La Chopera (Collera). Una ruta por los acantilados del Infierno de Ribadesella
Hoy vamos a hablar del restaurante La Chopera, en Collera, Ribadesella, y para hacerlo nos daremos una vuelta primero por el Infierno. Por los acantilados del Infierno, para ser más exactos.
Digresión: la vieja maldición que sufrimos los que vivimos a tiempo parcial en un paraíso es el desaforado deseo que generamos en otros de visitarnos y de que, para ellos, seamos como una especie de guías turísticos de la zona. Nos estamos cansando. Aviso para familiares y amigos. Si quieren consejos, dejen de dar un poco la murga, y se me leen Lo que Coma Don Manuel, que enseña, entretiene y divierte.
¿Por dónde íbamos?. Ah, sí, por el Infierno. Después de enseñar diez millones de veces a los pelmazos que nos gorronean sidra y tiempo la playa de Gulpiyuri, los bufones de Pría o el mirador de la playa de Torimbia, deseábamos, nosotros mismos, conocer otras zonas. Nos habían hablado muy bien de los acantilados del Infierno, cerca de Ribadesella. Y allí que acudimos. Llegar fue una odisea. No sé si como estrategia calculada, o como simple descuido, en Asturias, para los foriatus, los lugares están inseñalizados. Nos reímos mucho cada vez que paseamos por Naves de Llanes y nos para algún turista. Tenemos preparada la respuesta. La pregunta siempre será la misma “¿Por dónde se llega a la Playa de Gulpiyuri…?”.
Así que para llegar a los Acantilados tuvimos que, desistir de dárnosla de listos y preguntar, aunque a mí, como tío macho que soy, me da mucha rabia hacerlo. Pero el GPS en esos caminos rurales se vuelve loco y, después de andar y desandar el camino, preguntamos a una paisana y nos dijo que hay una pista para llegar. La senda existe, no es leyenda. Llegando desde Llanes por la AS-263, a un kilómetro y medio de Ribadesella, vemos un desvío a la derecha, que no promete gran cosa y que localizamos entre el campo de fútbol del Oreyana y el desvío a la coqueta localidad de Collera.
Si nos introducimos (con perdón) en esa pista asfaltada, empezaremos (a buenas horas) a ver señalizaciones que nos llevarán o bien a la muy salvaje y predregosa playa de Arras o a nuestro destino, al área recreativa del Infierno. Allí, en ese área recreativa, que no deja de ser un prau con cuatro mesas, dejaremos el coche y comenzaremos la excursión. La ruta no está marcada ni es un sendero claro pero, si seguimos la línea de costa (con cuidado de no caernos por el acantilado, que es asaz alto), veremos un paisaje de ensueño y, si el día es bueno, nos transportaremos al paraíso. Ríase usted de los acantilados noruegos o de los de Dover, ja,ja,ja LOL. Esto es mucho mejor, más guapo y no lo decimos porque sí. Hay que verlo. Al final de un paseo corto podemos llegar hasta el precioso islote de Paluverde. Una isla digna de un tesoro pirata que, en su día, el mar arrancó a la costa y allí sigue para solaz de gaviotas, que las hay, y por miles.
Y (pregunta) ¿cómo se puede completar un día espléndido y rematar la jugada?. A nosotros nos gusta hacerlo descubriendo nuevos sitios. En Collera nos habíamos perdido previamente y decidimos regresar a ver qué tal se comía por esos parajes. Collera es un pueblo interior pequeño y prestoso. Paramos a unos currelas y les preguntamos por el restaurante La Chopera (no confundir con la Chopera en Cardoso, del que ya hemos hablado en otras ocasiones). Nos dijeron los amables forestalistas que allí se comía muy bien; de hecho, afirmaron que acababan de dar cuenta de un menú del día rotundo como sólo en sitios donde la gente come bien pueden hacerlo.
Así que entramos en el amplio comedor, preparado para BBC (bodas, bautizos y celebraciones), y, entre carta o menú, ese día nos decidimos por carta. El menú del día luego observamos que venía en porciones descomunales y con pinta de apetitosas.
