Qué pequeño desastre. Ojopatio lo tiene prácticamente todo para ser un lugar de referencia, está llamado a serlo desde su inauguración, el pasado 29 de abril, pero la dejadez de su servicio arruina la experiencia. Al menos, arruinó la mía el mes pasado. Entré ilusionado, relajado, dispuesto a disfrutar del fresco refugio que ofrece esta antigua casa andaluza de casi 600 m2, un espacio diáfano, de techos altísimos y luminoso, merced al gran lucernario que lo corona. Entré con gran interés, al descubrir que es un negocio concebido como espacio cultural y hostelero, de aspecto agradable, algo moderno; me encanta la idea, ensalzo a quienes apoyan las artes. Y salí desesperado, por la exasperante espera. Qué lástima.

En colaboración con la empresa de gestión cultural La Caja Inquieta, Ojopatio alberga exposiciones y programa conciertos, representaciones teatrales, conferencias, cursos (fotografía, edición de vídeo, reciclaje, gastronomía, arte, danza, coctelería) y talleres para niños (literatura, iniciación al teatro, arte y creatividad); su actividad se mueve entre la coquinaria, la «coctelería de autor», lo artístico, el aprendizaje y el ocio. Allí uno se puede recrear contemplando la arquitectura, los cuadros, fotografías o el mismo mobiliario. Puede coger un libro de su «Biblioteca» o echar un ojo al rincón del vino, donde distintos caldos conviven con algún aceite. Y los críos cuentan con un rincón para ellos, dotado de láminas por emborronar.

Más juegos, algunos para disfrutar quienes fuimos a EGB: Pictionary, Juegos Reunidos, El Pale, grandes láminas para buscar a Wally… No es que se agradezcan, es que hacen falta; el servicio es exageradamente lento y su tardanza roza la tortura cuando suena un álbum completo de Julio Iglesias, como sucedió a mi paso. Madre mía…

No se puede tardar del orden de media hora en atender a unos clientes, habiendo menos de cinco mesas ocupadas; no puede pasar alrededor de una hora hasta que llega la comida. Menos habiendo saludado y reclamado atención en más de una ocasión, al paso de los camareros, que sólo devolvían el saludo y daban largas por respuesta, con cara de ¿está el señor a gusto? En esa circunstancia, la comida es lo de menos; muy extraordinaria debería ser su oferta de tapas y raciones para mitigar el mal sabor de boca. Y en este lugar no lo es.

Ensalada de la casa, de Ojopatio (foto: Cuchillo)
Ensalada de la casa, de Ojopatio (foto: Cuchillo)

Sin orden ni concierto, fueron llegando a la mesa, entre aleluyas y yaerahoras, el salmorejo (1,75 euros), grueso, en vaso y sobrado de gusto a vinagre; el chicharrón (6), del montón (al menos, rima), aunque se anuncie «especial de Chiclana» y se emplate junto a un trozo de limón; la tapa de ensaladilla «de la casa» (2), como una rusa sin patata, rosada y ‘decorada’ con chorretones de módena; la tapa de paté de mojama y almendra (2,20), sin gusto a mojama; la tosta de pisto, huevo de codorniz y virutas de jamón (4,50), sin jamón (se le indicó a la mesera y fue patéticamente gracioso verla explicar que era normal, que sólo echan «un poquito»); la tapa de puntas de solomillo al whiski -sic- (3), sin más, un trozo de cerdo bien amortizado.

Asimismo, no nos sirvieron pan y tuve que agenciarme un servilletero en las mesas cercanas. Mola «el deseo de transformar el concepto hostelero y fomentar el reciclaje en todos los sentidos» que expresan los tres empresarios que han puesto en marcha Ojopatio, estamos a favor de la sostenibilidad, la difusión de las artes, etcétera, pero preferiría que la comida superara el aprobadillo raspado y que el servicio actuara con diligencia. Un respeto al cliente, plis.

(luce barba, desde que fue a Ojopatio, Igor Cubillo)

facebook de Ojopatio

ver ubicación

C/ De la Fuente, 21; Chiclana de la Frontera (Cádiz)

603 354 474

Salmorejo de Ojopatio (foto: Cuchillo)
Salmorejo de Ojopatio (foto: Cuchillo)
Un rincón escultórico de Ojopatio (foto: Cuchillo)
Un rincón escultórico de Ojopatio (foto: Cuchillo)
Punta de solomillo de cerdo al whisky, de Ojopatio (foto: Cuchillo)
Punta de solomillo de cerdo al whisky, de Ojopatio (foto: Cuchillo)

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Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Director de Suite, el único foro gastronómico sin cocineros de este país.

igorcubillo.com