Preguntas sin aliñar: KOLDO SERRA
Lunes gernikes, golperik bez. El lunes, ni golpe. El primer día de la semana era jornada de mercado en Gernika, donde acudían gentes de toda la provincia de Bizkaia, no sólo de Busturialdea, para comprar y vender en su feria, comer en sus restaurantes y contemplar algún partido de pelota en el frontón. Ello fue aprovechado por la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana, a las órdenes del ejército franquista sublevado, para arrasar la ciudad y masacrar a la población civil (se dice que 31 toneladas de bombas destruyeron totalmente el 85% de los edificios y el Gobierno de Euskadi anunció la muerte de 1.654 personas) en un acto sin justificación posible del que aún no había testimonio cinematográfico, más allá de documentales y una TV movie. Koldo Serra (Bilbao, 1975) ha sido el valiente que ha puesto el cascabel al gato y ha rodado ‘Gernika’, una película que pretende honrar a quienes sufrieron el referido bombardeo en alfombra que inspiró a Pablo Picasso y, en palabras el propio realizador, “no se mete en bandos ni en política”.
El film se estrenó hace un mes y está protagonizado por James D’Arcy (que presenta su personaje como un periodista norteamericano «borracho y sin autoestima que es capaz de enamorarse y despertar de nuevo a la vida y a la pasión») y por María Valverde, quien da vida a una editora de la oficina de prensa republicana y habla de ‘Gernika’ como “una película de desilusiones’.
Así es el segundo largometraje de Koldo Serra, un chaval que cuando yo lucía tupé iba por mi barrio con su patinete. Luego marchó a Madrid y allí se ha forjado una carrera vinculada al audiovisual que cuenta como hitos con los cortometrajes ‘Amor de madre’ y ‘El tren de la bruja’; anuncios para empresas como Kaiku y Media Markt; videoclips para artistas como Extremoduro, Estopa, El Sueño de Morfeo, Zodiacs y Deluxe); capítulos de series de televisión como ‘Gominolas’ y ‘El comisario’; y ‘Bosque de sombras’, su primer largo.
«EN LA COCINA SUELO HACER DE PINCHE Y DE FRIEGAPLATOS, ESO SE ME DA MEJOR»
¿Quién cocina en tu casa?
Yo lo intento a veces, pero soy un manta. La que cocina en casa es mi pareja. A ella le encanta la cocina, le encanta investigar y probar cosas nuevas; además, siempre comida muy sana. Yo suelo hacer de pinche y de friegaplatos, eso se me da mejor.
Tú, ¿cuál es el plato que bordas, cuál es tu as en la manga?
Como decía, no soy muy buen chef. Soy más de cocinar a medias con gente que sabe y me va marcando, ja, ja, ja. Aunque me curro bastante algunas ensaladas que gustan mucho. O eso dicen.
¿La mejor cocinera del mundo era tu madre?
Mi ama cocina muy bien pero, sin que se me enfade, mi abuela Begoña todavía sigue estando un poquito por delante en el ranking. No sé si es la mejor cocinera del mundo, pero una de las cinco mejores, seguro que sí.
Desayuno ideal.
El habitual, más que ideal, es cereales con leche de arroz, zumo de naranja y, a veces, un café descafeinado.
¿Cuáles son tus platos favoritos, cuáles pedirías como última voluntad?
Respondiendo a este cuestionario me estoy dando cuenta de que soy un poco “tripa pobre”, que es lo que le llama mi hermano a mi aita, porque se come todo… Vamos, que no tengo platos elaborados como favoritos y tampoco se me pasa por la cabeza un buen bogavante o el caviar para darte como respuesta. Supongo que una tortilla de las que hace mi ama sería una buena última comida.
¿Cocina tradicional o tecnoemocional?
Como no sé bien que es la comida tecnoemocional, me quedo con la tradicional, que esa nunca falla…
¿Compartes que el sabor es lo más importante a la hora de sentarse a la mesa?
Para mí el olor y el sabor son los grandes pilares de una comida para que uno vaya a recordarla, aunque, evidentemente, la presentación es importante. Si el plato, visualmente, no entra por los ojos o no invita a comer, seguramente no lo acabe pidiendo. Por poner un ejemplo extremo, dudo que me comiese un insecto grande por muy sabroso que me aseguren que es. Pero está claro que todo suma.
Restaurantes preferidos.
