana descubriendo sitios nuevos, casi tanto como pidiendo lo más raro que veo en una carta. No tengo blog propio, así que los Manueles me acogen cual cachorrillo sin hogar. Eso sí, tengo Facebook y Twitter, por si queréis cotillear algo sobre mí.
Se agradece la reseña…es dificilísimo encontrar un mexicano decente en esta zona (aunque luego vas a México y no se parece nada, como la china, pero bueno…). Yo estaba muy contento con la Cantina Tapachula, en Alda San Mamés, habrá que probar este…