Figón de Rosa (Castro Urdiales). Una tasca genuina
Pon un vino, guapa. Morena, una gilda. Joven, sirve un blanquito… Es mediodía, jornada laborable, y la talludita clientela del local no escatima a la camarera piropos impregnados del automatismo y la falta de pasión que presiden hoy las liturgias. Ella, amable, protegida por ese burladero que es la barra, no duda en romper el sopor de sus parroquianos con la pertinente conversación. Alabada sea la mesera.
La escena transcurre, mientras la televisión muestra la Torre Eiffel desplomándose sobre el Sena, en una de las tascas más reverenciadas de Castro Urdiales (Cantabria). Y es que los lugareños no se ponen de acuerdo a la hora de señalar cuál es la más antigua del lugar; unos dicen que La Cierbanata (operativo desde 1923, según indica un cartel en su fachada), otros que ésta en la que estoy, los hay que apuestan por Pedrín… Pero sí hay unanimidad a la hora de señalar el Figón de Rosa como una de las más recomendables, de las más genuinas.
Con su suelo descascarillado por el largo uso; su ventilador en la pared; sus sillas de tijera; su cenefa compuesta por corchos adheridos a los muros; sus botellas ennegrecidas, un tanto mugrientas, distribuidas en estantes a modo de destartalado museo del alcohol y la memoria; su pequeño trofeo de caza; su velero polvoriento; su par de entradas que hacen recordar aquello de casa con dos puertas, difícil es de guardar; sus máquinas de coser como sustento de mesas en el angosto comedor; su platillo de olivas, cortesía de la casa; y esa columna en el centro donde un par de folios resume la oferta de bebidas y comidas del local, e indica unos precios públicos y persuasivos. Un grillo, 0,70€. Una anchoa rebozada, 0,70€. Una croqueta de jamón, 0,80€. Brocheta de bacalao crudo, 0,90€. Gilda, 1,10€. Taco de atún, 1,20€. También revuelto de setas sobre pan frito, jibiones encebollados y, según me chiva Ana Fernández, una de las mejores tortillas de patata de Castro. El fin de semana la cosa va a más, con rabas y unos langostinos gabardina muy solicitados.
Los pinchos más tradicionales y sencillos, desprovistos de filigrana alguna, constituyen su propuesta gastronómica. En mi última visita me gustaron el chipirón, el bacalao y la referida tortilla, y saqué provecho al taco de bonito con su trozo de tomate y su vinagreta. Más, la verdad, que al revuelto, las croquetas, las anchoas albardadas (aka rebozadas) y la gilda completa (aceituna, guindilla, anchoa, queso y pan) que había probado con anterioridad. Y, ¿saben? Yo me siento a gusto en tabernas así, donde uno acude desnudo de pretensiones. Sin ínfulas. Modestas. Económicas. Antañonas. Sin cuidado interiorismo. Con historia. De verdad.
(Igor Cubillo)
Figón de Rosa
Calle de la Rúa, 6, 39700 Castro Urdiales (Cantabria)
942 86 00 00
Periodista especializado en música, ocio y cultura, incluida la gastronomía. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). En el medio de la vía, en el medio de la vida, si hay suerte, tal vez. Hace las cosas innecesariamente bien y, puestos a hablar, colabora con Radio Euskadi (‘La Ruta Slow’), dirige Lo Que Coma Don Manuel, aún escribe de música en Kmon y la buena gente de eldiario.es cuenta con sus textos coquinarios en distintas ediciones locales.
Vagabundo con cartel, ha pasado la mayor parte de su existencia en el suroeste de Londres, donde hace más de 20 años empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para El País, Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), Den Dena Magazine, euskadinet y alguna otra trinchera.
Como los Gallo Corneja, es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya.
Ah, tiene perfil en Facebook y en Twitter (@igorcubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF. Se le resisten ciertas palabras y acciones con efe. Él sabrá por qué…
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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