He comido o cenado maravillosamente en sitios como Azurmendi o Casa Lucio, pero también disfruto en lugares más ‘asequibles’, como La Camelia, en Bilbao, o el Vega y la tortería mexicana DF, ambos en Madrid. Ah, no me importaría visitar algunos de los ‘grandes’, sólo por vivir la experiencia.
¿Qué opinas si, en la mesa aledaña, se llevan el vino sobrante y sacan el tupper del bolso o la mochila?
Yo soy muy pudoroso y no lo haría nunca, pero a veces, con lo que cuestan algunos vinos, dan ganas de hacerlo. Con el de la mesa propia y con el que han dejado los de al lado, ja, ja, ja.
Si tienes visita, ¿qué bares y/o restaurantes te gusta ‘enseñarles’ en tu ciudad?
Depende de si estoy en Madrid o Bilbao, pero cualquiera de los citados anteriormente son éxito seguro.
¿Barra y ronda de bares, o larga sentada en terraza?
Antes era más de barras y ronda, pero con los años he aprendido a disfrutar de largas charlas y quedadas en terrazas o butacones en locales agradables. Cuando se está a gusto, mejor no andar cambiando de sitio.
Bocadillo preferido.
Jo, aquí me has pillado… Nunca he sido un tipo de bocatas. Eso sí, tengo un gran recuerdo del bocata de pechuga de pollo, lechuga y mayonesa del bar Nervión en Bilbao. Y últimamente disfruto de lo lindo de la Torta Suiza (bocata con tomate, aguacate y tres quesos -feta, edam, fundido-) del DF, mencionado anteriormente.
¿Con quién compartirías una buena botella?
Con mi pareja o, en su defecto, con alguien que tenga buena charla, que sea interesante.
¿Cuál es tu disco, artista o música preferida para amenizar una comida memorable?
No soy de los que suele poner música en las comidas y cenas, generalmente porque cuando nos calentamos tendemos a hablar más alto y a veces se va de madre. Cuando lo he hecho suelo usar alguna banda sonora de película que haga el ambiente agradable. Eso sí, si la cosa se desmadra, cualquier disco rockero de los noventa siempre es bien recibido.
¿La gastronomía vive inmersa en una burbuja que no tardará en explotar, o aún tiene que ganar protagonismo, presencia, ‘importancia’ en nuestra sociedad?
Yo creo que siempre ha tenido muchísima importancia en nuestra sociedad, y más en el norte. Pero, de un tiempo aquí, parece que está en todos los lados. Los programas y concursos gastronómicos se han multiplicado como las setas y a veces me da la sensación de que son muchos y empiezan a saturar. Lo que está claro es que tienen su público y funcionan. También hay una especie de burbuja con los restaurantes fusión, nuevas cocinas y demás. Pero, como con todo, el tiempo marcará los que deben perdurar y los que no…
La del abominable bombardeo de Gernika es una triste historia nunca antes llevada al cine. ¿Por qué eres el primero en atreverte?
Pues no lo sé. Una respuesta fácil sería que es una película muy cara y, sobre todo, bastante complicada a nivel técnico. Hace unos años, y sin los avances en los efectos digitales, hubiese sido imposible. Por otro lado, supongo que es un tema que tampoco le hará mucha gracia a todo el mundo. Incluso hay algo de tabú en algunos sectores… Pero, bueno, ya la hemos hecho.
Te has entrevistado con supervivientes y, a la hora de abordar el proyecto, dices haber volcado un plus de delicadeza, has andado con pies de plomo. Las heridas no han cicatrizado aún, ¿verdad?
Sí, hablamos con ellos y hemos leído mucho sobre el tema escrito en primera persona. De hecho, cinco supervivientes se pasaron por el rodaje, el día que rodábamos en la misma Gernika. Siempre digo que había una deuda con Gernika, sus supervivientes y, por supuesto, sus víctimas. Al igual que con las de cualquier otro bombardeo. Gernika no fue el lugar en el que hubo más víctimas, pero sí se cruzó la raya de bombardear civiles sin coartada táctica. Además, como sabemos, fueron unas macabras prácticas de cara a la II Guerra Mundial. Aquello fue un ensayo de los alemanes a modo de aviso a los aliados.
¿Qué has querido ofrecer, exactamente? ¿Qué va a encontrarse quien vea ‘Gernika’? ¿Una muestra de cine bélico? ¿Una historia de amor? ¿Un drama? ¿Un film de acción?
