Restaurante A Muralha (Funchal). En Madeira se come bien

Ago 18, 14 Restaurante A Muralha (Funchal). En Madeira se come bien

Os voy a contar el quizá mejor momento de una semana estupenda. Estuve ocho días en Madeira, hace poco. De vacaciones. Costó 400 euros por persona, en hotel tres estrellas, con desayuno y cerca de Funchal. Si llegamos a volar la semana después, habría costado 500 por persona; la anterior, 300 por persona -repetiré con mi amigo Carlos o con quien sea-. Lo pasé bien todos los días. Todos y en cada momento. Mi esposa dice que me vio deprimido un mediodía durante la comida. Es que yo quería una chuleta de res en un local chic y, como ella no tenía hambre, tragué con un bocata de pollo en una terraza. Que estuvo bien, sí, pero mejor para merendar. O de tapita. Hay que destacar que en Madeira la comida es rica y no es cara. Y la bebida también. Como afirma con razón el cinéfilo Gerardo Cremer, «en Madeira se come bien y barato».

La isla lusa turística y atlántica no tiene playas, pero ya lo sabía, y está llena de cuestas, como imaginaba, pero no pensé que pudieran ser tan empinadas. Con decir que al pedregal que sirve de playa cerca del Cristo Rei y de nuestro hotel se puede acceder en teleférico… Bueno, no nos vayamos por los cerros de Madeira. Os decía que el mejor momento de esa semana estupenda fue el de un menú del día que catamos un miércoles en Funchal, la capital insular donde nació Cristiano Ronaldo. Almorzamos en el restaurante La Muralla; A Muralha en lengua vernácula. Lo vio de lejos mi esposa y dijo: quiero tomar algo ahí. Y yo respondí: vale. Yo pienso siempre igual que mi esposa, pero siempre un poquito más tarde. Llegamos, tomamos el par de birras (1’80 cada una, cara para los parámetros locales) y nos decidimos a probar el menú: 12,80 euros por dos platos, postre, café y bebida. El menú es el mismo siempre y cuando vuelva a Madeira seguro que como ahí otra vez. Como el restorán esté cerrado, por la razón que fuere, me dará un bajón…

Venga, al lío. De primero, en ese recomendable menú del día de 12,80 lereles (IVA incluido, casi todos los precios lo incluyen en Portugal), había para elegir sopa de legumbres (3’80 en carta), de pescado (4´50 en carta), de tomate con cebolla y melón con vino de Madeira (4’90 en carta). De segundo, filete de pez espada (9’50 en carta), sardinas al grill (las sardinas salteadas en carta están a 9‘80), lulas fritas (o sea calamares) con ensalada… y quizá algo de pollo, pero no recuerdo exactamente si había carne (perdón). De postre, tarta de almendra, de manzana, pudin de maracuyá o el postre de la casa, variable cada día, parece. Además, 25 centilitros de vino, o agua o refresco. Susana pidió una cerveza y no se la cobraron. Más el café, claro.

Y ahí estábamos sentados, en la calle de la parte vieja de Madeira, en la terraza de La Muralla, bajo las sombrillas, viendo pasar turistas a los que interpelaban sin agobiar los camareros del local. Enfrente hay otro restaurante con menú más caro pero con más parroquianos. En A Muralha nos prepararon cuatro cubiertos, más el quinto del postre, colocados en orden de servicio. El mantel era de tela, pero las servilletas de papel, introducidas en las copas. Empezamos por los primeros: Susana, sopa de legumbres, que era una crema como las que prepara en casa, pero que debajo escondía aceite y especias, y al cogerlo todo junto con la cuchara incrementaba el sabor. Yo melón con vino de Madeira, fino, fresco y bien presentado, con el vino dulce en un vasito de cristal, además de una rodaja de naranja y un cachito de manzana… Lo comí mezclándolo todo y muy chic, muy sano y nada cargante. Mi melón lo combiné con el final de mi birra rubia Coral, la marca de Madeira desde 1969.

Terraza de A Muralha (foto: O.C.E.)

Terraza de A Muralha (foto: O.C.E.)

De segundo, Susana pidió sardinas y le llegaron estupendamente presentadas en diseño triangular. Eran cuatro piezas grandes y sabrosas escoltadas por patatas cocidas, fruta tropical, zanahoria, limón… Yo pedí filete de pez espada a la tropical. Exquisito, estupendo, bien presentado y barato (en las cartas de muchos restaurantes insulares ese plato lo ofrecen siempre a más precio, al menos a parecido). Olía en la lejanía y la escolta no desmerecía, con verduras (brócoli, zanahoria), patata cocida, maracuyá y un plátano frito que estaba bien. El pescado llegó rebozado (empanado dicen ellos, pero no noté atisbo de pan); un pescado blanco habitual de la zona, fino, super rico, tierno y sápido, sí. Lo tomé con vino, una tulipa creo que la llamaron, de 25 centilitros que me dejaron al lado, un caldo dulzón, quizá alentejano, que estaba muy bien también. La gocé. Quizá ese momento con el pez espada al aire libre fue el cénit de mis vacaciones en Madeira. ya siento ser tan primario…

En nuestro restaurante ese miércoles sólo había dos mesas ocupadas. Antes de irnos se ocupó otra con unas diez personas. El restaurante de enfrente seguía lleno, o casi, pero los camareros se llevaban bien entre ellos. De postre yo pedí tarta de manzana y me sirvieron un triángulo colosal, rústico, genuino. Pensaba que no lo iba a poder acabar y, a pesar del empalagoso caramelo de adorno, lo terminé con gozo. Cojonudo. A Susana no le gustaban los postres del menú y le ofrecieron helado, de vainilla, con un barquillo, y estaba de un genuino que te entraban ganas de emigrar a Portugal. De los cafés, mi cortado estaba aparente y el enorme y con leche de Susana también. Y al de dos horas y pico, tras abonar por los dos menús y las dos birras del aperitivo 29,20 euros (además dejé propinilla porque no les funcionaba la máquina de la Visa, el telebanco como le llaman ahí), y nos piramos tan contentos y muy satisfechos. Es probable que regrese a esa isla y a ese local, ya veréis.

(siempre piensa lo mismo que su esposa, pero un poco después, Óscar Cubillo)

web de A Muralha

ver ubicación

Lardo do Corpo Santo, 2; 9050-031 Funchal (Portugal)

+351 291 232 561

Sardinas, en restaurante A Muralha (foto: O.C.E.)

Sardinas, en restaurante A Muralha (foto: O.C.E.)

Pez espada, en restaurante A Muralha (foto: O.C.E.)

Pez espada, en restaurante A Muralha (foto: O.C.E.)

Fachada del restaurante A Muralha (foto: O.C.E.)

Fachada del restaurante A Muralha (foto: O.C.E.)

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