Yo pedí sopa de pescado. Siempre ando como Indiana Jones, en busca del Grial de la Sopa de Pescado Perfecta (SPP), pero, ¡ay!, ésa sólo la hago yo; perdón por la inmodestia. La que nos sirvieron (7 euros) no estaba mal, sino todo lo contrario, pero pecaba, para mi gusto, de caldosa. Me gustan más densas, con textura de crema. Los tropiezos, excelentes, con un par de cigalas que aseguraban, con su tierna carne, que acababan de ser desahuciadas del fondo del mar.
El otro primero fue una ensalada verde, fresca, con lechuga recién cortada y tomates (¡albricias!) con sabor a tomate (4 euros).
Después, como segundo, pedimos carne y pescado. La carne, como segunda opción, ya que no les quedaba entrecot, fue presa ibérica. Poco se puede decir de una buena presa. Salvo que el cocinero sea un manta y la churrusque, que no fue el caso, es una de las carnes más jugosas y gustosas que uno se puede echar a la boca (14 euros). Así fue y, además, bola extra, venía acompañada de unas patatas fritas excepcionales, aunque en Asturias eso, las buenas patatas fritas, es la tónica habitual.
El pescado de mi bella, sagaz y caracterosa acompañante fue el lenguado relleno de marisco (15 euros). Generosa ración, pescado de rula, sápido (guiño, guiño) y con una salsa que decía con una vocecita fina ¡úntame, úntame! La hicimos caso y la untamos, y en el proceso no dejamos ni una miga de un gran pan de pueblo, esponjoso en la miga y con una corteza que crujía bajo nuestros dientes.
La comida y el día sólo podían venirse para arriba con un final feliz. Y así fue. Nos recomendaron la tarta de la abuela (4 euros) y vaya si hace bien la güelica la tarta. Dulce pero sin pasarse, cremosa y dura a la vez. Muy rica.
Nos invitaron al café, gracias. Y a la salida nos esperaba una ocupación de pequeños burgueses. Elegir plantas en un cercano invernadero. Que enseguida es primavera y comienza la temporada de visitas. Más. Otra vez. Osea.
web de Hotel Restaurante La Chopera
ver ubicación
Collera s/n; 33568 Ribadesella (Asturias)
info@hotellachopera.es
985 86 04 45
Dicky del Hoyo Periodista, multitarea, en red desde bastante antes de Internet. Le ha dado y le sigue dando a todos los palos del periodismo: cultura, política, nuevas tecnologías, prensa, radio, televisión e Internet. Trabaja para diversos Medios y también realiza labores de asesor para empresas y entidades. Aunque es del mismo centro de Bilbao es un poco Zelig por los afectos y se mimetiza perfectamente, allá por donde va, con el paisaje y el paisanaje. Cree que a este mundo hemos venido para disfrutar y en eso se empeña, sólo o en compañía. Estar en @lqcdm y la comunicación gastronómica es sólo una excusa para pasárselo bien y dárselas de connosieur.
@zuloko en twitter
Periodista, con especialización en nuevas tecnologías de la información, redes sociales, relaciones públicas, gabinetes de comunicación, Internet y vídeo.
Licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco. Postgrado en Mecanización de la Información promovido por la Unión Europea. Estudios de Filología Inglesa.
Formación en multimedia, diseño web y gestión de empresas.
Radio Euskadi: redactor de informativos y director del programa especializado en nuevas tecnologías «Frontera Azul», galardonado con el premio MTV.
Radio Nacional de España: director de «A primera hora». Corresponsal de las revistas del grupo editorial Heres.
Euskal Telebista: redactor del magazine cultural «Vasta con Uve». Responsable del departamento de Publicidad de la televisión local Tele Donosti.
Sección de Internet y Multimedia de grupo audiovisual vasco Desarrollo de proyectos: deusto.tv , sitio web de la Fundación Buesa y otros.
Asesor de prensa en cosas. ¿Qué cosas? ¿cosas de gobierno? Sí, Peter, cosas del gobierno.
Orgulloso miembro (con perdón) del club de remo Kaiku (cuando ganaba). Hago karate (Shotokan) y subo montes y montañas y cojo olas. In the mood for love.
No conozco esos acantilados así que me apunto esta excursión, pero para cuando llegue el buen tiempo, un saludo.
Estimado Jose
Si quieres buen tiempo aprovecha, que ahora mientras escribo este comentario, lo está haciendo. En Asturias en particular y en el Norte en general no hay que dejar pasar la oportunidad. Un saludo y gracias por tu visita a la WEG.