El espectador que vea Gernika se va a encontrar con una película que se inspira mucho en el cine clásico, un melodrama romántico en un entorno bélico y un momento muy concreto de nuestra historia. Hay momentos de acción pero, sobre todo, es una historia de personajes y sus circunstancias vitales. La gente que ve la película sale muy emocionada ya que, aunque nuestra historia sea ficción, el entorno y el desenlace son históricos. Eso hace que sea más duro enfrentarse a lo que se ve. Cuando termina la película siempre se hace un silencio brutal, la gente no se mueve de sus butacas.
Has hecho hincapié en señalar que no es un documental, pero no parece indicado incluir la leyenda “Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”…
Lo que siempre trato de explicar es que nuestra historia es ficción. Es una historia inventada, con personajes inventados, en un entorno real y unos hechos históricos reales. Pero no tratamos de hacer un estudio de cómo se gestó el bombardeo. Para eso ya hay documentales muy buenos que dan todo tipo de datos. Lo nuestro es una historia enmarcada en un hecho histórico concreto. Está claro que el bombardeo y el personaje de Von Richstoffen son verídicos, pero el resto es una ficción (más o menos inspirada en algunos personajes reales) destinada a que los espectadores puedan disfrutar de la película.
María Valverde, James D’Arcy y el resto de actores y actrices han hecho un trabajo estupendo, pero el verdadero protagonista de ‘Gernika’ es el bombardeo. ¿Fue sencillo rodar esos 22 minutos de furia, podredumbre, rabia y terror?
No fue sencillo, lo dejamos, además, para el final de la película. El equipo estaba muy cansado pero, por otro lado, con ganas de meterse con esa parte. Como dices, teníamos ganas de hacerlo bien, de ser respetuosos, pero, a la vez, contar la barbarie de un hecho como ése. Lo bueno es que los actores llegaban emocionalmente como debían de llegar. Habían pasado por todo lo que vivían sus personajes, así que aquí llegaban en el punto en el que debían estar sus sentimientos y las relaciones entre sus personajes. Eso, sumado a lo duro que fue rodarlo (algunos días llovió y otros estuvimos a 35 grados), creo que hacen que esa parte en la película sea muy emocionante y creíble.
¿Por qué han tenido que pasar más de nueve años (‘Bosque de sombras’ se estrenó en febrero de 2007) para ver el segundo largometraje de Koldo Serra?
Pues porque es complicadísimo hacer películas en este país. Cuesta mucho conseguir el dinero para poder levantarlas y, además, es un proceso muy lento. En estos casi diez años se me han caído varios proyectos de largometraje, alguno incluso muy cerca de rodarse. Siempre digo que hacer cine en este país no es que sea difícil, sino que es un milagro. Eso sí, también debo decir que no he parado de currar en estos diez años; he estado haciendo mucha televisión (‘La fuga’, ‘Karabudjan’, ‘El don de Alba’, ‘José Mota’), publi y videoclips para artistas como Estopa o Antonio Orozco.
Cómics, videoclips… Siempre has sido considerado un exponente de lo alternativo. ¿Es posible divertirse trabajando en los estrechos márgenes del cine comercial?
Yo siempre digo que rodar es frustración, porque uno se imagina el mejor de los mundos en su cabeza y luego se encuentra con la realidad de los rodajes. Uno rueda contra el reloj, se estropea una cámara, el sitio no es como se lo esperaba, el actor tiene un mal día o simplemente llueve. Pero también surgen cosas que mejoran, a veces con creces, lo que uno tenía en mente. Eso es maravilloso. Pero, respondiendo más concretamente a la pegunta, creo que uno tiene que estar a gusto con lo que rueda, vivirlo, hacerlo suyo, si no, puede ser duro. Yo a veces he tenido que decir que no a proyectos grandes porque no me veía en ellos. No me veía tres años de mi vida embarcado en algo que no me mueve. Uno tiene que disfrutar haciendo lo que hace, y más si le tiene que dedicar tanto tiempo y energía. El día que no me divierta y se convierta en algo rutinario, debería dejarlo.
¿Qué más tienes entre manos, en qué otros proyectos estás metido ahora?
Ando moviendo tres proyectos diferentes. Como decía antes, uno nunca sabe lo que se va a tardar en conseguir la financiación para poder rodarlos, en caso de que se consiga. Pueden pasar años, así que es mejor estar moviendo más de una cosa a la vez, por si salta la liebre con alguna.
¿Qué te gustaría ser de mayor?
Alguien que haya disfrutado el máximo de todo el tiempo que ha tenido y que todavía tenga ilusión por ser más cosas de más mayor.
(Igor Cubillo)
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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