DouGall’s. La cerveza inglesa de Cantabria
«Piensa global. Bebe local». Con este acertado lema, que aúna dos ideas complementarias (el fin de las murallas provocado por la imparable globalización y la revalorización, por fin, del producto de proximidad), el británico Andrew Dougall se ha hecho un hueco en el panorama cervecero español. No es un recién llegado, se empezó a labrar su parcela en 2006, cuando salieron a la venta las primeras cervezas DouGall’s, tras tres años de probaturas. Realmente, él no era cervecero cuando se instaló en Cantabria, hace 18 años. Entonces su CV subrayaba su condición de editor de libros. ¿Qué le movió a embarcarse en esta aventura? Muy sencillo: se enamoró de nuestro clima, de nuestros paisajes y nuestra gastronomía, pero no de nuestra cerveza. Y tuvo arrestos para liarse la manta a la cabeza, aun cuando la fiebre cervecera no se había desatado en nuestro país. Doble mérito.
En cierto modo, Dougall y su socio Enrique Cacicedo son considerados prácticamente pioneros, aquí, en esto de elaborar cervezas artesanales y contribuyeron a abrir una espita por la que ya se han colado dos centenares de pequeños emprendedores. Con más o menos profesionalidad, calidad y fortuna.
Hasta ahora su empresa (Cervezas Artesanales de Cantabria, S.L.), con base en Liérganes, ha lanzado al mercado ocho variedades: pilsen, India pale ale, doble stout, english winter ale, summer ale, extra special bitter, pale ale y american brown ale. Se dice que hacen cervezas de estilo inglés, ésta es la opinión extendida, y lo cierto es que no les tiembla la mano a la hora de echar lúpulo. El proceso, tradicional: infusión simple, maceración para obtener los azúcares del almidón; hervido del mosto; adición de lúpulo; enfriado; fermentación; ¡tachán!
La primera cerveza que comercializaron es Leyenda, en opinión de su creador, una special bitter «muy equilibrada, con toques a lichi y recuerdos a uva y caramelo». Su color es rojizo, castaño, y su espuma, levemente oscura, evanescente y adherente. Los lúpulos warrior, cascade y celeia (combinados con maltas maris otter y crystal) dejan su huella en un aroma de ligera intensidad, a malta, con leve fondo especiado, herbáceo. E imprimen carácter al sabor de esta bebida redonda y amarga, de final prolongado.
Cada uno que tome Leyenda con lo que quiera, pero Dougall estima que armoniza con arroces melosos, carnes blancas o verduras.
Para mí más floja, Raquera, como buena pilsen (5% vol.), es dorada, transparente y de espuma blanca, evanescente y no adherente. Además de vivaz. Su aroma, ligero, a malta, a cereal, ordinario. Y su cuerpo, también ligero. Malta pilsen, levadura lager y lúpulos sterling y sorachi ace se alían en una cerveza de suave y agradable amargor, con gusto a malta y leve fondo a lúpulo.
De las tres que he probado, mi preferida es 942, una pale ale (4,2% vol.) bien turbia que adopta como nombre el prefijo telefónico de Cantabria. De color anaranjado, tirando a opalescente, lo primero que seduce es un intenso aroma afrutado, a albaricoque y otras frutas de verano. En suma, elegante y muy agradable, muy goloso. El lúpulo (cascade y simcoe) es el gran protagonista en una birra más o menos redonda, de marcado amargor y final prolongado y fuerte.
Particularmente, me quedo con las DouGall’s más lupulizadas, con las más alejadas del gusto tradicional español, de esas agüillas jabonosas bien frías. Y añadiré que me gustan sus etiquetas, diseños de Mutta que incluyen, además de evocadoras estampas cántabras, información sobre vaso recomendado para su consumo, temperatura y maridaje. Que te lo dan mascado, vaya.
(Igor Cubillo)
Barrio de la Vega, 51; 39722 Liérganes (Cantabria)
942 52 89 58
info@dougalls.es
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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